Bruselas.— El dinero en efectivo continúa dominando la cartera financiera de la delincuencia organizada , aunque paulatinamente el uso de las divisas digitales gana terreno en ámbitos como el lavado de dinero, el fraude y el comercio de bienes ilícitos.
Esa es la conclusión a la que llega Europol en un estudio dirigido a evaluar la magnitud con que los criminales usan las criptomonedas .
De acuerdo con el análisis, el empleo de las monedas virtuales no es más una actividad exclusiva de organizaciones criminales cibernéticas , en la actualidad, todo tipo de organización delictiva intenta sacar ventaja de esta innovadora técnica financiera.
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“El uso de la moneda virtual para actividades delictivas y el lavado ha crecido en los últimos años en términos de volumen y sofisticación”.
“Las herramientas que facilitan el uso de las criptomonedas ahora son ampliamente disponibles, y servicios dedicados a la canalización de las ganancias han quedado plenamente establecidos”.
En consecuencia, destaca el organismo con sede en La Haya , el uso delictivo de la criptomoneda ya no se limita a las actividades de ciberdelincuencia; ahora tiene que ver con todos los tipos de delitos que requieren de transferencia financiera.
Sobre la magnitud de la penetración de la delincuencia el mercado de las criptomonedas, las visiones son encontradas entre la academia y las instituciones privadas especializadas.
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Firmas como Chainalysis , estiman que las actividades ilícitas representan solo el 0,34% de todas las actividades realizadas en criptomonedas, es decir, unos 10 mil millones de dólares en volumen de transacciones en 2020.
En contraste, en la academia, los estudiosos de la Universidad de Tecnología de Sídney, Sean Foley, Jonathan Karlsen y Talis Putnins, estiman que alrededor de 23% de todas las transacciones están asociadas con actividades delictivas.
Europol sostiene que los cálculos difieren muy probablemente por el tipo de metodología utilizada y la aplicación de enfoques diferenciados.
En donde sí hay coincidencia, destaca, es en que el uso ilícito de criptomonedas está predominantemente asociado con fines de lavado de dinero, el fraude y el comercio en línea de bienes ilícitos y servicios, como drogas y material de pornografía infantil.
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“Las criptomonedas son usadas cada vez más para lavar las ganancias del narcotráfico . En los últimos años, las autoridades de la Unión Europea han llevado a cabo varias investigaciones sobre el blanqueo del narcotráfico utilizando criptomonedas”.
Las monedas virtuales que permiten cierto anonimato han ganado popularidad en los últimos años entre los delincuentes, como Monero, Dash, Ethereum, Zcash, aunque ninguna ha llegado a los niveles de Bitcoin, “muy probablemente porque no tienen tanta liquidez”.
En cuanto al modus operandi , sostiene que a menudo los fondos ilícitos no transitan directamente de una cartera a otras; el proceso implica varios pasos en los que se involucran diferentes entidades y se emplean técnicas que no son estandarizadas en los mercados financieros.
Señala que la criptomoneda es la moneda de pago por excelencia en la dark-web. El volumen de transacciones de criptomonedas en la web oscura durante el 2020, habría ascendido a mil 700 millones de dólares.
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“La criptomoneda sigue siendo atractiva para los delincuentes, principalmente por su naturaleza seudoanónima y la facilidad y velocidad con la que se pueden enviar fondos en cualquier lugar del mundo”.
Sin embargo, puntualiza, su uso para fines ilícitos parece comprender solo una pequeña parte del universo económico de la criptomoneda. La volatilidad de las monedas digitales y el riesgo que ello implica, podría ser el principal elemento disuasorio para una mayor utilización por parte de las bandas criminales.
“Las redes delictivas pueden mostrarse reticentes a depositar sus fondos en monedas impredecibles, comparando la estabilidad que ofrece el flujo de efectivo”.
Además de la volatilidad, este sistema monetario está cada vez más bajo la lupa de las agencias de investigación. Pone como ejemplo el caso de BTC-e, la cual fue operada por un ruso desde su creación en 2011 hasta que fue intervenida por autoridades estatales en 2017.
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La divisa virtual fue confiscada por facilitar transacciones financieras relacionadas a la corrupción y el narcotráfico. La investigación reveló que en el transcurso de sus operaciones, BTC-e procesó más de 4 mil millones dólares.