El pasado 26 de marzo, como cada día, el guatemalteco Josué García “El Tortolita” se subió a un autobús para asaltar a los pasajeros. No contaba con que uno de ellos iba armado y le disparó.
Esa fue la última fechoría de “El Tortolita”. La Policía Nacional de Guatemala dio a conocer la información y señaló que un cómplice, identificado como Vidal Alfredo Barillas Herrera, fue detenido.
La noticia no habría pasado a mayores, de no ser por la reacción de la madre de "El Tortolita", quien al ser avisada y presentarse en el lugar de los hechos, dijo entre lágrimas: Mi hijo se levantó temprano a asaltar los buses, como siempre, pero me lo mataron”.
Defendía que su hijo “no le hacía daño a nadie”, “no le disparaba a nadie, sólo los asaltaba”.
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"El Tortolita"
no era ningún novato. De acuerdo con la policía, tanto él como Barillas Herrera eran ya conocidos por interceptar autobuses en la autopista Palín-Escuintla, donde solían subirse para asaltar a conductores y pasajeros por igual.
Fue justo en esa ruta, en un autobús que se dirigía a la Central de Mayoreo (CENMA), donde un pasajero, que luego huyó de la escena del crimen, le disparó al "Tortolita", quien quedó tendido en el suelo. Barillas logró bajar del autobús y terminó lesionado de una pierna. La policía logró capturarlo y lo llevó al hospital, donde quedó bajo custodia.
“Barillas Herrera, cuando bajaba del autobús observó las unidades de la Policía Nacional Civil y en su intento de huir sufrió un doblón de tobillo, por lo cual, fue necesario la atención médica, con su respectiva custodia policial”, explicó la policía a los medios.
"El Tortolita" ya había sido detenido en el pasado por los delitos de robo, portación de droga para el consumo y por extorsión.
Sin embargo, cada vez se las arreglaba para quedar libre. Según la policía, es una situación común porque la mayoría de las veces las víctimas no presentan denuncias contra los delincuentes.
agv