San José.— Con las excepciones de Cuba y Nicaragua, donde los regímenes gobernantes monopolizaron los cargos en disputa en comicios municipales y se alzaron con 100% de los escaños, las tres elecciones por la presidencia de este año en América Latina y el Caribe —Costa Rica, Colombia y Brasil— reafirmaron la tendencia de que los partidos políticos en el poder salieron derrotados de las urnas.
Leer más: Próximo año será un punto de inflexión: Zelensky
En las rondas electorales de febrero y abril, Costa Rica pasó de una supuesta centro-izquierda, con el Partido Acción Ciudadana (PAC), que fue aniquilada por la vía del sufragio tras gobernar en dos cuatrienios consecutivos, de 2014 a 2022, a un aparente centroderecha, con el casi desconocido Partido Progresista Social Democrático (PPSD).
En un hecho sin precedente en sus 211 años de vida independiente, Colombia giró en 2022 a la izquierda con Gustavo Petro, de la coalición izquierdista Pacto Histórico, y los partidos de la élite política y económica que gobernó al menos desde 1886 perdieron en las dos vueltas electorales, mayo y junio, para ahondar las controversias en ese país.
En las dos votaciones de octubre en Brasil, el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, del Partido Liberal (PL), perdió frente al exmandatario izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), y el próximo 1 de enero concluirá un cuatrienio accidentado por denuncias de autoritarismo y de corrupción.
Tras gobernar de 2003 a 2010 en dos mandatos consecutivos y pasar 580 días en la cárcel en 2018 y 2019 por presunta corrupción, en un proceso cuyas sentencias fueron anuladas en 2021, Lula retornará al poder y marcará un hito en la historia de América Latina y el Caribe.
Al instalarse Lula en el Palacio de Planalto de Brasilia, sede de la presidencia, 81% de la población de América Latina y el Caribe —535 millones de 661 millones de habitantes— quedará regido por 12 gobiernos socialistas, comunistas y de izquierda. Perú salió este mes del club de la izquierda regional, con la destitución constitucional del presidente Pedro Castillo.
Sin una real competencia pluripartidista opositora y sin sorpresas en noviembre anterior en los comicios municipales cubanos y nicaragüenses, las dos fuerzas predominantes, el Partido Comunista de Cuba (PCC) y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), acapararon la totalidad de los puestos en ambas naciones. “Nicaragua es un régimen sultánico”, recalcó el politólogo costarricense Carlos Murillo, director del Centro de Investigación Observatorio del Desarrollo de la (estatal) Universidad de Costa Rica.
La dictadura somocista, aparato militar derechista que gobernó Nicaragua de 1934 a 1979, “montaba las elecciones a su medida, pero dejaba espacio a la oposición para que nunca se dijera que era dictatorial. La oposición participaba, aunque controlada”, recordó Murillo a EL UNIVERSAL. “Llega Lula, pero tampoco se puede hablar de ‘la’ izquierda latinoamericana. Hay que hablar de ‘las izquierdas’. Estamos viendo una izquierda muy diferente. América Latina cierra 2022 con un panorama muy complejo de izquierdas y cada vez menos derechas”, subrayó.
Al respecto, el politólogo Sebastián Mantilla, director ejecutivo del (no estatal) Centro Latinoamericano de Estudios Políticos (CELAEP), de Quito, afirmó que “los partidos [latinoamericanos y caribeños] siguen siendo manejados por caudillos. Las decisiones no están basadas en las necesidades de la población”. “Esto afecta la calidad de nuestras democracias. Hay gran descontento con la clase política en general y, particularmente, con los partidos tradicionales, que atraviesan por una severa crisis interna porque no hay democracia interna. Las decisiones las toma una cúpula. Son endebles y no funcionan”, declaró Mantilla a este periódico.
Los partidos “no responden a las expectativas de la gente y atraviesan por debilidades institucionales que ponen en duda el funcionamiento de las instituciones para cumplir con sus propias constituciones, con el respeto del régimen de derecho, con la independencia de los poderes del Estado, etcétera”, añadió.
Lee también: ...Y Putin advierte que seguirá desarrollando potencial militar
Cadena de derrotas
La rutina de partidos de gobierno perdedores en comicios se registró en la región en los últimos cuatro años: 2018 en México, 2019 en Argentina, El Salvador y Panamá, 2020 en Uruguay, Bolivia y República Dominicana, 2021 en Ecuador y Honduras, y 2022 en Costa Rica, Colombia y Brasil.
“Hay una crisis no sólo de los políticos. Es más preocupante: es una crisis del sistema democrático”, alertó el politólogo Facundo Nejamkis, director de Opina Argentina, organización no estatal de ese país para análisis de opinión pública, comicios y gestión de gobierno.
“[El sistema] evidentemente no tiene capacidad de procesar las demandas de importantes grupos sociales que se sienten más alejados de la política y tampoco creen que sea el sistema democrático el adecuado para resolver su situación”, aseguró Nejamkis a este diario. “Hay nubarrones sobre el cielo democrático de América Latina y sobre la política. No se ven en el corto plazo proyectos políticos con la propuesta programática y la capacidad como para resolver las problemáticas tan complejas”, describió.
Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, opciones para el fin de semana, Qatar 2022 y muchas opciones más.