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La localidad ucraniana de Demydiv , al norte de Kiev, quedó completamente inundada. Pero lejos de llorar la tragedia, los lugareños estaban radiantes de felicidad. “ Salvamos Kiev ”, dijeron.
En un reportaje, el diario estadounidense The New York Times narra que la inundación, el 25 de febrero, fue intencional, parte de una estrategia de los lugareños para evitar, al menos temporalmente, el avance de las tropas rusas .
Para lograrlo, la gente liberó el agua de una represa hidroeléctrica. Además de la aldea, se inundaron campos y pantanos de los alrededores, lo que evitó que los tanques rusos pasaran y asaltaran Kiev. La estrategia le dio al ejército ucraniano un tiempo precioso para preparar la defensa .
Las casas quedaron inundadas; los sótanos sumergidos. Los pobladores perdieron mucho, pero valió la pena, dijeron.
“Todos entienden y nadie se arrepiente ni por un momento”, dijo al Times Antonina Kostuchenko, una jubilada, cuya sala de estar ahora es un espacio mohoso con líneas de agua de un pie más o menos en las paredes.
No es un caso aislado. Con tal de frenar el avance ruso, los ucranianos no han dudado en causar estragos en su propio territorio, o en destruir infraestructura.
En otras partes de Ucrania, detalla el Times, los militares han volado puentes, bombardeado carreteras o deshabilitado líneas ferroviarias y aeropuertos.
De acuerdo con el ministro ucraniano de Infraestructura, Oleksandr Kubrakov , se han destruido más de 300 puentes en Ucrania. Y desde el primer día de la invasión, el 24 de febrero, las fuerzas ucranianas optaron por bombardear la pista de un aeropuerto clave afuera de Kiev para evitar que los rusos lo tomaran.
“Los ucranianos claramente están siendo muy creativos al tratar de hacerles la vida muy difícil a los rusos”, dijo al Times Rob Lee, miembro principal del Instituto de Investigación de Política Exterior. “Tiene sentido frenar cualquier ofensiva rápida”.
Cada destrucción de un puente es planeada con cuidado, de modo de provocar a las tropas enemigas el mayor daño, el mayor retraso, la mayor dificultad.
Inundación, la clave para evitar una invasión rusa
Al este de Kiev, por ejemplo, los puentes fueron volados de modo que los tanques rusos se vieron forzados a meterse a una turbera. El resultado: cuatro tanques se hundieron casi hasta sus torretas.
“Ha sido uno de los lados fuertes, todos han tomado nota de esto”, dijo Kubrakov.
Sin embargo, el heroísmo ucraniano ha tenido un costo elevadísimo en términos de la infraestructura del país.
El gobierno ucraniano estima que el daño a la infraestructura de transporte asciende a 85 mil millones de dólares , independientemente de si fueron los ucranianos o los rusos los que causaron la destrucción.
Dos meses después de la inundación, la gente en Demydiv aún debía remar en bote para recorrer lo que antes eran calles. Los jardines están llenos de lodo pegajoso, y de tallos de maíz abandonados.
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Pero los lugareños están contentos. “Cincuenta casas inundadas no es una gran pérdida”, dijo Volodymyr Artemchuk, un voluntario que estaba ayudando a alimentar las bombas que ahora drenan la aldea.
Las inundaciones que bloquearon el borde norte de Kiev en la orilla oeste del río Dnipro y fueron clave en los combates de marzo, cuando los rusos se vieron obligados a retirarse tras sus frustrados intentos de rodear Kiev .
La inundación también limitó los posibles puntos de cruce sobre un afluente del Dnipro, el río Irpin. Al final, las fuerzas rusas intentaron sin éxito media docena de veces cruzar ese río, usando un puente de pontones y conduciendo a través de un área pantanosa, todo en lugares desfavorables y bajo el fuego de la artillería ucraniana.
Protegieron a Kiev, pero también a ellos mismos. Aunque los soldados rusos patrullaban la aldea, nunca se convirtió en una línea de frente en la batalla y se salvó del sombrío destino de las ciudades del sur, arrasadas por las fuerzas enemigas.
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