"Vamos a llevar al nene al high school y después nos vamos a Downtown a firmar el lease del apartamento".
"Ese candidato está corriendo como alcalde de la ciudad".
"No te olvides de parquear la troca en las calles autorizadas".
Esas expresiones podrían escucharse de la boca de cualquier latino en las calles de alguna ciudad de Estados Unidos.
Frases en español que tienen sentido y que, a su vez, reciben préstamos del inglés hasta el punto de alterar este idioma y darle un nuevo significado.
La identidad latina en Estados Unidos está ligada con el español, un idioma que hablan más de 41 millones de personas en ese país, la gran mayoría con raíces en Latinoamérica.
En el censo y otras instituciones estadounidenses, los hispanos o latinos son agrupados en un solo bloque, al igual que otras minorías como la asiática.
Pero las comunidades latinas en el país son ampliamente diversas en cuanto a raza, cultura y origen. La lengua, asimismo, se manifiesta en cada una de ellas de una forma única.
El inglés, por su parte, también influencia en la dinámica de la lengua. Entonces, ¿se puede decir que existe un un español de Estados Unidos?
El tema ha sido estudiado durante décadas por sociolingüistas y no conduce a una definición concreta.
Con razón, cuando a la reconocida académica del tema Carmen Silva-Corvalán le preguntaron lo mismo en un evento de 2017 organizado por el Instituto Cervantes en la Universidad de Harvard (EU), contestó: "(Es) una pregunta importantísima, pero terriblemente difícil de contestar. ¡Porque hay tanta variación desde la costa este a la oeste, de sur a norte!".
A su juicio, continuó la lingüista, la influencia del inglés "es esencial" si se habla del español estadounidense. No a manera de contacto cultural, como pasa en los países de Latinoamérica, sino directo.
Algo similar acota Ana Celia Zentella, profesora emérita de la Universidad de California en San Diego (UCSD, por sus siglas en inglés).
"En la mayoría de los casos las comunidades (latinas en EU) siguen usando el mismo idioma de los países de origen y de sus grupos íntimos, pero en todas hay una influencia del inglés", le dice a BBC Mundo.
Sin presentar una definición "oficial", el Observatorio del Instituto Cervantes de Harvard dice ser receptivo "a la idea de considerar el español que se habla en EU como una variante más de nuestra lengua, quizá más diversa que otras variedades del español por la naturaleza y origen diverso de sus hablantes", le dice a BBC Mundo Marta Mateo, directora de la institución.
De acuerdo a un análisis del observatorio publicado en 2017, existen dos principales "subvariedades" del español estadounidense, según describe su autor, Francisco Moreno-Fernández:
La primera, referida como "español estadounidense general", que se adquirirá a través de la familia y también en la escuela de predominancia oral, pero que también puede encontrarse en "manifestaciones escritas, con una influencia más o menos acusada del inglés".
La segunda, "que suele recibir la etiqueta de Spanglish", adquirida "exclusivamente" de modo oral, "donde la influencia del inglés se haría más evidente en forma de alternancia de lenguas, préstamos y calcos utilizados de modo intensivo", explica.
Moreno-Fernández analizó también cien anglicismos de uso frecuente entre los latinos que han nacido o residen en el país norteamericano.
"Un tercio son voces que mantienen su forma inglesa original (por ejemplo: downtown, High School, teenager)", describe el escrito publicado hace dos años.
"Una quinta parte son acepciones específicas del español estadounidense, aunque la voz sea de uso más general en español (p.e., felonía, parada, relativo, soportar)."
Felonía se desprende del sustantivo felony en inglés, que significa delito en español. Parada, por su parte, viene de parade en inglés, que en español significa desfile.
"Y otra quinta parte son voces características de EU, aunque algunas puedan aparecer también en otros países hispanohablantes (ejemplos: aplicar, barista, barténder, carpeta, flu, mapear, pícher)", sigue el estudio.
Además "quedan otras voces de uso más popular (ejemplo: janguear, liquear, troca)", añade el autor.
Liquear, por ejemplo, se desprende del verbo en inglés leak que se traduce en gotear en español.
No solo influye el inglés, sino el contacto entre diferentes variedades de español que se da en EU, especialmente en metrópolis como Nueva York o Los Ángeles.
"En ese trasvase cultural, lingüístico, de tantos hispanos, se está creando ya un español de Estados Unidos", dijo en una entrevista de 2013 Gerardo Piña-Rosales, director de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE).
Depende de en qué parte de Estados Unidos se esté, es lo primero que advierten los expertos.
El suroeste del país, donde están California, Arizona, Nuevo México y Texas, el español de México es el más visible, mientras que en el este (Florida, Nueva York, New Jersey), están asentados el español de Puerto Rico y Cuba.
No sin importancia, esos países de origen son los que componen la mayoría de población hispana o latina en EU: México con el 62%, Puerto Rico (9.5%) y Cuba (3.94%), de acuerdo a estimaciones de 2018 del censo de EU.
Le siguen El Salvador (3.93%) y República Dominicana (3.54%).
Este panorama, sin embargo, está atravesando cambios. La inmigración de mexicanos ha caído en un 6% entre 2007 y al menos 2015, mientras que la población centroamericana registró un aumento en su inmigración en el mismo periodo (25%), según el Centro Pew de Investigaciones.
También pasa que los diferentes "tipos" de español (mexicano, salvadoreño) empiezan a entremezclarse debido al contacto de distintas comunidades latinas en un territorio.
El profesor Phillip Carter cita el ejemplo de la ciudad de Miami, en la que podría hablarse del español de Cuba como tradicionalmente dominante, pero influenciado por el contacto con las variedades de Colombia y Venezuela, por ejemplo.
"El habla depende de la cultura que rodea a la persona, de la edad que tenía a su llegada a EU o si nació en EU, de la concentración de hispanohablantes en su comunidad...", menciona Carter, profesor de la Universidad Internacional de Florida (FIU, por sus siglas en inglés), como algunos factores condicionantes.
El uso del español en Estados Unidos no es únicamente producto del auge de la inmigración latinoamericana durante los siglos XX y XXI.
Una serie de variedades del español se han mantenido en Estados Unidos por más de cuatro siglos, acota el profesor Carter en un ensayo de su autoría reproducido por la televisión pública estadounidense PBS en su sitio web.
"Por ejemplo, hay lingüistas que han identificado un número de dialectos únicos del español en EU, cada uno con rasgos centrales que pueden rastrearse a la España de los siglos XVI y XVII", escribió el investigador.
Estas características han sido registradas en estados como Luisiana y Nuevo México, según señalan expertos.
"En el suroeste del país hay grupos que mantienen la palabra 'hispano' para mostrar que su origen es de España", agrega Zentella.
Pero pese al deseo de diferenciarse, "ha habido influencia de los mexicanos que han llegado en las últimas décadas a vivir en esos estados", apunta.
Así como ha sido motivo de orgullo de la identidad latina, el español en EU también ha sido asociado con criminalidad o escasa educación y recursos económicos, señalan los expertos.
Esfuerzos institucionales en décadas pasadas, como prohibir y castigar el uso del español en las aulas de clase, provocó que inmigrantes latinos no enseñaran el idioma a sus hijos, nacidos en EU, o les aconsejaran que solo lo hablaran en casa.
El idioma y su influencia y prevalencia, acota Zentella, tiene relación directa con el estatus socioeconómico, el nivel educativo y el poder de la comunidad que lo hable.
Como ejemplo, la académica pone a la comunidad puertorriqueña en San Diego (California): "Tiene estudios superiores y una variedad más amplia de profesiones que la comunidad mexicana. Hay otro acercamiento al español, un sentido de orgullo, de que es algo que les pertenece y defienden", dice.
La cuestión de mezclar el español con el inglés ha sido también objeto de prejuicio, advierte Zentella.
"El español de aquellos nacidos o criados en EU es atacado tanto por sus propias comunidades como desde afuera", escribió la lingüista en un artículo titulado "Dime con quién hablas y te diré quién eres": Linguistic (in)security and Latina/o identity.
"Se les acusa de no saber ni inglés ni español, o sea, de ser semilingües", añade.
"El término más extendido para describir su discurso esSpanglish, pero los puertorriqueños también le llaman 'hablar mata'o', mientras los mexicanos utilizan 'mocho' y Tex Mex para describir el fenómeno", describe.
Zentella y Carter coinciden en que a menudo los niños nacidos en EU sienten vergüenza cuando sus familiares critican la manera en que hablan español y eso lleva a que dejen el idioma a un lado.
No solo en los hogares se comparte esta percepción, advierte Zentella. La propia Real Academia Española, en su primera definición de espanglish en 2012, lo definió como: "Modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos, en las que se mezclan, deformándolos, elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés".
La controvertida referencia a la deformación fue editada y no aparece en la actual definición.
Esa especie de subvaloración del español de EU es señalada por sociolingüistas como algo que debe cambiar.
"No solamente que (hay que) darle prestigio, un cambio de actitud, sino también darle una norma. La normalización para usarlo en niveles altos sin vergüenza y sin prejuicios", dijo la académica Domnita Dumitrescuen un evento del Instituto Cervantes en Harvard en 2017.
El Instituto Cervantes habla de una "pérdida gradual" del español en las generaciones que han seguido a la inmigración masiva de latinos en décadas anteriores.
El porcentaje de latinos que habla español en casa ha decrecido en la última década del 78% en 2006 al 73% en 2015, según datos del gobierno analizados por el Centro Pew.
Mientras que casi todos (97%) los padres inmigrantes les hablan en español a sus hijos, según una encuesta de 2015 de Pew, el 71% de los padres latinos de segunda generación lo hace, y el porcentaje baja a 49% entre padres latinos de tercera o mayor generación.
El fenómeno ha sido descrito como no exclusivo de los latinos en EU, sino como una consecuencia natural del contacto con el inglés y la vida en el país norteamericano.
La tasa de bilingüismo entre latinos, sin embargo, es superior a la de otros grupos étnicos en el país, pero no hay garantías de que esta situación se mantenga con el tiempo.
"Aunque vengan más hispanohablantes de otros países, todo va a depender de las actitudes con las que vengan", advierte Zentella.
Según la académica, el plan migratorio del actual presidente, Donald Trump, de exigir niveles avanzados de inglés y de estudios a los inmigrantes podría afectar la situación.
"Si los inmigrantes llegan aquí y ven una actitud antiespañol, les dirán a sus niños que aquí solo se hablará inglés para poder progresar", concluye.
*Esta nota es parte de la serie "¿Hablas español?", un viaje de BBC Mundo por Estados Unidos para mostrar el poder de nuestro idioma en la era de Trump.
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