El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo este viernes estar “conmocionado” por la violencia registrada el jueves en Países Bajos tras un partido de Liga Europa entre el Maccabi de Tel Aviv y el Ajax de Ámsterdam.
Guterres condenó por igual “el antisemitismo y el fanatismo antimusulmán”, aludiendo así al hecho de que los enfrentamientos de ayer fueron desatados por racistas que se encontraban entre los hinchas de ambos equipos.
Israel envió ayer al propio ministro de Exteriores, Gideon Saar, con un avión que tenía como misión rescatar a los hinchas israelíes, y a su llegada, Saar dijo que el de ayer era “quizás el mayor ataque contra judíos en Europa” desde la Segunda Guerra Mundial.
En total, 62 personas fueron arrestadas anoche, de las cuales diez continúan detenidas, incluyendo dos menores de edad, y se les acusa, entre otras cosas, de violencia pública, según el fiscal jefe de Ámsterdam, René de Beukelaer. Cinco personas fueron hospitalizadas y ya han sido dadas de alta.
La Policía neerlandesa calcula que unos 2.600 hinchas israelíes acudieron a Ámsterdam para ver el partido, pero, el miércoles y el mismo jueves, los seguidores de Maccabi, según señaló la policía, “arrancaron una bandera de una fachada en la calle Rokin y destrozaron un taxi. En la plaza Dam, quemaron una bandera palestina”, lo que se vio como una provocación a los manifestantes propalestinos que se habían opuesto a la celebración del partido con un equipo israelí como invitado.
Los hinchas israelíes también recorrieron las calles gritando cánticos como “muerte a los árabes”; “que gane el IDF (Ejército israelí), que se jodan los árabes” o “ya no hay escuelas en Gaza porque no quedan niños”, según numerosos videos que circulan en redes sociales.
sg