Bruselas.— Con su plan de Brexit bajo el brazo, la primera ministra Theresa May sufrió ayer ante la Cámara de los Comunes una derrota a una escala sin precedentes en tiempos recientes en el Reino Unido.

El Parlamento británico rechazó de manera contundente el acuerdo de salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE), dejando el proceso de divorcio y el futuro del gobierno británico en el limbo. Moderados y radicales, euroescépticos y europeístas, conservadores y miembros de la oposición aniquilaron la iniciativa de May por 432 votos en contra y sólo 202 a favor.

Tras conocerse el fulminante resultado, May mostró su determinación de seguir adelante con el mandato otorgado en las urnas hace dos años y medio por los británicos a favor de salir de la Unión Europea, pero antes, aceptó el reto de poner la existencia de su gobierno a prueba en un voto de confianza que tendrá lugar hoy en la Cámara.

“Es claro que los legisladores no apoyan el acuerdo (…) pero el voto de esta noche no nos dice sobre lo que apoyan, nada sobre cómo o si tienen la intención de honrar la decisión del referéndum”, declaró. “Los ciudadanos de la UE aquí, y los ciudadanos del Reino Unido en la UE merecen claridad lo antes posible”, subrayó.

“El problema más importante que enfrentamos es que el gobierno ha perdido la confianza de esta Cámara y del país. Por lo tanto, informo que he presentado una moción de no confianza en este gobierno”, anunció el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, quien es favorable de reabrir negociaciones con la UE y poner sobre la mesa todas las opciones para evitar una retirada sin acuerdo.

El 12 de diciembre, May ya superó una moción de confianza por 200 a favor y 117 en contra.

En Bruselas, los líderes de las instituciones comunitarias lamentaron el resultado en Westminster.

“Insto al Reino Unido a aclarar sus intenciones lo antes posible. El tiempo se acabó”, aseguró el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, luego de confirmar que los trabajos de contingencia continúan para preparar al bloque ante un divorcio que se ha tornado caótico.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, igualmente demandó claridad, pues la única solución está en cancha británica y no necesariamente tiene que ser el Brexit: “Si un acuerdo es imposible, y nadie quiere una salida sin acuerdo, ¿Quién tendrá finalmente el valor para decir cuál es la única solución positiva?”, señaló, al insinuar que el Brexit puede ser frenado si los británicos lo desean.

La Unión Europea mantiene su posición de que no habrá renegociación y el acuerdo del Brexit que está sobre la mesa es la mejor opción posible.

Boris Johnson, antiguo ministro de Exteriores y uno de los mayores líderes del bloque conservador rebelde y euroescéptico, reaccionó con una frase contundente: “El acuerdo está muerto. Claramente era un mal acuerdo para el Reino Unido”.

El voto sobre el plan para una retirada ordenada de la UE, tuvo lugar luego de cinco días de debates que concluyeron con una última intervención de May, quien usó la palabra para hacer un llamado desesperado a favor de su iniciativa y advertir sobre la gravedad de la situación y los riesgos de un voto en contra.

Aseguró que no habrá acuerdo alternativo, ni posibilidad de renegociar con la UE: “Un voto en contra es un voto a favor de la división, la incertidumbre o ningún tipo de Brexit”, alertó.

Por 51.9% de votos a favor, los británicos decidieron en junio de 2016 abandonar la UE luego de cuatro décadas de integración. Fijaron el 29 de marzo de 2019 como el día del Brexit. Tras dos años y medio, periodo en el que hubo negociaciones conflictivas, crisis políticas, elecciones generales, dimisiones al interior del gabinete, el acuerdo suscrito entre Londres y Bruselas en noviembre pasado llegó finalmente a la Cámara de los Comunes, que en un principio debió pronunciarse en diciembre.

Era una cantada derrota debido a que en las últimas seis semanas May no consiguió ninguna concesión que pudiera vender a los Comunes, principalmente en el rubro del backstop, el mecanismo de emergencia que entraría en vigor para evitar una frontera dura entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda una vez que finalice el periodo transitorio previsto en un principio en diciembre de 2020.

Este instrumento inquieta a algunos legisladores por su carácter de tiempo indefinido; afirman que la medida dejaría atada a Irlanda del Norte a las normas de la UE, limitando la autonomía de Gran Bretaña a definir su política económica y comercial.

En la jornada legislativa de ayer también fue sometida a votación una enmienda presentada por el veterano conservador John Baron, la cual pretendía darle a Gran Bretaña el derecho a terminar de manera unilateral con la denominada red de seguridad para evitar el caos en la frontera irlandesa. Fue exterminada por 600 votos en contra y sólo 24 a favor.

Google News

Más Información

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses