Roma.- Una mujer rusa se infiltró durante años como espía en la base de la OTAN en Nápoles, según informan varios medios como "La Repubblica" y "Der Spiegel" tras una investigación periodística de más de 10 meses.
La investigación, en la que han participado también "Bellingcat" y "The Insider" , describe a la espía cómo una "treintañera cosmopolita y segura de sí misma que habla seis idiomas", que logró entrar en los círculos de personalidades de Nápoles y el personal de la base de la OTAN y la 6ª Flota de EU.
El pasaporte ruso con el que consiguió entrar en Italia pertenece a la "misma serie que utilizan los espías del Gru (acrónimo de Glavnoje Razvedyvatel'noje Upravlenije, o servicio secreto militar ruso)", según la investigación periodística.
La mujer se hacía llamar María Adela Kuhfeldt Rivera , nacida en Perú de padre alemán, pero las investigaciones posteriores la han identificado como Olga Kolobova , agente rusa e hija de un coronel de ese país.
Foto: Olga Kolobova
"Rivera" era lo que la comunidad de inteligencia llama un agente encubierto ilegal, entrenado para hacerse pasar por extranjero. Las agencias de inteligencia de Moscú los han utilizado desde principios del período soviético. A veces, se quedan viviendo con sus identidades falsas durante décadas, reporta The Guardian.
La mujer se movió entre Roma, Malta y París, y finalmente se instaló en Nápoles, sede del Comando de Fuerzas Conjuntas Aliadas de la OTAN, alrededor de 2013. Abrió una boutique de joyería llamada Serein y llevó una vida social activa, indica el medio.
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Sus conocidos dijeron que al asumir el papel de secretaria en el club “Napoli Monte Nuovo”, una asociación fundada por oficiales de la base de la OTAN en Lago Patria, pudo entablar amistad con muchos miembros del personal de la OTAN y otros afiliados.
Un empleado de la OTAN dijo a los investigadores que tuvo una breve relación sentimental con “Rivera”.
Durante su estancia en Italia ha utilizado tres pasaportes rusos, todos ellos con números parecidos a los de los agentes de Moscú, señala "La Repubblica".
La pista de Kuhfeldt Rivera se perdió cuando en septiembre de 2018 Bellincat y The Insider publican los nombres de los espías rusos que intentaron envenenar al ex agente Sergey Skripal y al productor de armas búlgaro Emil Gebrev, tras lo cual la espía abandona Nápoles hacia Moscú sin dejar rastro.
Tampoco se ha podido reconstruir qué información obtuvo la espía, ni si pudo sembrar virus informáticos en los teléfonos y computadoras de sus amigos, pero sí se sabe que "entró en contacto con figuras clave de la OTAN y la Marina de los EU", según la investigación periodística.
Al parecer, “Rivera” fue retirada por sus jefes, quienes temían que otros operativos con números de pasaporte similares pudieran verse comprometidos. No parece haber vuelto a salir de Rusia, menciona The Guardian.
Dos meses después de su repentina partida de Nápoles, publicó un estado de Facebook en italiano, aparentemente como una forma de explicar su desaparición y silencio.
The Guardian agrega que "lo insólito de “Rivera” es que viajó con pasaporte ruso, cuando por lo general los ilegales disfrazan sus vínculos con Rusia o la Unión Soviética. Parece que un intento anterior de hacer pasar a “Rivera” por ciudadana peruana fracasó: un documento oficial peruano de 2006 señala que su solicitud de ciudadanía fue rechazada por fraudulenta.
"Numerosas personas que conocieron a “Kuhfeldt Rivera” dijeron que ella les dijo que su madre peruana la había llevado a la Unión Soviética en 1980 y la había dejado allí. Aparentemente, había intentado varias rutas para obtener un pasaporte de Europa occidental a lo largo de los años", publica The Guardian.
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