San José.- El Foro de Sao Paulo finalizó ayer una cita de tres días en Cuba como máximo aparato de convergencia de los partidos comunistas, socialistas e izquierdistas de América y exigió la “libertad inmediata” del ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva , otorgó un apoyo incondicional a los gobernantes de Nicaragua, Daniel Ortega , y de Venezuela, Nicolás Maduro , y fustigó al presidente de Estados Unidos , Donald Trump , por su “peligroso desempeño” para los intereses latinoamericanos y caribeños.

En una declaración final

que emitió este martes en la tarde en La Habana al cierre de su XXIV Encuentro Anual , los asistentes al Foro coincidieron en que “exigimos la libertad inmediata de Lula, después de una condena y prisión sin pruebas y el derecho a ser candidato presidencial en las elecciones de octubre en Brasil , respetándose la voluntad de la mayoría del pueblo brasilero”.

El Foro, creado en 1990, proclamó “inocente” y “presidente” al ex jefe de Estado brasileño, en prisión desde abril anterior en Brasil al ser hallado culpable en un escándalo de corrupción política.

Al respecto, denunció “la condena sin pruebas y prisión de Lula para impedir su candidatura a la presidencia” de Brasil.

En la reunión participaron delegados e invitados de ambos sexos en representación de América Latina y el Caribe, así como de Asia, África, Europa y América del Norte, con más de 600 asistentes.

La declaración fue suscrita por los gobernantes Partido Comunista de Cuba (PCC), Gran Polo Patriótico, al que pertenece el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), de Nicaragua, Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), de El Salvador, y Movimiento al Socialismo, de Bolivia, así como por numerosos partidos opositores, como Frente Amplio, de Costa Rica, y Partido de los Trabajadores (PT), de Brasil, y movimientos y organizaciones populares, entre muchas otras agrupaciones.

Documento. El Foro abordó en la declaración final la conmoción política nicaragüense, que estalló el pasado 18 de abril con masivas manifestaciones antigubernamentales, y aseguró que los participantes en el cónclave “rechazamos de forma enérgica la política intervencionista” de EU en los asuntos internos de Nicaragua.

En ese país, prosiguió, “se está implementando la fórmula que viene siendo aplicada por el imperialismo norteamericano a los países que no responden a sus intereses hegemónicos, causando violencia, destrucción y muerte mediante la manipulación y la acción desestabilizadora de los grupos terroristas de la derecha golpista”.

Esos grupos, acusó, “boicotean la búsqueda del diálogo, el cual constituye el mejor camino para superar la actual crisis y alcanzar la paz, lo que es indispensable para la continuación del proceso de transformaciones sociales impulsado por el FSLN desde el gobierno presidido por el comandante Daniel Ortega y que ha reducido de manera notable la pobreza y la desigualdad social en ese hermano país”.

La declaración eludió referirse a informes emitidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en los últimos tres meses sobre Nicaragua.

Tras visitar ese país, la CIDH responsabilizó al gobierno de Ortega de una profunda represión, con fuerzas policiales, parapoliciales o paramilitares, contra las protestas antigubernamentales de estudiantes, empresarios, campesinos, obreros y otros sectores de la sociedad civil nicaragüense, que reiteradamente exigieron la democratización del país y acusaron a Ortega de instalar un régimen dinástico dictatorial.

La crisis ya dejó unos 300 muertos y gran número de heridos y detenidos.

El gobierno de Ortega negó haber cometido violaciones a los derechos humanos, rechazó las denuncias en su contra de abusos y de represión, alegó que los problemas son el resultado de una conspiración derechista impulsada por EU y el narcotráfico y recalcó que la vía para solucionar las dificultades es un diálogo nacional.

Solidaridad. Venezuela, sacudida desde hace varios años por profundos aprietos políticos, socioeconómicos e institucionales, concitó la solidaridad del Foro. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, acudió a las sesiones finales del Foro.

“Condenamos la guerra no convencional y de amplio espectro, aplicada por el imperialismo yanqui y sus aliados europeos, latinoamericanos y caribeños contra la revolución bolivariana. Esta se ha convertido para la Casa Blanca en el objetivo estratégico inmediato a derrotar”, precisó la declaración.

“Sea para nosotros, por tanto, el objetivo mayor de solidaridad en estas circunstancias”, subrayó, al anunciar que, al igual como decidió en su cita previa, en 2017 en Managua, el Foro se mantendrá “en estado de alerta y en sesión permanente de solidaridad internacionalista contra la intervención internacional hacia Venezuela”.

En un hecho que mostró su repudio a las gestiones interamericanas con respecto a Venezuela y Nicaragua, el Foro fustigó con dureza al Grupo de Lima, creado en 2017 en la capital peruana por México, Argentina, Canadá, Colombia, Chile, Brasil, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú.

El foco central del Grupo fue inicialmente el conflicto en Venezuela, pero desde abril anterior también se refirió al de Nicaragua.

A juicio del Foro, ese grupo y la Organización de Estados Americanos (OEA) están al servicio de las maniobras coloniales de EU en la zona. “Denunciamos, esta vez con razones adicionales, el papel injerencista de la OEA, que sigue siendo utilizada por el gobierno de los Estados Unidos como su Ministerio de Colonias”, aseveró.

“La actuación de su secretaría general, marcada por una despreciable supeditación a los intereses de la Casa Blanca, así lo prueba todos los días. La OEA, junto al Grupo de Lima, constituyen los Caballos de Troya actuales contra la unidad latinoamericana y caribeña. Hagamos todo lo posible para impedir que continúen su avance destructor”, instó.

Trump. En el extenso documento final, en el que se refirió a gran cantidad de asuntos políticos, sociales, económicos y culturales nacionales, regionales, interamericanos y mundiales, el Foro advirtió sobre las actuaciones políticas del presidente estadounidense.

Al repasar múltiples factores políticos, como el incremento de la pobreza, la concentración de la riqueza, el aumento de la migración o la inequidad y la desigualdad, señaló que “estas realidades, agravadas por el peligroso desempeño de la administración Trump, que busca revertir la tendencia declinante de la hegemonía norteamericana, multiplican los riesgos para la paz mundial y el estatus de América Latina y el Caribe como Zona de Paz”.

“América Latina y el Caribe seguirán siendo prioridad para la política exterior estadounidense, cuyo dominio es de vital importancia en su afán por mantener un insostenible orden mundial unipolar”, insistió.

EU y sus aliados, destacó, “necesitan consolidar la percepción de que la historia continental entró en una fase regresiva imparable a favor del capitalismo”.

“Ante esta reacción del imperialismo y las oligarquías locales contra las fuerzas progresistas, rechazamos la idea del “fin de ciclo” con la misma firmeza y convicción con que en su momento lo hicimos con la del “fin de la historia”. Las fuerzas progresistas de América Latina seguiremos luchando por horizontes de un mundo basado en la justicia social”, sentenció.

La declaración completa puede ser , medio digital de la revolución cubana .

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