Washington.- Una vez más, Estados Unidos ha cedido ante la presión de sus aliados europeos y del gobierno de Ucrania y acordó proporcionar armas más sofisticadas para la defensa ucraniana. Esta vez se trata de aviones de combate F-16.
Ucrania ha dicho durante mucho tiempo que el sofisticado caza le dará una ventaja en la lucha contra la invasión de Rusia, que comenzó hace más de un año. Y este nuevo plan abre la puerta para que varias naciones suministren el avión de cuarta generación y para que Estados Unidos ayude a entrenar a los pilotos. El presidente Joe Biden presentó el viernes el acuerdo ante mandatarios reunidos en Hiroshima, Japón, según funcionarios estadounidenses.
Sin embargo, hasta ahora, Estados Unidos no ha proporcionado detalles y dice que las decisiones sobre cuándo, cuántos y quién suministrará los F-16 se tomarán en los próximos meses mientras se lleva a cabo el entrenamiento. Los detalles sobre el entrenamiento son igualmente esquivos. Funcionarios estadounidenses hablaron bajo la condición de mantener el anonimato porque no se han anunciado decisiones todavía.
Aun así, con esta decisión, el gobierno de Biden ha dado un golpe de timón, luego de negarse durante más de un año a aprobar cualquier transferencia del avión o a brindar entrenamiento debido a la preocupación de que esto pudiera aumentar las tensiones con Rusia. Funcionarios estadounidenses también han expresado que aprender a volar y apoyar logísticamente un avión tan avanzado sería difícil y llevaría meses.
Aquí hay un vistazo a los aviones de combate, a por qué Estados Unidos se ha mostrado reacio a proporcionarlos a Ucrania, y a lo que se sabe y lo que aún no se sabe sobre la decisión.
Ucrania ha pedido aviones occidentales desde las primeras etapas de la guerra, insistiendo en que los sofisticados aparatos le podrían dar ventaja en la guerra y le permitirían atacar a las fuerzas rusas.
Hace casi un año, dos pilotos de combate ucranianos que pidieron ser identificados por sus distintivos “Moonfish” y “Juice” se reunieron con reporteros en Washington para abogar por recibir los F-16 Fighting Falcons, que tienen radares, sensores y capacidades de misiles más avanzados.
En febrero, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov, mostró una imagen de un avión de combate cuando le preguntaron en Bruselas qué ayuda militar necesitaba su país. Y a principios de este mes, el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, dijo durante una visita a Alemania que estaba presionando para que los aliados forjaran una “coalición de aviones de combate” que proporcione a Ucrania los aviones de combate que necesita para contrarrestar el dominio aéreo de Rusia.
Los líderes de Ucrania han argumentado que el F-16 es muy superior a su flota existente de aviones de combate de la era soviética. En respuesta a esas súplicas, Estados Unidos ha encontrado formas de ofrecer algunas de las capacidades avanzadas sin proporcionar los aviones reales.
Por ejemplo, los ingenieros de la Fuerza Aérea encontraron formas de modificar el misil antirradares aire-tierra HARM para que pueda ser transportado y disparado por MiGs volados por Ucrania. El misil y su sistema de orientación permiten al jet identificar los radares terrestres enemigos y destruirlos.
En repetidas ocasiones durante meses, altos funcionarios estadounidenses —comenzando con Biden— rechazaron rotundamente el envío de F-16 a Ucrania, cuando se les preguntó públicamente. Y Estados Unidos se había negado hasta ahora a permitir que otros países exportaran sus Falcon estadounidenses a Ucrania.
El lunes pasado, después de que Zelensky reiteró su deseo de tener F-16 y otros aviones, se le preguntó al portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, si Estados Unidos había cambiado de parecer sobre que los F-16 no eran el enfoque correcto para la ayuda militar, y él respondió que no.
Ante preguntas similares en los últimos meses, Biden también se negó a aprobar los F-16. En un caso se le preguntó por qué se oponía a enviarlos y respondió: “Porque deberíamos mantenerlos aquí”.
Los funcionarios estadounidenses en el Pentágono han insistido en que la ayuda militar que Estados Unidos estaba brindando a Ucrania se basaba en lo que el país más necesitaba para pelear la guerra. Por lo tanto, se ha hecho énfasis en enviar sistemas de defensa aérea y millones de cohetes, misiles y otras municiones, mientras Ucrania se prepara para una ofensiva de primavera.
Sin embargo, la otra razón clave es la preocupación constante de que enviar aviones de combate a Ucrania enfurezca a los rusos, provoque al presidente Vladimir Putin y posiblemente escale la guerra.
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A pesar de todas las preocupaciones, Estados Unidos ha demostrado una y otra vez durante la guerra que puede cambiar de opinión.
Al principio, Estados Unidos se negó a enviar baterías de misiles Patriot, misiles de mayor alcance o tanques. Y en cada caso, finalmente sucumbió a la presión de sus aliados y accedió a enviar las armas cada vez más avanzadas.
Cabe destacar el cambio reciente en los tanques M1A1 Abrams. Durante meses, Estados Unidos dijo que los Abrams eran demasiado complicados y se requería demasiado apoyo logístico para las tropas ucranianas. Bajo la creciente presión de las naciones europeas que querían enviar a Ucrania sus propios tanques, Estados Unidos finalmente accedió a enviar 31 Abrams a Ucrania. Se espera que la capacitación comience pronto.
La aprobación del F-16 ha sido un trabajo largo y pesado. A pesar de la insistencia, durante meses, en público de que no había movimiento acerca de los F-16, el Pentágono llevó en marzo a dos pilotos de la Fuerza Aérea de Ucrania a la Base de la Guardia Aérea Nacional de Morris en Tucson, Arizona, para familiarizarlos con el F-16 y aprender cómo se entrenan los pilotos.
Los funcionarios estadounidenses no quisieron hablar públicamente de lo ocurrido, pero en privado dijeron que los dos pilotos volaron simuladores de F-16 y se familiarizaron con el entrenamiento. Mientras tanto, la Fuerza Aérea de Estados Unidos se dio una idea de cuánto tiempo le tomaría a un piloto de combate ucraniano con experiencia aprender los sistemas más avanzados del F-16. Los funcionarios determinaron que, de manera realista, podría hacerse en unos cuatro meses, si los pilotos ya estaban entrenados para volar sus propios cazas de la era soviética.
Según funcionarios estadounidenses, Biden les dijo a los mandatarios reunidos en Japón que Estados Unidos participará en el entrenamiento con el F-16 y que las decisiones sobre el suministro de los aviones vendrán más adelante.
Las autoridades reconocieron que aún no está claro si Estados Unidos simplemente permitirá que otras naciones envíen F-16 a Ucrania, o si también enviará algunos. Y no hay estimaciones sobre cuántos aviones se proporcionarán o cuándo. Los funcionarios reconocen que no llegarán a tiempo para la previsible ofensiva de primavera.
Y aunque los funcionarios dijeron que el entrenamiento comenzará pronto, aún no está claro dónde será, cuántos pilotos serán capacitados y cuánto tiempo tomará.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos tiene dos escuadrones de F-16 en Europa: el 31er Escuadrón de Combate en la Base Aérea de Aviano, en Italia, y el 52do Escuadrón de Combate en la Base Aérea de Spangdahlem, en Alemania. Estados Unidos también envía rutinariamente cazas F-16 dentro y fuera de Europa en forma rotativa en grupos más pequeños.
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