Washington/Buenos Aires.— El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció ayer que aprobó medidas que elevan a unos 56 mil 300 millones de dólares un acuerdo stand-by de financiamiento para Argentina, que lidia con una crisis que hundió su moneda y paralizó la economía.

El presidente argentino, Mauricio Macri, había cerrado un arreglo por 50 mil millones de dólares en junio, en busca de detener el derrumbe de la moneda local.

Sin embargo, el peso continuó cayendo, lo que forzó a Macri a renegociar el acuerdo. Tras una reunión del FMI que tuvo lugar el viernes, el organismo difundió un escueto comunicado en el que no especificó los términos del pacto financiero revisado.

Tras el anuncio, Argentina expuso su intención de “redoblar los esfuerzos” en materia fiscal para reducir a cero el déficit primario el próximo año, y así “poder vivir dentro de sus posibilidades”.

El escrito, firmado por el ministro argentino de Hacienda, Nicolás Dujovne, y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, contiene una actualización del memorándum acordado el pasado junio, en la que se contempla que la reciente volatilidad del mercado es “un mensaje claro” de que el país sudamericano “puede gastar sólo lo que recauda en impuestos”.

La popularidad de Macri ha caído en medio del ajuste implementado por su gobierno, que incluyó recortes en pensiones y en subsidios al consumo de servicios públicos. El proyecto de presupuesto que el gobierno diseñó para 2019, que está en línea con los objetivos fiscales acordados con el FMI, ha encontrado hasta ahora una férrea resistencia de la oposición política, sindicatos y organizaciones de desocupados, aunque se espera que sea aprobado en noviembre.

El nuevo memorándum prevé intensificar el ajuste para eliminar el déficit fiscal primario en 2019, un plan sobre el que el Ejecutivo argentino destacó que “líderes políticos de todo el espectro político, incluidos los gobernadores provinciales y los principales representantes en el Congreso, ya han expresado su apoyo”.

Por otra parte, Ilya Gofshteyn, estratega cambiario y macroeconómico del banco Standard Chartered, dijo que el superávit comercial de septiembre en Argentina fue clave para generar esperanzas sobre una recuperación económica en 2019.

“Los políticos argentinos tienen motivos para sentirse un poco más optimistas sobre el proceso de ajuste, luego de que la balanza comercial registró un superávit por primera vez en casi dos años”, afirmó Gofshteyn.

En su carta de intención dirigida al FMI como parte del acuerdo, Argentina estimó que sufrirá una caída de la economía de entre 2% y 3% en 2018 y de entre 0.5% y 2% el próximo año, a mitad del cual comenzaría una recuperación.

Las cifras de recesión son superiores a las caídas de 2.4% y de 0.5% previstas anteriormente para 2018 y 2019 por el gobierno.

La inflación llegaría a un techo de 40% en enero próximo y luego se desaceleraría bruscamente a poco más de 20% a fin de 2019, según la carta de intención.

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