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Ginebra.— La violencia se cebó con Latinoamérica de nuevo en 2017. América Central y América del Sur registraron las tasas de homicidios intencionados más altas del planeta, con 25.9 y 24.2 asesinatos por cada 100 mil habitantes, de acuerdo con un informe publicado ayer por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Aunque el Estudio Mundial sobe el Homicidio habla de regiones, en el estadístico aparece la lista de países. México tiene una tasa de homicidios de 16.5 y un total de homicidios en 2017 de 32 mil 79; en comparación, en 2015 fueron 20 mil 762 y en 1990, primer año registrado, fueron 14 mil 493. Por contraste, en su reporte “Víctimas de Delitos del fuero Común”, la Secretaría mexicana de Seguridad y Protección Ciudadana, registró 46 mil 641 homicidios, y 28 mil 869 homicidios dolosos en ese año.
El informe de la ONU afirma que 464 mil personas en todo el mundo fueron víctimas de homicidio en 2017, “superando con creces las 89 mil muertes en conflictos armados en el mismo periodo”.
Las muertes por homicidio se han disparado en el último cuarto de siglo, de 395 mil 542 de 1992 a las 464 mil de 2017, pese a lo cual la tasa mundial de homicidios ha caído de el 7.2 a 6.1, pero eso se debe a que “la población mundial ha aumentado a un ritmo más rápido” que estos crímenes explica el informe.
Por regiones, “América sigue registrando la tasa más alta de homicidios”, con 17.1, la mayor desde que comenzaron los registros fiables, en 1990. El país más violento del continente americano es El Salvador, con una tasa de 62.1; le sigue Venezuela, que ha sufrido “el incremento más dramático” entre 1991 y 2017, pasando de 13 a 56.8 homicidios por cada 100 mil habitantes; en tercer lugar se ubica Brasil, con 30.5.
“Dentro de los países de la región, los altos niveles de homicidio están agrupados, con algunas poblaciones locales que enfrentan tasas de homicidio comparables a las tasas de mortalidad en zonas de conflicto y otras que tienen un riesgo insignificante”, señala la UNODC.
En el caso de Centroamérica, el informe llama la atención sobre la relación entre los homicidios y el crimen organizado. “Los aumentos repentinos de las tasas de homicidio suelen estar relacionados con los cambios de poder entre los grupos rivales”, una violencia que se da, por ejemplo, en Brasil, México y Honduras, ha indicado.
Colombia registró una tendencia contraria a Venezuela, y pasó de 80 homicidios a 30 en las últimas tres décadas, una reducción “parcialmente atribuida a la intensificación de las acciones del Estado contra el tráfico de drogas”. Chile y Argentina cerraron la lista de Sudamérica con una tasa de 3.5 y 5.1 muertes intencionadas respectivamente.
En términos globales, “el crimen organizado por sí solo fue responsable de hasta 19% de todos los homicidios en 2017 (...) Desde el comienzo del siglo XXI, las organizaciones criminales han causado la muerte de un número de personas igual al de todos los conflictos armados del mundo”, resaltó.
Las principales víctimas de esta violencia son los niños y hombres, que representan 81% de las muertes, aunque más del 90% de los sospechosos también son varones. En América, los jóvenes y adolescentes están “especialmente” en riesgo, con una tasa de 46 homicidios entre hombres de entre 18 y 19 años.