En la política, como en el amor —lamentablemente—, todo se vale. Dicen los cínicos que político mañoso, político exitoso. En algunos casos, esas mentiras, esas verdades adornadas son un medio para que una figura alcance el poder y una vez allí demuestra ser un estadista, un verdadero líder.
En otros casos, los políticos demuestran ser sólo la mentira que vendieron y, una vez descubiertos, se derrumban como torre de naipes. Es justo lo que le está pasando al congresista estadounidense George Santos, quien llevó el “arte” de mentir a su máxima expresión. Todo en él ha demostrado ser un engaño. Pero, a diferencia de otros países, donde una vez destapada la mentira y el escándalo las aguas se calman y los políticos siguen como si nada, en EU la carrera de Santos, apodado ya “el embustero”, está en la tablita.
Al igual que en Baudolino, el mentiroso compulsivo de la novela de Umberto Eco que hizo de su vida una mentira y de la mentira historia, prácticamente todo aquello que Santos dijo ser durante la campaña para las elecciones de medio término de noviembre pasado, que lo convirtieron en el primer legislador abiertamente gay en representar el estado de Nueva York en la Cámara Baja desde este año, es una falsedad.
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Nació el 22 de julio de 1988. Pero hasta su nombre despierta dudas. Conocido hoy como George Anthony Devolder, hijo de los brasileños Fatima Aziza Caruso Horta Devolder y Gercino Antonio dos Santos Junior, en algunos documentos se ha identificado como sólo George Devolder, como Anthonyt Devolder o, como Anthony Zabrovsky, de acuerdo con un reporte publicado por The Hill.
A estos se sumaría el de Kitara Ravache, el nombre que, de acuerdo con la drag queen brasileña Eula Rochard, y otro amigo del pasado de Santos, usó el actual legislador cuando actuaba como drag queen en Río de Janeiro. En ese tiempo, el estadounidense soñaba con ser Miss Gay Río de Janeiro. Según documentos de la corte, Santos vivió en Brasil entre julio de 2008 y 2011. Sus dos conocidos aseguran que compitió en concursos de belleza bajo el nombre de Kitara. ¿La respuesta de Santos? Que la historia es “categóricamente falsa”. Aunque la drag queen mostró una foto que parece mostrarla con el republicano, de aquella época.
Santos huyó de Brasil en medio de una investigación por fraude en su contra y se asentó en Nueva York. Compitió por primera vez para lograr un escaño en la Cámara de Representantes por Nueva York en noviembre de 2019. Perdió y, siguiendo el ejemplo del entonces presidente Donald Trump, se negó a aceptar su derrota y alegó que le hicieron fraude, sin poder probarlo. Fue un firme defensor de Trump, de quien decía había ganado la reelección. Hasta que el asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021, y la reacción de indignación que desató, lo hicieron dar un viraje y reconocer el triunfo del demócrata Joe Biden.
En 2022 volvió a competir por un escaño en la Cámara Baja. Su currículum lo mostraba como parte de la nueva ola de republicanos conservadores, con un pasado que incluía la dosis suficiente de drama, de nobleza, de astucia financiera, que el país necesitaba. Esta vez, ganó y ayudó a los republicanos a lograr una estrecha mayoría en la Cámara de Representantes. Sólo que, como Baudolino, todo en su currículum resultó ser una mentira. A la primera, que destapó el diario The New York Times, se han sumado otra, y otra, al grado de que Pinocho se queda corto.
Primero, sus estudios. Santos aseguró que obtuvo una licenciatura en Economía y Finanzas en el Baruch College en 2010, y en su currículum aseguró que obtuvo la maestría en Administración de Empresas en la Universidad de Nueva York. El Times habló al Baruch y nadie pudo darle alguna constancia de que Santos se hubiera graduado de ahí. Tampoco la Universidad de Nueva York pudo confirmar que el legislador hubiera estudiado ahí.
Finalmente, Santos confirmó al The New York Post que “no me gradué de ninguna institución de educación superior. Estoy avergonzado y lamento haber embellecido mi currículum. Reconozco eso. Hacemos cosas estúpidas en la vida. Mis pecados son haber embellecido mi currículum. Lo siento”, dijo, pero rechazó ser “un criminal” y aseguró que la controversia “no me disuadirá de tener éxito legislativo. Seré eficaz. Seré bueno… Muchas personas exageran en sus currículums, o los cambian un poco”.
En la misma entrevista confesó otras “mentirillas”, no precisamente piadosas. Según su currículum, trabajó con grandes firmas de Wall Street, como Goldman Sachs y CitiGroup. Sin embargo, investigaciones periodísticas revelaron que no fue así. La excusa que dio esta vez el republicano de 34 años fue que “escogí mal las palabras”. Lo que ocurrió, explicó, es que trabajó para una empresa llamada Link Bridge, que hizo negocios con Goldman y CitiGroup. “Seré más claro al respecto”, prometió. Santos no sólo no es el genio de las finanzas, sino que ha sido señalado de dirigir un esquema Ponzi que defraudó a estadounidenses.
Pero Santos no sólo mintió sobre su vida profesional, sino también sobre cosas más personales, por ejemplo, sobre sus antepasados judíos. Mientras recaudaba fondos, en su sitio de campaña afirmó que su madre era judía y que sus padres escaparon de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Nada de eso es cierto y no hay elemento alguno que vincule a su familia con los judíos.
Acorralado, Santos admitió que es “claramente católico”, pero que su abuela le había contado que era judía y luego se convirtió al catolicismo por temor a la persecución nazi. “Nunca dije ser judío”. “Soy católico, pero como supe que mi familia materna tenía historial judío, dije que era ‘casi judío’”, que en inglés se dice Jew-ish. Todo, alegó, fue una “pequeña” confusión. Una que desató la indignación de la comunidad judía en EU, que exigió explicaciones y disculpas —ninguna de las cuales ha ocurrido hasta ahora—. Por si un pasado judío y de persecución no era suficiente, Santos tampoco se ahorró el drama de una madre víctima del 11-S. Primero, tuiteó que los atentados de 2001 “se cobraron la vida de mi madre”, quien aquel día trabajaba en las oficinas de una de las torres del World Trade Center que cayeron tras ser impactadas por aviones. Luego, “aclaró” que su madre sobrevivió al ataque, pero murió después, víctima de un cáncer que, sugirió nada más, pudo haber sido provocado por el polvo y materiales que inhaló en aquella fecha fatal. Una investigación reveló que, en ese año, su madre no se encontraba en EU. Es más, no había registro de que haya estado en el país desde 1999.
Su pasado gay tampoco está muy claro. Aunque se declara abiertamente homosexual, y en su biografía mencionó a un “esposo” con quien vivía en Long Island, medios estadounidenses descubrieron que en 2012 se casó con una brasileña de la que después se divorció. No hay registro de un matrimonio posterior.
“Salí con mujeres en el pasado. Me casé con una mujer”, reconoció al New York Post. Aun así, dijo sentirse “bien” con su sexualidad. “Soy muy gay. La gente cambia”. Justo en su campaña, a sabiendas de que era un miembro de la comunidad gay, se le cuestionó sobre la retórica anti-LGBT que prevalece en el Partido Republicano al que pertenece. Eso dio a Santos la oportunidad de crear una nueva novela. Aseguró que en el tiroteo del club Pulse en Orlando, Florida, en 2016, su empresa “perdió cuatro empleados”. Muy emotivo, pero falso.
El diario The New York Times descubrió que ninguna de las 49 víctimas de este ataque trabajaba para alguna de las empresas en las que Santos había estado. Respondió con calma. “Perdimos a cuatro personas que iban a venir a trabajar para la empresa que estaba creando en Orlando”. Otra “pequeña” confusión.
Pero frente a tantas confusiones, llegó el hartazgo. Aunque el liderazgo republicano en la Cámara Baja han optado por guardar silencio sobre las mentiras compulsivas de Santos, temerosos de perder la mayoría de que gozan ahí, otros republicanos han externado su decepción con la mentira que resultó ser el legislador.
“El daño que sus mentiras han causado a muchas personas, especialmente aquellas que han sido impactadas por el Holocausto, son profundas”, dijo Joseph G. Cairo, presidente del Partido Republicano en el condado de Nassau. “En nombre del comité republicano del condado de Nassau, pido su renuncia inmediata”.
La fiscal de distrito del condado de Nassau, Anne Donnelly, anunció una investigación. “Los numerosos inventos e inconsistencias asociadas con el congresista Santos son poco menos que impactantes… Nadie está por encima de la ley y si se cometió un delito en este condado, lo perseguiremos”.
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