Con el corte hoy del suministro de gas natural ruso a Polonia y Bulgaria ha quedado en evidencia la enorme dependencia energética de Moscú que tienen muchos países europeos.
Un reciente estudio del Instituto de Estudios Económicos Internacionales de Viena (WIIW) señala que las regiones más expuestas al gas y petróleo ruso son los países de Europa del Este y los Balcanes.
Además de encontrar suministradores alternativos en un mercado ya muy ajustado, el problema es que técnicamente no es posible usar las mismas instalaciones para las diversas fuentes de energía.
La principal alternativa al gas ruso a corto y mediano plazo es el gas natural licuado (GNL), sobre todo de Estados Unidos, aunque en el este y sureste de Europa solo Polonia, Croacia y Grecia disponen de plantas de regasificación.
Aseguran que no habrá escasez
Con unas reservas de gas "cercanas al 80%", el gobierno polaco asegura que no habrá escasez de ese carburante en los hogares pese a la interrupción del suministro ruso.
Hasta hace poco, 55% del gas que Polonia consumía provenía de ese país, pero desde hace meses Varsovia ha buscado a nuevos proveedores, como Qatar.
Dentro de poco entrará en funcionamiento un nuevo gasoducto entre Polonia y Lituania, y en octubre iniciará su servicio la "tubería báltica", para traer grandes cantidades de gas desde Noruega.
Además, Polonia dispone de una terminal de gran capacidad de procesamiento del GNL, que llegará de Estados Unidos y Catar. Ya antes del corte ruso, Polonia tenía ya proyectado dejar de depender del gas ruso a finales de año.
Activan reservas
Bulgaria fue durante décadas el país más cercano a la Unión Soviética en el sureste de Europa y depende hoy por completo de las importaciones energéticas rusas.
La principal refinería de petróleo es propiedad del consorcio ruso Lukoil, que cubre 60% de la demanda de combustible. Además, la única central nuclear del país es de construcción rusa y depende del combustible nuclear importado de ese país.
Tras el corte hoy de los suministros, el gobierno búlgaro dijo que tiene reservas de gas para varios meses y recordó que tras el verano funcionará un nuevo interconector con Grecia que permitirá importar grandes cantidades de gas de otros países, como Azerbaiyán.
“No es una sorpresa que el Kremlin utilice combustibles fósiles para intentar chantajearnos” y “nuestra respuesta será inmediata, unida y coordinada”, dijo en una breve rueda de prensa la presidenta del Ejecutivo comunitario, la alemana Ursula von der Leyen, en respuesta al coret del suministro de gas anunciado por Moscú. La funcionaria subrayó que la UE ya había elaborado planes de contingencia ante ese escenario.
También el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, aseguró en las redes sociales que los Veintisiete responderán "unidos" y de manera solidaria ante la decisión unilateral de Gazprom, que Bruselas entiende como la utilización de la energía como arma de guerra.
La gasística rusa ha dejado de enviar gas a Polonia y Bulgaria pese a tener obligaciones contractuales, alegando que esos países habían rechazado abonar los pagos en rublos, como exige Moscú para sortear parte de las sanciones financieras impuestas por la UE como respuesta a la invasión de Rusia sobre Ucrania.
Con información de Agencias.
agv