Miami.— Considerados como una generación inconforme, pero de poco carácter y muy sensibles a las críticas, a la frustración y a su capacidad para enfrentar la ansiedad, también son reconocidos por su enorme creatividad y nacieron inmersos en el mundo digital. Son autodidactas, muy audaces en lo que les interesa y, aunque no profundizan, por ejemplo, para ser expertos en materia de programación, sí son hábiles editores de sus propios videos.
Se les llama generación de cristal a partir de que la filósofa española Montserrat Nebrera calificara a los hijos e hijas de la llamada generación X como una nueva generación muy frágil, inconforme, sensible, difícil de darle gusto y seguridad.
“Se empeñan en ver lo que dicen que son nuestros defectos, quizá lo sean; pero yo sé, porque yo soy generación Z, que tenemos muchas más virtudes”, comenta a EL UNIVERSAL Thalía Gómez, desde San Diego, California. “Nacimos en medio de la tecnología, ni los adultos ni nosotros teníamos un manual, a todos nos ha sorprendido la velocidad a la que vamos. Entonces, yo también les pregunto, ¿por qué no lo previeron?.
“También se ha tratado de proteger a los más vulnerables, a aquellos -menores- que no recibían unas nalgadas, sino una verdadera paliza”, comenta Thalía.
Especialistas coinciden en que a esta generación hay que reconocerles que su sensibilidad humana ha despertado esa gran defensa a la comunidad LGBTIQ+; estar en contra de la la violencia a las mujeres, contra los pederastas y varias actitudes que estaban desde hace siglos escondidas en el silencio social.
“Nosotros fuimos literalmente malcriados desde pequeños, nos daban todo lo que queríamos porque nuestros padres querían vernos felices”, dice a este medio Julieta Rodríguez desde Nueva York. “Pero señalarnos como débiles o insensibles porque no valoramos las cosas, eso es una falta de respeto”.
Paulo, un joven youtuber e influencer que presenta contenidos platicando con su padre y otros adultos invitados, les preguntó durante una transmisión qué opinaban de la llamada generación de cristal y después de escuchar la típica respuesta de una mujer invitada, sobre los defectos que se le atribuyen, Paulo respondió sin titubear: “yo creo que lo que pasa es que ustedes eran muy sumisos” y después de risas nerviosas de los participantes, continuó: “yo creo que no es que seamos de cristal, estamos enfocados hacia otra vía, ¿no? Y todo el tema de los derechos humanos y todo eso, se dio precisamente por todo lo que hubo anteriormente”.
Alejandra Soriano puso sobre la mesa una pregunta que describe el cambio generacional de una manera muy particular. “¿Para quiénes están diseñadas las reglas sociales? Porque están mal dirigidos, necesitamos redireccionarlos hacia personas reales y no a personajes idealizados. Y hay que preguntarse, ¿Quién es realmente de cristal?, ¿ustedes por sentirse agredidos por no poder oprimirnos (a los jóvenes)? ¿o nosotros por no dejarnos oprimir?”.
El choque actual generacional se basa en la percepción de la vida, desde cimas muy distintas. La de los papás y todo adulto, a quienes les costó mucho construir su presente, sin grandes apoyos tecnológicos; y la de los jóvenes de la generación Z, centennials o cristal.
Para varios especialistas en el tema, los centennials son, con sus defectos y virtudes, exactamente lo que necesita el mundo en este momento de tantas transiciones. “No creo que alguien que es capaz de defender la dignidad humana y está consciente de que la violencia no es el camino, sea de cristal”, escribió el psicólogo especialista en el tema Gilberto Carazo.
“Es cierto que la ansiedad, por ejemplo, que tanto los aqueja, no es nada agradable; es desgastante. Pero debemos comprender que en su día a día hay una hiperconectividad tecnológica que les presenta una enorme gama de tipos de mundos de los cuales ellos quisieran formar parte o poseer, pero es inalcanzable”, dice el especialista; “son lo que ellos dicen, multitasking, hacen muchas cosas a la vez. Buscan reconocimientos y recompensas inmediatas. Son capitalistas y consumistas a más no poder, todo eso y más, es lo que les absorbe y los hace vulnerables a las críticas”.
Cuántas veces son señalados como una generación inmadura e infantil. “Tal vez en lo que se refiere a que somos berrinchudos podría creerlo”, dice Julieta; “pero tienen que detenerse y darse un tiempo para conocernos. Detrás de cada uno de nosotros, sensibles, existe una persona con emociones e ideales que necesita la aceptación y no ser reprimida”.
Esta búsqueda de aceptación, de acuerdo con especialistas, se debe también a su capacidad para valorar la amistad, la prudencia, la valentía, la justicia, la fortaleza y la templanza. “Eso es lo que debemos ver en ellos”, comenta Carazo.
El concepto de generación de cristal fue acuñado en 2011, durante un escrito de opinión de la filósofa Montserrat Nebrera; el término trascendió y quedó como marca de la llamada generación Z o centennials. El siguiente párrafo resume en mucho, lo que Nebrera quiso describir.