El papa Francisco urgió ayer a Colombia a “no decaer en el esfuerzo por construir” la paz y la unidad nacional luego de más de 52 años de guerra, lamentó que “es mucho el tiempo pasado” en el odio y la revancha, pidió “huir de toda tentación de venganza” y, tras advertir que “la inequidad es la raíz de los males sociales”, soltó un clamor: “Escuchen a los pobres”.

En un mensaje al aire libre en la mañana ante la entrada principal del Palacio Presidencial de Nariño y al lado del presidente colombiano Juan Manuel Santos, el Santo Padre puso la paz y a la reconciliación en el centro de su visita a este país, recalcó que es “una tarea que no da tregua y que requiere el compromiso de todos” con diferencias y alabó “los esfuerzos que se hacen, a lo largo de las últimas décadas, para poner fin a la violencia armada”.

“No queremos que cualquier tipo de violencia restrinja o anule ni una vida más. Y quise venir hasta aquí para decirles que no están solos, que somos muchos los que queremos acompañarlos en este paso”, subrayó, en el primer discurso formal de su gira.

Tras destacar “los pasos dados hacen crecer la esperanza, en la convicción de que la búsqueda de la paz es un trabajo siempre abierto”, el Pontífice aludió a la firma de la paz en 2016 y elogió que “en el último año ciertamente se ha avanzado de modo particular”. “No decaer en el esfuerzo por construir la unidad de la nación y, a pesar de los obstáculos, diferencias sobre la manera de lograr la convivencia pacífica”, persistir en la “cultura del encuentro”, instó.

“En la diversidad está la riqueza”, recalcó, en alusión indirecta a la polarización de este país por el resultado del proceso que las ex subversivas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno desarrollaron desde 2012 en Cuba y que permitió firmar a finales de 2016 un acuerdo de paz, ya en ejecución, pero que divide al país, con algunos acusando a Santos de excederse en las concesiones. Anoche se dio a conocer una carta del jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, pidiendo el perdón papal por “cualquier lágrima o dolor que hayamos ocasionado al pueblo de Colombia”.

Francisco proclamó que su viaje a Colombia, que inició el pasado miércoles y concluye el domingo, “quiere ser un aliciente” y una “contribución que allane un poco el camino de la reconciliación y la paz”.

En el primer día completo de su periplo, que hoy le llevará a Villavicencio, el sábado a Medellín y el domingo a Cartagena de Indias, el Vicario de Cristo mencionó al fallecido escritor colombiano Gabriel García Márquez y, en un juego de palabras sobre su obra cumbre —Cien años de soledad— afirmó que “es mucho el tiempo pasado en el odio y la venganza... La soledad de estar siempre enfrentados ya se cuenta por décadas y huele a 100 años”. Ante dos tribunas con autoridades políticas y religiosas, diplomáticos, empresarios, representantes de la sociedad civil, solicitó desterrar “la ley del más fuerte”.

Al señalar la necesidad de “resolver las causas estructurales de la pobreza que generan exclusión y la violencia”, abogó por “superar los conflictos que han desgarrado a esta nación por décadas” y alertó que “la inequidad es la raíz de los males sociales”. “Les pido que escuchen a los pobres, a los que sufren. Mírenlos a los ojos y déjense interrogar en todo momento por sus rostros surcados de dolor”, exhortó.

Santos agradeció el apoyo de Francisco a la paz y, sin mencionar a los opositores al acuerdo, lanzó: “Confiamos que su visita abra el corazón y las mentes de los colombianos a la paz que estamos construyendo”.

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