Ciudad de Guatemala.— Violencia, desencanto y ausentismo marcaron las elecciones presidenciales, legislativas y municipales de ayer en Guatemala, en las que se preveía que ninguno de los candidatos obtendría la mayoría suficiente de votos como para evitar una segunda vuelta.

El Tribunal Supremo Electoral dio por concluidos los comicios con el cierre de centros de votación y se procedió al recuento, que dada la participación de 19 fórmulas presidenciales, se estimaba sería lento. 8.1 millones de guatemaltecos estaban convocados para elegir presidente y vicepresidente (periodo 2020-2024), 160 diputados al Congreso, 20 para el Parlamento Centroamericano y 340 corporaciones municipales.

Sin embargo, se registraron varios incidentes en el proceso. El más grave, en el municipio de San Jorge, en el departamento de Zacapa, donde las autoridades se vieron obligadas a suspender las elecciones por la renuncia de la junta electoral, que supuestamente fue amenazada de muerte por un grupo de vecinos inconformes.

La televisión local mostró imágenes de un grupo de pobladores en el municipio de Esquipulas Palo Gordo, en San Marcos, que cerró el centro electoral de una escuela mientras denunciaba que algunas personas habían sido “acarreadas”. Hubo enfrentamientos y la policía tuvo que lanzar gases lacrimógenos. El jefe de la misión electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y expresidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, expresó su preocupación por estos incidentes y pidió a los partidos políticos “asumir su responsabilidad”. Asimismo, señaló haber recibido denuncias por “compras de voto, intimidación o violencia”.

Cinco fórmulas presidenciales encabezaban las encuestas. En primer lugar se ubicaba la exprimera dama Sandra Torres, del partido socialdemócrata Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), quien tenía alrededor de 20% de las preferencias. “Tenemos que resolver nuestros problemas aquí y parte de las causas de la migración es la falta de empleo, la brecha de los salarios con Estados Unidos”, dijo antes de votar.

Los cuatro siguientes son el exdirector de Presidios Alejandro Giammattei, del partido centroderechista Vamos; el hijo del expresidente Álvaro Arzú, Roberto Arzú, por la coalición ultraconservadora PAN-Podemos; Edmond Mulet, del partido de centro Humanista; y la líder indígena Thelma Cabrera, del izquierdista Movimiento para la Liberación de los Pueblos.

Julio Solórzano, presidente del Tribunal Supremo Electoral, señaló desde temprano que la participación ciudadana no era “óptima”. Varios departamentos guatemaltecos se vieron afectado por las lluvias, lo que repercutió en la asistencia a las urnas.

La de ayer fue la primera elección guatemalteca en la que se permitió votar a los migrantes radicados en Estados Unidos empadronados, aunque la Coalición de Inmigrantes Guatemaltecos expresó su preocupación por la “baja afluencia”.

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