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Honduras pide evitar más familias separadas por el “sueño americano”

“No dejemos que más niños crezcan sin sus padres”, solicitó la ministra hondureña de Relaciones Exteriores, María Dolores Agüero Lara

Una escena frecuente en las pistas de aviación en Honduras es la de numerosos hondureños que llegan deportados desde Estados Unidos. (Foto: José Meléndez / El Universal)
01/08/2018 |18:44José Meléndez / corresponsal |
Redacción El Universal
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El gobierno de Honduras instó hoy a adoptar las acciones políticas, sociales y económicas esenciales para evitar que más familias hondureñas sean desintegradas en Estados Unidos por la política de separación de padres y madres de sus hijos e hijas menores de edad, por las ansias de alcanzar “el sueño americano”.

Al inaugurar el Mes de la Prevención de la Migración Irregular, la ministra de Relaciones Exteriores de Honduras, María Dolores Agüero Lara , instó a la sociedad de su país a adoptar las medidas para prevenir el desplazamiento externo de miles de hondureños, en una mayoría a Estados Unidos.

“Llevemos el mensaje de prevención a nuestras familias y amigos pero también luchemos juntos para sacar adelante a nuestro país, no dejemos que más familias se desintegren producto de la migración, no dejemos que más niños crezcan sin sus padres”, solicitó.

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“Unámonos todos para que podamos crear las condiciones necesarias que nos permitan atacar las causas estructurales de la migración irregular”, exhortó.

Honduras, Guatemala

y El Salvador son los mayores generadores de migrantes irregulares en Centroamérica .

Múltiples factores estimulan la masiva migración irregular en Honduras, con miles de hondureños que se trasladan irregularmente al año en especial por tierra EU, en un peligroso tránsito por México .

Por un lado, la situación socioeconómica, con exclusión social, escasez de empleo y falta de oportunidades en un sistema con vastos bloques de la población hundidos en la miseria y con minorías privilegiadas por la concentración de la riqueza.

Por el otro, la inseguridad y la violencia, con miles de personas amenazadas de muerte por pandillas juveniles o maras.

Con su advertencia sobre la separación de familias, Agüero se refirió a la política de tolerancia cero ordenada y ejecutada desde abril pasado por el presidente de EU, Donald Trump, pero suspendida en junio anterior en medio de un profundo y contundente repudio internacional por provocar la separación de miles de menores de edad de sus padres, todos migrantes irregulares.

El fenómeno, pieza esencial del recrudecimiento de las políticas migratorias de EU dispuestas por Trump en su cruzada en contra de los migrantes irregulares, impactó a centenares de hondureños, por lo que muchos hijos e hijas todavía están separados de sus progenitores.

El gobierno hondureño informó que el Mes de la Prevención de la Migración Irregular”, que se convoca desde 2015, busca convertirse en un espacio de 31 días en el que instituciones estatales, organismos internacionales, agrupaciones no gubernamentales y sector empresarial privado unan esfuerzos para evitar que más hondureños sigan exponiendo su vida al tratar de alcanzar lo que consideran como el “sueño americano”.

Riesgos. La jefa de la diplomacia hondureña advirtió que los potenciales migrantes irregulares deben “reflexionar mucho” sobre los peligros de la ruta migratoria, ya que se arriesga hasta la vida de los menores de edad, que son los “más indefensos”.

Tras admitir que migrar es un derecho humano, alertó que en los últimos meses en que fueron endurecidas las leyes migratorias estadounidenses, “hemos sido testigos de separaciones de niñas y niños de sus padres, encarcelamientos por el simple hecho de migrar, detenciones repentinas en lugares de trabajo y deportaciones de hondureños que tenían más de 20 años de vivir en EU”.

En distintos casos, agregó, la decisión de salir del país para buscar una “mejor calidad de vida es muy sufrida”. Narró que numerosos hondureños narraron en los consulados de Honduras en EU que “han sido víctimas de estafas laborales con horas infinitas de trabajo sin pago y sin la posibilidad de denunciar por el temor de ser deportados por reclamar sus derechos”.

“Esta es una realidad que quienes están allá muy pocas veces la admiten, pues es difícil aceptar que el sueño que siempre tuvieron, se convirtió en una pesadilla desde el momento en que dejaron sus casas, sus amigos, sus familias y sus raíces”, lamentó.

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