Kiev.— Civiles ucranianos clamaban ayer por la posibilidad de salir del país, pero la intensa ofensiva rusa en el centro, norte y sur frustró nuevamente la creación de corredores humanitarios.
A pesar de que el presidente ruso Vladimir Putin rechazó en diálogo telefónico con su par francés, Emmanuel Macron, que esté atacando a civiles, las escenas en Mariupol mostraban escenas dramáticas muy distintas.
“El convoy de evacuación con la población local no pudo salir hoy de Mariupol, una ciudad estratégica en el mar de Azov: los rusos comenzaron a reagrupar sus fuerzas y bombardearon intensamente la ciudad. Es extremadamente peligroso sacar a la gente —unos 200 mil civiles— en tales condiciones”, señaló la alcaldía de Mariupol en Telegram.
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La Cruz Roja advirtió de “devastadoras escenas de sufrimiento humano”. Vadim Boitchenko, alcalde de Mariupol, indicó en una entrevista publicada en YouTube que esta localidad “ya no existe” y que hay miles de heridos. La caída de este puerto marcaría un punto de inflexión en la guerra porque permitiría a Rusia unir las tropas que avanzan desde la península de Crimea —anexada por Moscú en 2014— con las fuerzas que penetran el país desde el Donbás, en el este.
En Kiev, los barrios obreros de las afueras, como Bucha e Irpin, ya están en la línea de fuego: “Están bombardeando áreas residenciales, escuelas, iglesias, edificios, todo”, lamentó la contable Natalia Didenko. Voluntarios se preparaban para hacer explotar el último puente que queda en pie en el camino a Kiev para frenar el avance ruso. En Irpin, civiles que pretendían huir fueron sorprendidos por el bombardeo. Algunos afortunados lograban llegar a la carretera para abordar un autobús que los llevara a la estación de tren.
El asesor presidencial de Ucrania, Oleksiy Arestovich, advirtió por la noche que Rusia estaba atacando con artillería pesada, además de las afueras de Kiev, Chernigov en el norte, Mykolaiv en el sur y Kharkiv, la segunda ciudad más grande del país.
Las autoridades de Kharkiv dijeron que los bombardeos habían dañado la torre de televisión y que la artillería pesada había alcanzado zonas residenciales.
En Chernigov los funcionarios afirmaron que todas las regiones de la ciudad estaban siendo atacadas con misiles: “Había cuerpos por todas partes. Esperaban para entrar en la farmacia aquí, y están todos muertos”, contó a AFP un hombre que pidió ser identificado como Serguei.
Más temprano, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, denunció que las tropas rusas se preparaban a bombardear Odesa, el principal puerto de Ucrania, donde vive cerca de un millón de personas. Zelensky informó también que los rusos destruyeron el aeropuerto de Vinnytsia, en el centro del país.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, calificó de “absolutamente esencial” permitir la evacuación de civiles y hacer una “pausa en los combates” para lograrlo, luego de que el sábado tampoco fuera posible.
Incluso el papa Francisco intervino para lamentar los “ríos de sangre y lágrimas” que, dijo, “corren en Ucrania”. Tras rechazar que lo que sucede en este país sea una “operación militar”, como la calificó Putin, señaló que se trata “de una guerra que siembra muerte, destrucción y miseria”, y llamó a instaurar “verdaderos corredores humanitarios”.
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Sin embargo, lejos de ceder, Putin advirtió que logrará sus “objetivos” en Ucrania “por la negociación o por la guerra” y, aunque dijo que “no es su intención” atacar centrales nucleares, también afirmó que si los líderes ucranianos se mantienen en el camino en el que se hallan, estaría en riesgo la existencia misma de Ucrania como Estado.
Incluso lanzó una amenaza a los Estados vecinos de Ucrania que acojan aviones de combate de ese país: “La utilización de redes de aeródromos de estos países como base para aviones militares ucranianos y su uso posterior contra las fuerzas armadas rusas podría ser considerado como una implicación de estos países en el conflicto armado”, declaró.
American Express se sumó a Visa y Mastercard, al suspender sus operaciones en Rusia por el “injustificado ataque contra el pueblo de Ucrania”. Por su parte, TikTok anunció que suspende la publicación de videos en suelo ruso, ante las nuevas regulaciones sobre “noticias falsas” que Putin promulgó en el país. Netflix también suspenderá sus servicios en esa nación.
Ante la imparable guerra, los aliados debaten cada vez con más fuerza la posibilidad de imponer la madre de todas las sanciones: prohibir la importación de petróleo y de gas natural de Rusia en represalia por la invasión.
Cuestionado al respecto en una entrevista con la cadena CNN, el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, dijo: “Estamos ahora mismo hablando con nuestros socios y aliados europeos para examinar de manera coordinada la posibilidad de prohibir las importaciones de petróleo ruso, pero asegurando que haya una oferta suficiente de ese producto en el mercado”, dijo.