Managua.— El gobierno de Nicaragua informó ayer que 201 personas se encuentran en las cárceles del Sistema Penitenciario Nacional (SPN) por “actos vandálicos y terrorismo”, en el marco de la crisis que ha dejado cientos de muertos en protestas contra el presidente Daniel Ortega.
De acuerdo con datos divulgados por el viceministro de Gobernación, Luis Cañas, del total de detenidos 184 son varones y 17 son mujeres, todos detenidos en la ciudad de Tipitapa (Pacífico), que alberga las cárceles más grandes de Nicaragua.
Entre los reos más conocidos se encuentran los líderes campesinos Medardo Mairena y Pedro Mena, los afrodescendientes Brandon Lovo y Glen Slate, así como los estudiantes Edwin Carcache y Elsa Valle, además de la comerciante Irlanda Jerez.
Siete de los prisioneros, una mujer entre ellos, ya están pagando condena por terrorismo y otros delitos, según la información oficial.
El gobierno nicaragüense resaltó que a los reos se les está “garantizando y respetando sus derechos humanos”, y que “no hay ningún preso detenido de manera ilegal”.
El gobierno difundió imágenes que demuestran que los manifestantes reciben buen trato, algo que los familiares de los detenidos y organismos de derechos humanos calificaron de una “simulación”.
Los activistas denuncian que los detenidos han sufrido torturas. Antonia Cruz, una campesina que el lunes pasado denunció justamente las torturas que dice sufrió su hermano Bryan, acusado de ser manifestante, a manos de la policía, señaló ayer que no puede regresar a su casa por amenazas a su integridad física.
Organizaciones humanitarias locales y extranjeras consideran que estos detenidos son presos políticos, ya que fueron capturados por civiles encapuchados tras participar en protestas contra el presidente, sin orden judicial, ni cometiendo delitos. Las organizaciones defensoras de los derechos humanos calculan que el total de “presos políticos” en Nicaragua es de al menos 309 personas.
Nicaragua vive una crisis sociopolítica que ha dejado entre 322 y 481 muertos desde abril, según organizaciones humanitarias. El gobierno reconoce 198 víctimas. Ayer, miles de sandinistas marcharon para expresar su apoyo al presidente Ortega.
La crisis está generando un panorama desolador, a decir de expertos que advierten que unos 184 mil 200 nicaragüenses perderán su empleo al cerrar este 2018. Entre los sectores más afectados está el de servicios.