Lima.— La candidata derechista Keiko Fujimori insistió ayer en que hubo “fraude” en la elección presidencial en Perú, a pesar de que la OEA afirmó que fue limpia, mientras el izquierdista Pedro Castillo, que está al frente del escrutinio, pidió “serenidad” a sus partidarios.

“Hay fraude en la mesa, manipulación en mesa”, así como “hechos muy graves en esta última etapa” del conteo de voto, afirmó sin aportar pruebas contundentes Fujimori durante una reunión con la prensa extranjera, mientras sus opciones de ganar el balotaje parecen cada vez más reducidas.

Más tarde, protagonizó un mitin de protesta en el centro histórico de Lima junto a miles de sus seguidores. Mientras sus seguidores gritaban “no al fraude” y “respeta mi voto”, la candidata del partido derechista Fuerza Popular agradeció a los colectivos que organizaron la manifestación “para pedir que se respete su voto”.

“Voy a reconocer los resultados, pero hay que esperar el final”, prometió la candidata, insistiendo en que hubo irregularidades que habrían favorecido a su rival, un maestro de escuela rural de Cajamarca (norte).

Por la tarde, partidarios de Fujimori y Castillo se manifestaron frente a la sede del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) en Lima, y decenas de policías, provistos de escudos plásticos, formaron un cordón para evitar que ambos grupos se enfrentaran.

Luego los partidarios de Fujimori se congregaron en la plaza Grau, próxima al Palacio de Justicia, en un mitin al que asistió la candidata. Manifestaciones similares de ambos bandos había en otras ciudades del interior del país, según medios locales. Castillo pidió este sábado “paciencia” y “tranquilidad” a sus partidarios, convencido de que está cerca de ser proclamado ganador.

“Aquí no hay [todavía] ganadores ni perdedores”, expresó Fujimori, quien aseguró que la “izquierda internacional está interviniendo” en los comicios en Perú, en alusión a los saludos a Castillo por su “victoria” de líderes latinoamericanos, entre ellos el mandatario argentino, Alberto Fernández, y el expresidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

Ante los saludos del exterior, el gobierno peruano “se ha visto en la obligación” de entregar notas de protesta a los embajadores de esos países, dijo la cancillería. “Si somos ganadores, espero que ellos [los de Castillo] se acerquen”, agregó la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).

“Vamos a tender puentes una vez que acabe el resultado”, añadió la candidata de 46 años, que enfrenta su tercer balotaje. La Misión de Observación Electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA) dijo el viernes que el balotaje en Perú fue un “proceso electoral positivo” y que no detectó “graves irregularidades”.

El informe de los enviados de la OEA, encabezados por el excanciller paraguayo Rubén Ramírez, respaldó la labor de los órganos electorales peruanos cuestionados por Fujimori.

Castillo tiene una ventaja de unos 51 mil votos, con 99.89% de las mesas escrutadas, pero el JNE, órgano que revisa el proceso y proclama al vencedor, todavía debe resolver los pedidos de impugnar miles de sufragios, sobre todo por parte de Fujimori. El plazo para impugnar venció el miércoles y Fujimori alcanzó a presentar sólo una parte de las papeletas que pretendía que fueran anuladas, según medios locales.

Fujimori también declaró que confía en no volver a prisión en pocos días cuando un juez examine su libertad por un caso de lavado.

“Confío que el poder judicial no va a tomar el argumento de la prisión preventiva que ha hecho el fiscal [José Domingo] Pérez”, aseguró Keiko Fujimori a la prensa internacional durante una conferencia.

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