París. Los sindicatos de funcionarios y empleados públicos en Francia organizaron este jueves una jornada de paro con impacto sobre todo en la educación y en el tráfico aéreo, inicialmente contra los recortes anunciados por el Gobierno, que fue tumbado por una moción de censura.
El Ministerio de la Función pública cifró en un 18.62% el seguimiento de la huelga en la Administración del Estado y ese porcentaje fue particularmente elevado en la educación, según ese departamento, con el 31.32% entre los docentes, sobre todo los de primaria.
Una portavoz de la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) indicó a EFE a mediodía que se estaba cumpliendo sin incidentes el programa establecido tras haber pedido a las compañías aéreas que suprimieran vuelos en los aeropuertos de París, Toulouse y Marsella para tener en cuenta la convocatoria sindical.
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La portavoz también indicó que la protesta podría tener algún impacto en los tiempos de sobrevuelo del espacio aéreo francés para aviones que tuvieran como origen o destino aeropuertos de otros países europeos.
La DGAC había solicitado a las aerolíneas que anularan un 10% de su programa de vuelos en el aeropuerto de París Charles de Gaulle entre las 6:00 y las 12:00 horas (entre las 5:00 y las 11:00 GMT).
En París-Orly tenían que suprimir el 25 % a partir de las 18:00 horas (17:00 GMT), en Marsella el 50 % a partir de esa misma hora y en Toulouse el 20 % durante toda la jornada.
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Siete sindicatos (todos los grandes, salvo Fuerza Obrera) habían convocado esta jornada de paro a mediados de noviembre, en un principio en respuesta a los planes de recortes del ministro de la Función Pública, Guillaume Kasbarian.
En concreto, se trataba de aumentar de uno a tres los días que los empleados públicos tendrían que esperar cuando están de baja por enfermedad para recibir la compensación salarial, como en el sector privado, y de reducir la indemnización por enfermedad, medidas que debían generar un ahorro de mil 200 millones de euros.
Los sindicatos habían añadido también toda una serie de reivindicaciones como una mayor dotación presupuestaria para una cobertura de los servicios públicos que consideran insuficiente y la revalorización salarial.
Alrededor de 160 manifestaciones estaban previstas por todo el país, la más importante en París, donde estuvieron algunos de los líderes sindicales, como la secretaria general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Sophie Binet, que en declaraciones a los medios denunció las “políticas de austeridad”.
Binet subrayó que se están suprimiendo “cientos de miles de empleos” en Francia en las empresas y en el sector público y que el país está “en una situación de crisis social“, pero también en “una crisis democrática inquietante”.
Refiriéndose a la caída del Gobierno del primer ministro conservador, Michel Barnier, por la moción de censura votada el miércoles por la izquierda y la extrema derecha, la máxima responsable de la CGT se dirigió al presidente francés para pedirle que escuche a los sindicatos.
Sobre todo, advirtió que “no habrá un Gobierno que aguante en el tiempo si no responde a las exigencias sociales“, antes de insistir en calificar de “catástrofe” la política económica de los Ejecutivos de Macron.
Para Binet, las tres grandes prioridades deben ser, por este orden, “el empleo”, “los servicios públicos" y “la derogación de la reforma de las pensiones”.
ss/mcc