Aviñón.- Gisèle Pelicot, la víctima de decenas de violaciones orquestadas por su marido cuando ella estaba bajo los efectos de somníferos, recordó a las mujeres que apoyaron a sus familiares acusados que ella también tenía "un hombre excepcional".
"Estas madres, hermanas, mujeres, han contado que sus hermanos y maridos eran excepcionales. Yo también tenía un hombre excepcional, pero el perfil del violador puede estar en la familia, en los amigos", dijo este miércoles al volver a intervenir como testigo en el Tribunal de Aviñón (sureste).
Esta mujer, convertida en un auténtico símbolo feminista en Francia, explicó que cada día acude al juicio por todas las víctimas de violación y por aquellas mujeres y hombres que día tras día la apoyan, con aplausos en los juzgados y con mensajes a través de las redes sociales.
"He tomado conciencia de que no tengo que tener vergüenza, no tengo nada a reprocharme, he sufrido 100 violaciones", aseguró.
También dijo que su solicitud de un juicio abierto y su consentimiento a que se hayan mostrado vídeos de las violaciones se debe a que quiere "que todas la víctimas de violación puedan decir que, si la señora Pelicot lo hizo, lo podemos hacer también".
"No quiero que tengan miedo, nosotras no tenemos que tener vergüenza, son ellos", insistió.
Sin embargo, reconoció que está "destruida" a sus 72 años: "Soy una mujer completamente destruida y no sé cómo me voy a levantar. No sé si mi vida dará para entender todo lo que me ha ocurrido".
A preguntas de los abogados de las defensas, Gisèle Pelicot afirmó que "entiende" las peticiones de perdón de algunos acusados, pero que para ella son "inaudibles". "Se excusan ellos mismos", dijo.
Del mismo modo, aprovechó su nuevo testimonio para reiterar que no hay distintos grados de violaciones: "Hay violación y ya", después de que algunos abogados hayan tratado de rebajar la gravedad de las acciones de sus clientes.
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"Para mí son violadores y lo seguirán siendo", sentenció Gisèle Pelicot, que mostró su enfado por algunos de los testimonios de los acusados y algunas de las preguntas de los abogados defensores.
La última vez que tomó la palabra fue para denunciar "una humillación" en algunos de los testimonios y en las estrategias de algunas de las defensas: "Vinieron a violarme, es tan degradante lo que escucho en esta sala".
En las inmediaciones del Tribunal de Aviñón se pudieron ver varias pancartas en apoyo a Gisèle Pelicot y a las víctimas de abusos sexuales.
"Una violación es una violación", decía una de esas pancartas, mientras que en otra se leía en castellano "Bienvenidas nuestras hermanas en apoyo a Gisèle", en referencia al grupo de feministas españolas que acudió a la manifestación que tuvo lugar el pasado sábado frente al juzgado en apoyo a la víctima.
Como ya es tradición, a la llegada a los tribunales, Gisèle Pelicot fue aplaudida, en apoyo a la víctima de un caso que se ha convertido en una causa con la que esta mujer quiere que "la vergüenza cambie de bando", que las víctimas dejen de ser cuestionadas, como ella misma denunció que lo estuvo, y que nunca más se repitan los hechos que ella sufrió durante casi 10 años.
Entre los congregados para aplaudir a Gisèle Pelicot estaba hoy Cristophe Brunel, que fue su profesor de arte dramático aficionado en 2010.
"Ella lo dice: esta lucha no es por ella, sino por las otras. Y yo la creo, porque vi su actitud durante un año en clase", señaló a EFE, tras regalarle un ramo de orquídeas a la salida de la sesión de la mañana de hoy en esta octava semana de juicio.
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