Concluido el debate presidencial entre los candidatos presidenciales de Estados Unidos, el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris, el reclamo republicano fue unísono: no solo Harris estaba contra Trump, sino también los moderadores, David Muir y Linsey Davis.
A diferencia del debate entre Trump y el presidente Joe Biden, moderado por la cadena CNN, en el que los conductores se limitaron a hacer las preguntas, en el del martes entre Trump y Harris, moderado por ABC News, hubo fact checking y Muir y Davis exhibieron las mentiras de Trump y aportaron contexto. Como cuando el candidato republicano dijo que los migrante en Ohio se están comiendo a las mascotas, y lo desmintieron, o cuando dijo que las leyes permiten abortar a los 9 meses de embarazo. "No hay una ley así en ningún estado", aclaró Muir.
Los republicanos enfurecieron. "Estos moderadores son un fracaso vergonzoo y este es uno de lo debates más parciales e injustos que he visto. Debería darte vergüenza, ABC", escribió en X la comentarista Megyn Kelly, una de las voces más escuchadas por la derecha norteamericana. Fueron tres contra unos", agregó en su canal de YouTube.
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Antes de que terminara el debate, la campaña de Trump dijo al diario The Washington Post que el debate fue “tres contra uno″, acusando a los moderadores de estar del lado de Harris. En redes sociales varios usuarios cuestionaron que los moderadores realizaron mucho fact checking a los comentarios de Trump, no así a los de Harris.
El propio Trump cargó contra los moderadores. Terminando el debate, dijo que pensaba que había sido su "mejor debate", y que Harris "no lo había hecho tan bien". Sin embargo, añadió que "obviamente, fue tres contra uno".
Este miércoles, en entrevista con Fox & Friends, el exmandatario insistió en que el debate "estuvo arreglado", que los moderadores fueron "terribles", que hubo "tres conta uno", pero aún así, dijo que ganó. "Creo que hice un gran trabajo".
mcc