Miami.— La configuración del nuevo gabinete de Donald Trump, exmandatario y vencedor en las presidenciales, es crucial. Se prevé que sean personalidades que prometen traer un enfoque disruptivo.
El republicano trae a la mesa de opciones: el primero y más afamado es Elon Musk, y el segundo, Robert F. Kennedy Jr.
De acuerdo con Octavio Pescador, académico y analista de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), quien está al frente de la selección del gabinete y asesores cercanos al exmandatario es su hijo Donald Trump Jr.
Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, no será un secretario del gabinete formal, pero sí uno de los asesores más influyentes en la estructura del nuevo gobierno. Trump ha dejado en claro que Musk liderará una comisión enfocada en la reducción del gasto y la optimización del aparato gubernamental.
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Trump ha propuesto integrar a Robert F. Kennedy Jr. en su administración, particularmente en roles relacionados con la salud pública y la agricultura. Kennedy Jr., abogado y activista ambiental, ha sido una figura destacada por sus posturas críticas hacia las vacunas y su defensa de un enfoque alternativo en temas de salud y agricultura sostenible.
Kennedy Jr., quien fundó la organización Children’s Health Defense, ha defendido reformas profundas en el sistema de salud de EU, con un enfoque en la reducción de regulaciones y un escepticismo hacia ciertas políticas de salud pública. Además, Kennedy Jr. ha mostrado interés en influir en políticas agrícolas, promoviendo la agricultura regenerativa y cuestionando la dependencia de la industria en pesticidas y otros productos químicos.
Susie Wiles ha sido confirmada por Trump para convertirse en la primera mujer en liderar la Jefatura de Gabinete en la Casa Blanca. Wiles tiene una trayectoria sólida en la organización de campañas políticas republicanas, siendo un activo estratégico en la campaña de Trump. Su habilidad para ejecutar operaciones políticas complejas y movilizar bases electorales se ha demostrado repetidamente, lo que le ha ganado la completa confianza de Trump.
Trump anunció que no invitará a Mike Pompeo, quien fue secretario de Estado y director de la CIA, ni a Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante la ONU, a su gabinete. “Disfruté y aprecié trabajar con ellos anteriormente y desearía agradecerles por su servicio al país”, indicó el exmandatario estadounidense.
“El viernes, el Financial Times informó que Trump había pedido al exrepresentante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, que volviera a dirigir la agencia, que es un puesto a nivel de gabinete en la oficina ejecutiva del presidente y es responsable de gran parte de la política comercial de la Casa Blanca. Pero una fuente familiarizada con el tema, a quien se le concedió el anonimato para hablar de discusiones internas sobre el personal, dice que eso es “totalmente falso””, indicó el medio Politico.
¿Rubio para la secretaría de Estado?
Como secretario de Estado suena Marco Rubio, senador por Florida, reconocido por su postura firme contra regímenes autoritarios, especialmente en América Latina. Rubio se ha pronunciado repetidamente sobre la necesidad de apoyar a los países democráticos del hemisferio occidental frente a regímenes de corte dictatorial, como el de Venezuela y Cuba.
Bill Hagerty, actualmente senador por Tennessee y exembajador en Japón, tiene una amplia experiencia en Asia, una región crítica en la política exterior estadounidense. Durante su tiempo en el país asiático, Hagerty trabajó para fortalecer la alianza entre ambos países en temas de seguridad y comercio. Su experiencia en temas de Asia-Pacífico y su conocimiento de los desafíos con China y Corea del Norte lo posicionan como una opción destacada para también liderar el Departamento de Estado.
Robert O’Brien, exasesor de Seguridad Nacional, es un diplomático con amplia experiencia en manejo de crisis internacionales y en la resolución de conflictos. En su tiempo como asesor de Seguridad Nacional ayudó a desarrollar estrategias de política exterior que reforzaron la seguridad estadounidense y promovieron negociaciones de paz en regiones de conflicto.
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Como posible secretario de Estado aportaría un enfoque basado en la seguridad y en las alianzas estratégicas, centrándose en la protección de los intereses de Estados Unidos a nivel mundial.
Departamento de Defensa
Richard Grenell es una figura leal y de confianza para Trump, quien ya ha desempeñado roles de alto perfil, como director interino de Inteligencia Nacional y embajador en Alemania. Grenell es conocido por su enfoque pragmático y director en temas de seguridad, lo que lo hace ideal para supervisar el Departamento de Defensa.
Tom Cotton, senador por Arkansas y veterano del ejército, ha sido una figura prominente en el Senado en temas de seguridad nacional y defensa. Con una postura de línea dura en temas de defensa, Cotton es un defensor de un ejército fuerte y de una política exterior intervencionista cuando sea necesario
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¿Paxton como fiscal general?
Ken Paxton, fiscal general de Texas, ha demostrado ser un defensor incondicional de las políticas de Trump, liderando múltiples demandas en apoyo de la agenda conservadora, incluyendo temas de inmigración y derechos de armas.
John Ratcliffe, exdirector de Inteligencia Nacional y excongresista, posee una profunda comprensión de los temas de seguridad y de la ley, con un enfoque en la protección de los intereses nacionales. Su trabajo en inteligencia y su alineación con la visión de Trump lo convierten en una opción confiable para liderar el Departamento de Justicia.
Mike Lee, senador por Utah y abogado constitucionalista, es respetado por su postura de interpretación estricta de la Constitución. Lee ha sido un fuerte defensor de la limitación del gobierno federal y de la autonomía de los estados; su experiencia en asuntos judiciales hace que sea un candidato sólido para el cargo de fiscal general.
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Política comercial
Steven Mnuchin, quien ya sirvió como secretario del Tesoro en la primera administración de Trump, aporta un conocimiento de las políticas económicas y los mercados.
Larry Kudlow, exdirector del Consejo Económico Nacional y comentarista económico, es conocido por su enfoque procrecimiento y sus políticas fiscales conservadoras. John Paulson, un destacado inversionista y gestor de fondos de cobertura, aporta una visión externa al sistema financiero.
Secretaría de Seguridad Nacional
Ken Cuccinelli, exsubsecretario interino de Seguridad Nacional, ha sido un defensor firme de las políticas de inmigración de Trump, en especial en la implementación de políticas de seguridad fronteriza.
Tom Homan, exdirector interino de ICE, es conocido por su enfoque en la implementación de controles de inmigración estrictos.
Chad Wolf, exsecretario interino del DHS, tiene experiencia en la administración de políticas de seguridad nacional y migración.
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¿Un antivacunas para salud?
Robert F. Kennedy Jr., conocido por su postura crítica hacia las vacunas y su activismo en salud pública, es una opción polémica para el cargo. El doctor Ben Carson, neurocirujano de renombre y exsecretario de Vivienda y Desarrollo Urbano, es una figura respetada en el ámbito médico y en la administración pública. Carson aportaría una perspectiva médica en la Secretaría de Salud y Servicios Humanos.
Secretaría de Energía
Rick Perry, exgobernador de Texas y exsecretario de Energía, es una figura de alto perfil en el sector energético. Perry, con su experiencia en la industria del petróleo y gas, impulsaría políticas favorables a los combustibles fósiles en un contexto de competencia energética global.
Doug Burgum, gobernador de Dakota del Norte, aporta experiencia en la producción de energía y en políticas tecnológicas.
Secretaría de Agricultura
Sonny Perdue, exgobernador de Georgia y exsecretario de Agricultura, tiene una trayectoria sólida en el manejo de políticas agrícolas y en el fortalecimiento del comercio exterior. Perdue representa una opción de estabilidad y experiencia.
Ted McKinney, exsubsecretario de Comercio y Asuntos Agrícolas Extranjeros, aporta un enfoque de comercio internacional en el sector.
Embajada de EU ante la ONU
La congresista de Nueva York, Elise Stefanik, pasó de ser una moderada a una firme partidaria de Trump.