Las autoridades británicas anunciaron este domingo que hallaron "rastros de contaminación " del agente neurotóxico administrado al ex doble espía ruso Serguéi Skripal y su hija en un restaurante y un pub de Salisbury , en el sur de Inglaterra , al que acudieron el 4 de marzo.
Los cerca de 500 clientes que frecuentaron estos dos establecimientos entre el domingo 4 de marzo a las 13:30 GMT y su cierre al día siguiente deben lavar sus pertenencias por precaución , precisaron las autoridades sanitarias.
"Hemos sabido que hay rastros de contaminación con el agente neurotóxico en el Mill Pub y en el restaurante Zizzi de Salisbury", declaró en una conferencia de prensa la jefa del Public Health England, Sally Davies.
"Estoy convencida de que esto no ha puesto en peligro la salud de quienes se encontraban en el Mill Pub o el Zizzi", agregó, considerando que la medida de precaución concierne a "menos de 500 personas".
Según la BBC, los rastros de la sustancia tóxica fueron diseminados sobre y alrededor de la mensa donde almorzaron Serguéi Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, el 4 de marzo antes de ser hallados inconscientes en un banco de la ciudad inglesa de Salisbury, donde vive el exespía ruso.
Como medida preventiva, Davies reiteró que todos aquellos que fueron a esos dos locales el 4 de marzo, lavaran las ropas que llevaron ese día y limpiaran con toallas húmedas o agua con jabón todos los accesorios, objetos y cartera que tenían, incluidos los teléfonos celulares.
Las víctimas se encontraban el domingo en "estado crítico pero estables" en cuidados intensivos, dijo en una conferencia de prensa Cara Charles-Barks, directora general del servicio público de salud (NHS) en Salisbury. El policía hospitalizado después de su intervención en este caso está "consciente" aunque también permanece "en un estado grave pero estable".
Varias interrogantes desafían a los investigadores en este caso: ¿Serguéi Skripal y su hija fueron envenenados en el pub o en el restaurante? Ambos locales fueron clausurados por tiempo indefinido.
¿Alguien siguió sus movimientos? ¿El veneno estaba en un paquete entregado a domicilio o en un ramo de flores puesto en el cementerio donde reposan sus padres? Las autoridades también se preguntan si Yulia trajo el tóxico desde Moscú cuando viajó a Inglaterra a visitar a su padre con una encomienda que era un "regalo de los amigos".
Se analizan varias pistas, según la prensa británica, en el marco de una investigación a gran escala que busca dilucidar un intento de asesinato.
Es una investigación "compleja", subrayó el domingo el jefe de la policía de Wiltshire, Kier Pritchard. Desplegaron refuerzos militares para poder mover objetos y vehículos potencialmente contaminados.
Hasta ahora los investigadores identificaron a más de 240 testigos y recibieron alrededor de 200 elementos de prueba, anunció el sábado la ministra del Interior Amber Rudd tras una reunión de emergencia del gobierno.
La ministra juzgó como prematuro fijar responsabilidades concretas en este caso, sin embargo en Reino Unido muchas personas creen que en esta trama están metidas las manos de Rusia, tal como lo afirmó el jefe de la diplomacia británica Boris Johnson.
Hasta ahora Moscú rechaza todo involucramiento en este caso.
"Si se prueba la implicación de un Estado extranjero en esta investigación, evidentemente sería muy grave y el gobierno respondería de manera apropiada", declaró el domingo el ministro de Finanzas Philip Hammond a la BBC.
Hammond se hizo eco de declaraciones similares por parte de la primera ministra conservadora Theresa May. Pero según el Sunday Times, el ministro de Finanzas figura entre las figuras de alto rango del gobierno, como Boris Johnson y el ministro de Defensa Gavin Williamson, que consideran la respuesta de May demasiado "blanda" y la exhortaron a anunciar sanciones contra Rusia a partir del lunes.
El Partido Conservador también es blanco de críticas, según el diario, por haber recibido desde 2010 más de 3 millones de libras (3.4 millones de euros) de donaciones de rusos ricos.
Marina Litvinenko, la viuda de Alexander Litvinenko, un ex agente secreto ruso y opositor a Vladimir Putin envenenado en Londres en 2006, lamentó en declaraciones a la BBC en Londres que "no se hayan sacado lecciones del asesinato de su marido".
lsm