Luego de más de un mes de ocupación, las tropas de Ucrania están retomando el control de lo que fue la central nuclear de Chernobyl , pero las informaciones indican que los efectivos rusos que abandonaron la zona están registrando altos niveles de contaminación radiactiva.
La situación es “catastrófica”, denunció el gobierno ucraniano, que efectuó un llamado a la ONU para “desmilitarizar” el área de la central que fue teatro del peor accidente atómico de la historia. Al comienzo de la jornada los rusos se pusieron en marcha en dos columnas en dirección a Bielorrusia, dejando en el área de la central en el norte del país solo un pequeño contingente, comunicó la empresa estatal Energoatom.
Aunque la central de Chernobyl no funciona desde el desastre de 1986, fue tomada por los rusos el 24 de febrero, el primer día de la invasión, con el objetivo, según diferentes analistas, de controlar el camino más rápido hacia Kiev partiendo de la frontera bielorrusa.
Pero la gestión de los cuidados que requiere el sitio por parte de los rusos se reveló muy problemática, con continuas interrupciones de la corriente eléctrica, necesaria para activar los sistemas de enfriamiento de la instalación de almacenamiento del combustible nuclear utilizado, y el consecuente riesgo de fuga radioactiva . Además, los numerosos incendios que se desarrollaron en esta estación hicieron a la zona todavía más tóxica. Y las consecuencias, sobre la salud de los soldados ocupantes, comienzan a salir ahora a la luz.
Algunas fuentes de la agencia que supervisa la zona de exclusión mencionaron que las tropas rusas que estuvieron en Chernobyl están ahora en tratamiento en Bielorrusia por enfermedades relacionadas con la radiación.
Esta semana, según medios de comunicación de Minsk, al menos siete autobuses cargados de soldados llegaron a un centro especializado en la ciudad fronteriza de Gomel, en Bielorrusia.
De acuerdo con los testimonios del personal de la instalación, muchos militares rusos se contaminaron al atravesar sin dispositivos de protección el llamado Bosque Rojo, área boscosa altamente tóxica que rodea el sitio de la central, prohibida incluso para el personal adscrito a las tareas.
”Los blindados levantaron nubes de polvo radioactivo que probablemente contaminó a los soldados que se hallaban en el interior. Fue un suicidio”, subrayó una de las fuentes que trabaja en la gestión de Chernobyl.
Para Kiev la falta de precaución por parte de los rusos es alarmante. “La situación en Chernobyl es catastrófica. Se corre el riesgo de efecto de amplio alcance”, puntualizó la vicepremier ucraniana Iryna Vereshchuk.
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La alta funcionaria afirmó asimismo que los ocupantes rusos que aún se encuentran cerca de la zona, utilizan municiones y armas viejas, que pueden detonar durante su traslado. Esa presencia, incluso, impide a los bomberos intervenir para apagar los incendios. La única solución para evitar lo peor es desmilitarizar el área de Chernobyl, enfatizó la vicepremier ucraniana, que hizo un pedido formal al secretario general de la ONU, António Guterres, para que envíe una misión de inspección.
Los rusos siguen controlando la central nuclear de Zaporizhzhia, que fue bombardeada en los primeros días de la invasión, haciendo temer allí otra catástrofe. El jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica ( AIEA ), Rafael Grossi, acaba de visitar la instalación en el sur de Ucrania, uno de las cuatro activas en todo el país. Y expresó su voluntad de que Kiev y Moscú hallen un acuerdo lo antes posible y que la central “vuelva bajo el control de los ucranianos”.
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