San José.— Tras disfrutar durante más de nueve meses de una cuestionada libertad, el ex presidente peruano Alberto Fujimori podría retornar en cualquier momento a una prisión en su país para terminar de cumplir una condena de 25 años por matanzas y violaciones a los derechos humanos, luego de que la Corte Suprema de Justicia de Perú anuló ayer el indulto humanitario por razones de salud que se le otorgó el 24 de diciembre de 2017.
El magistrado Hugo Núñez, del Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte Suprema de Justicia de Perú, anunció que el indulto concedido por el entonces presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, quedó anulado, por lo que giró órdenes de ubicación y captura del ex gobernante.
El Poder Judicial de Perú informó en su cuenta de Twitter que Núñez emitió las órdenes contra Fujimori para “que sea reingresado al establecimiento penitenciario que designe la autoridad penitenciaria”. Núñez “declaró fundado [el] pedido de la parte civil de no aplicación del indulto humanitario a favor” del ex mandatario, detalló, en referencia a los reclamos planteados por familiares de las víctimas para oponerse al perdón.
En declaraciones al Canal N, de Perú, el abogado peruano Miguel Pérez, defensor de Fujimori, confirmó que apelará la resolución desfavorable a su cliente, de quien narró que se encuentra “bastante consternado”.
Pese a que el fallo “es acatable”, en términos jurídicos “es cuestionable”, agregó, al reafirmar que “claro que sí” apelará, ya que “hay una doble instancia que se tiene que reconocer”.
Luego de que se divulgó la noticia de la revocatoria del indulto, el ex presidente fue trasladado ayer en la tarde a la clínica Centenario, en Lima, según informes de medios peruanos de prensa. Fujimori sufre de problemas cardíacos, entre otros padecimientos.
Fujimori, de 80 años y presidente de Perú de 1990 a 2000, cayó preso en 2005 en Chile, fue extraditado en 2007 a su país e indultado tras purgar 10 de los 25 años de cárcel a los que se le sentenció en 2009 por crímenes de lesa humanidad, por dos matanzas en Lima en 1991 y 1992 en la lucha contra las guerrillas comunistas peruanas de 1980 a 2000.
El perdón surgió de un pacto político entre Kuczynski y Kenji Fujimori, hijo del ex gobernante. Kuczynski aceptó entregarlo después de que la bancada legislativa fujimorista votó el 21 de diciembre pasado en contra de destituirlo por presuntamente recibir dinero de la constructora brasileña Odebrecht, centro de un escándalo mundial de corrupción. Por efecto de la crisis que se desató por el beneficio a Fujimori, Kuczynski dimitió el 23 de marzo de este año.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos resolvió en junio pasado que el indulto incumplió normas internacionales, identificó “serios cuestionamientos” a la medida y dijo que la justicia peruana debía definir vías para garantizar justicia a las víctimas de los hechos atribuidos a Fujimori.
Internado. Unidades policiales rodearon la residencia del ex jefe de Estado en un distrito de Lima tras la derogatoria del perdón, aunque Fujimori logró salir de su hogar a bordo de una ambulancia rumbo a una clínica en compañía de su hijo Kenji, según reportes de medos peruanos de prensa. En su cuenta en Twitter, Kenji escribió ayer: “Como hijo de Alberto Fujimori es mi deber humano estar con él en sus momentos más difíciles. Hoy nuevamente estoy contigo en una ambulancia, te amo y si tengo que dar mi vida y hasta mi libertad por ti, así lo haré. Siento mucho dolor”.
Keiko Fujimori, líder del partido Fuerza Popular, pidió a sus “enemigos” el fin del “ensañamiento” en contra de su padre. Amnistía Internacional (AI) dijo que la anulación del indulto es una victoria para las víctimas de los crímenes de lesa humanidad por los que Fujimori fue condenado.