París.— El presidente francés Emmanuel Macron hizo un llamado ayer “a la calma”, en medio de los temores a que se desate una “gran violencia” en las manifestaciones de este sábado; ello, pese al anuncio del gobierno de que no habrá aumento al impuesto al combustible en 2019.

“Tenemos razones para temer una gran violencia”, dijo el Elíseo a la agencia AFP, en un momento en que se multiplican los llamados a las protestas antigubernamentales por todo el país y se extienden a otros sectores. Muchos manifestantes dijeron que el anuncio del gobierno llega “demasiado tarde” y ya no basta para apaciguar el creciente enojo de los franceses contra Macron, de quien dicen desconoce los problemas de la gente ordinaria.

El fin de semana pasado, miles de manifestantes tomaron el Arco del Triunfo, montaron barricadas en el corazón de París y prendieron fuego a vehículos, y el gobierno busca evitar que se repitan escenas así.

Macron pidió a los responsables políticos y sindicales hacer un “llamado a la calma”. “El momento que vivimos ya no es el de la oposición política”, dijo el portavoz del gobierno, Benjamin Griveaux, citando a Macron. “El presidente pidió a las fuerzas políticas, sindicales y patronales lanzar un llamado claro y explícito a la calma”, agregó el vocero.

“Están en juego la seguridad de los franceses y nuestras instituciones”, abundó el primer ministro, Edouard Philippe, en un discurso pronunciado ante la Asamblea Nacional.

Francia vive desde hace tres semanas protestas convocadas por un movimiento popular autodenominado “chalecos amarillos”, que empezó como una protesta contra el alza del impuesto a los combustibles y ahora refleja una exasperación social más amplia.

El martes, el gobierno acordó suspender el aumento del impuesto del combustible durante seis meses, pero en lugar de tranquilizar a los manifestantes, provocó que grupos como sindicatos comerciales y agricultores anunciaran que se sumaban al movimiento. Ayer hubo incluso bloqueos en escuelas secundarias contra la reforma educativa del gobierno, y los sindicatos estudiantiles llamaron a intensificar hoy las huelgas.

Para intentar calmar los ánimos, el Ejecutivo anunció anoche que renuncia a los aumentos de las tasas a los carburantes en 2019.

Philippe dijo a los legisladores que el impuesto ya no está incluido en el presupuesto de 2019 y que el gobierno está “listo para dialogar”. En contraste, Macron se negó a ceder en otro reclamo de los manifestantes: restablecer el Impuesto a la Fortuna, que gravaba a los hogares más adinerados y que fue suprimido cuando él llegó al poder.

El presupuesto puede renegociarse a lo largo del año, pero dado el nivel de las recientes protestas, es poco probable que Macron retome la idea del impuesto del combustible en un futuro cercano.

Jacline Mouraud, una autoproclamada vocera del movimiento de los “chalecos amarillos”, que nació en las redes sociales y debe su nombre a las prendas fluorescentes obligatorias para los automovilistas en caso de incidente en carretera, dijo a The Associated Press que la concesión de Macron “desafortunadamente, llega demasiado tarde”. “Va por el buen camino, pero en mi opinión no cambiará fundamentalmente al movimiento”, agregó.

Eric Drouet, otro portavoz de los “chalecos amarillos”, llamó a los franceses a congregarse el sábado “cerca de los lugares de poder: los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo o la plaza de la Concordia”, frente a la Asamblea Nacional.

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