Osaka, Japón.— Los líderes del G20 advirtieron ayer sobre los crecientes riesgos para la economía mundial; sin embargo, no llegaron a criticar el proteccionismo y sólo pidieron un ambiente de comercio justo y libre, después de conversaciones que algunos describieron como difíciles. Además, lograron un consenso de mínimos sobre el cambio climático.

En un comunicado, al final de una reunión de dos días en la ciudad de Osaka, en el oeste de Japón, afirmaron que el crecimiento mundial sigue débil y que el riesgo es que se ralentice, en la medida en que aumenta la tensión comercial y geopolítica.

“Nos esforzamos por lograr un ambiente de inversión y comercio libre, justo, no discriminatorio, transparente, predecible y estable, y mantener nuestros mercados abiertos”, dijeron en la cumbre, en la que por segunda vez se abstuvieron de insistir en la necesidad de resistir el proteccionismo.

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, enfatizó que los líderes del G20 tienen mucho en común, como el reconocimiento compartido de la necesidad de que el grupo siga siendo un motor clave del crecimiento global. “El G20 estuvo de acuerdo en los principios fundamentales que respaldan un sistema de libre comercio”, señaló Abe, quien agregó que el grupo también prometió un compromiso más activo para mejorar el sistema de solución de controversias de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Al preparar la declaración del G20, Japón, que presidió las reuniones, buscó un terreno común con Estados Unidos, que se opone al lenguaje que denuncia el proteccionismo, y otros países que quieren una respuesta más decidida contra la tensión comercial.

“No hubo decisiones innovadoras, pero (...) todos los participantes confirmaron su aspiración de seguir trabajando para mejorar el sistema de comercio mundial, incluida la aspiración de trabajar en la reforma de la OMC”, dijo el presidente ruso, Vladimir Putin.

Los mandatarios, además, lograron adoptar un consenso de mínimos sobre el clima, pero las negociaciones fueron difíciles, puesto que algunos países parecen dispuestos a alinearse con la posición de la Unión Americana.

El comunicado final de su cumbre en Osaka, firmada por 19 jefes de Estado y de gobierno, se refiere a la “irreversibilidad” del gran acuerdo de lucha contra el cambio climático firmado en París en 2015.

EU se mantuvo al margen, como en las anteriores citas del G20, tras haber intentado bloquear la declaración, según la presidencia francesa. “Habida cuenta de la situación actual, el formato 19+1 es el mejor escenario posible, pero por supuesto que, en vista de los grandes riesgos climáticos, esto no es un acuerdo ideal”, declaró Yukari Tkamura, profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Tokio. “Estados Unidos trató de empujar a varios gobiernos, incluidos Arabia Saudita, Brasil y Turquía, a edulcorar el texto”, indicó Yuki Tanabe, de la ONG Japan Center for a Suitanaible Environment and Society (JACSES).

La Unión Europea (UE) hizo todo lo posible por “mantener, al menos, los compromisos existentes en los últimos G20”. Ante los medios, el presidente francés, Emmanuel Macron, amenazó con no firmar el texto si la declaración no apoyaba el Acuerdo de París, su “línea roja”.

En este escenario, China también se situó en primera línea, difundiendo junto a Francia y la ONU una declaración común, previa a la COP25 que se celebrará en Chile en diciembre. El ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, sub- rayó la “urgencia” de la cuestión climática.

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