Miami.— Después de la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que se refiere a la libertad de expresión, la Segunda, sobre el derecho a , es la más defendida. “Regularmente un ciudadano va y compra un arma [en la Unión Americana] en una tienda autorizada para tal efecto. Sin embargo, hay eventos, como las ferias de armas, donde algunos de los vendedores y compradores solían hacer trampa y vender o comprar sin los permisos correspondientes. Pero las cosas han cambiado un poco últimamente”, explica Jaime Ortiz, especialista en seguridad binacional, desde Texas, a EL UNIVERSAL.

En abril el gobierno del presidente Joe Biden ordenó que el Departamento de Justicia regulara esa situación a través de una nueva norma que exige a los vendedores de armas registrarse y obtener una licencia y comprobar antecedentes no penales, sin importar si van a vender en una tienda, en una feria o por internet; de igual manera si se trata de una empresa grande y conocida o de un vendedor fortuito y privado. Esta acción estaría terminando con la llamada laguna jurídica en las ferias de armas.

“Si usted vende armas predominantemente para obtener un beneficio, debe tener permiso y llevar a cabo controles de antecedentes”, declaró el fiscal general de EU, Merrick Garland, en esa oportunidad.

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La venta clandestina de armas en las ferias se presta para actos de corrupción más fácilmente, indican especialistas Foto: ESPECIAL M&R PHOTOGRAPY
La venta clandestina de armas en las ferias se presta para actos de corrupción más fácilmente, indican especialistas Foto: ESPECIAL M&R PHOTOGRAPY

Antes, se calculaba que alrededor de 23 mil personas, entre vendedores y compradores, hacían sus transacciones de manera irregular cada año. “Este 2024 hay registradas por lo menos 207 ferias relacionadas con venta y compra de armas [en EU]. Si consideramos las miles de acciones ilegales, diríamos que en cada feria había, en promedio, 110 ventas y compras irregulares”, señala Ortiz.

Advierte que “ahora con la nueva regulación habrá menos; pero seguirán habiendo, por lo menos 50%”.

Para comprar un arma en EU basta con comprobar que se tiene 18 años o más. En algunos estados es hasta los 21 en adelante; pero en otros, como Alaska, Minnesota, Vermont y Maine desde los 16. Si bien es importante que quienes venden armas estén bien registrados, el gran reto para las ferias en el país es verificar los casos donde una persona tiene prohibido comprar un arma. “Es muy difícil que logren verificarlo; en una feria de armas las ventas son muy rápidas, muy dinámicas, no se dan tiempo para averiguar”, dice el abogado Ortiz.

Agrega que aunque el decomiso de armas no es una práctica rutinaria en todas las ferias de armas, puede ocurrir en situaciones donde se detecten violaciones a las leyes y regulaciones existentes. Las armas decomisadas en las ferias de Estados Unidos generalmente siguen un proceso específico que incluye varios pasos, desde el decomiso inicial hasta su disposición final.

“El destino de las armas decomisadas en Estados Unidos varía según la jurisdicción y la naturaleza del decomiso, pero generalmente incluye una serie de pasos desde el registro y la investigación hasta la disposición final, que puede ser la destrucción, venta, reutilización por agencias de seguridad o donación a entidades educativas”, advierte.

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Ortiz detalla que este proceso “está diseñado para asegurar que las armas decomisadas no vuelvan a caer en manos indebidas y se manejen de manera segura y legal”. Pero también están las ventas clandestinas en ferias de armas en EU, aunque no sean la norma. Ocurre debido a las lagunas en la regulación y la supervisión de estos eventos, que a pesar de los esfuerzos del presidente Joe Biden persisten.

La percepción y la prevalencia de estas ventas ilegales pueden variar según la ubicación, la organización de la feria y la implementación de las leyes locales y federales.

El especialista en seguridad binacional explica que la venta clandestina de armas en estas ferias se presta para actos de corrupción más fácilmente. “La combinación de menos regulaciones estrictas para vendedores privados, la menor supervisión, el gran volumen de transacciones, la diversidad de vendedores y un ambiente relajado en las ferias de armas crea un entorno donde es más fácil evadir las leyes y regulaciones en comparación con las tiendas de armas con licencia federal”, describe Ortiz.

El otro tema relajado en las ferias de armas es cuando le venden a alguien que, sabiendo o no, tiene prohibido adquirir un arma. “Ahí está el caso actual más famoso, el de Hunter Biden, hijo del presidente”, señala el analista, “aunque hay que recordar que Hunter la compró en una tienda de Delaware y no en una feria”.

Hunter Biden enfrenta serias acusaciones por mentir en un formulario federal para la compra de armas de fuego y el caso ha pasado por varios desarrollos y acuerdos fallidos, con nuevas acusaciones presentadas en este 2024.

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Siguiendo el caso de Hunter Biden, en Estados Unidos está prohibido tener y comprar armas de fuego en los siguientes casos: personas condenadas de algún crimen que haya implicado cárcel por más de un año, fugitivos de la ley, personas que ilegalmente usen o sean adictos a cualquier droga controlada, que fue el caso de Hunter; aquellos diagnosticados con problemas mentales y que han sido admitidos en una institución para personas de estas caracteristicas, un extranjero indocumentado, alguien que haya sido despedido de las fuerzas armadas con deshonores, una persona que haya renunciado a la ciudadanía de Estados Unidos, un individuo que tenga una orden de restricción por acoso o amenaza a su pareja o a los hijos de su pareja y personas acusadas de violencia doméstica.

De acuerdo con estudios y encuestas recientes, se estima que hay aproximadamente 393 millones de armas de fuego en manos de civiles en EU. Esta cifra proviene de una combinación de fuentes, incluidas encuestas de Small Arms Survey, una investigación independiente sobre armas ligeras a nivel mundial, y estudios del Pew Research Center.

La Small Arms Survey de 2018 indicó que EU, con una población de unos 326 millones de personas en ese momento, tenía aproximadamente 120.5 armas de fuego por cada 100 habitantes, lo que resulta en cerca de 393 millones de armas de fuego en total. Este número hace de EU el país con la mayor cantidad de armas en manos de civiles.

Alrededor de 20% de las armas de fuego, lo que equivale a aproximadamente 78.6 millones, se estima que fueron compradas en ferias de armas. Este porcentaje incluye ventas privadas que no requieren verificación de antecedentes en algunos estados.

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Otro 20%, cerca de 78.6 millones de armas, se cree que han sido obtenidas a través de medios clandestinos o ilegales. En estos eventos de Estados Unidos una amplia variedad de armas de fuego está disponibles para la compra, pero algunas categorías y modelos son especialmente populares.

Este diario investigó el número de tiroteos masivos entre 2021 y 2024 en Estados Unidos con armas de fuego provenientes de ferias. Según el análisis de diversas bases de datos, como el Gun Violence Archive y The Violence Project, se encontró que una fracción de las armas utilizadas en estos tiroteos fueron adquiridas en ferias de armas.

Estas mismas fuentes alertan sobre la cifra récord de tiroteos masivos entre 2021 y hasta finales de junio de 2024.

En 2021 hubo 690 tiroteos masivos con el resultado de 707 muertos y 2 mil 819 heridos. En 2022 se registraron 647 tiroteos, con 675 muertes y 2 mil 690 heridos. 2023 cerró con 656 tiroteos masivos, 756 muertes y 2 mil 723 heridos, y en lo que va de 2024, entre enero y junio, han habido 302 tiroteos con registro de 296 muertos y mil 150 heridos.

Un análisis detallado del National Institute of Justice (NIJ) indica que, de los tiroteos masivos registrados, un porcentaje significativo de las armas utilizadas fueron adquiridas legalmente, aunque el porcentaje exacto que proviene específicamente de ferias de armas no siempre está claramente delineado en todos los casos.

Según The Violence Project, 13% de las armas utilizadas en tiroteos masivos fueron adquiridas a través de medios ilegales, mientras que 77% fueron compradas legalmente, lo cual puede incluir ferias de armas entre otros canales de venta legal.

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En algunos estudios y reportes específicos se ha señalado que varias armas usadas en tiroteos masivos provinieron de compras realizadas en ferias de armas y ventas privadas. “La pregunta de siempre, ¿quién es responsable de estos sucesos? ¿El gobierno federal, los vendedores de armas o la ciudadanía que las compra? No hay una respuesta concreta en la sociedad estadounidense y ese es también parte del problema”, dice Ortiz.

Por un lado, están las oficinas gubernamentales responsables de supervisar la venta de armas en la Unión Americana. En primer lugar está la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) que es la agencia principal encargada de regular y supervisar la venta en Estados Unidos. Sus responsabilidades incluyen la emisión de licencias a distribuidores de armas de fuego, la realización de inspecciones a las tiendas de armas y la investigación de violaciones a las leyes federales de armas de fuego.

También está el Buró Federal de Investigaciones (FBI) que administra el National Instant Criminal Background Check System (NICS), que realiza verificaciones de antecedentes instantáneas para compradores de armas de fuego en tiendas con licencia federal.

A ellos se suman la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) que se encargan principalmente de la intercepción de armas traficadas a través de las fronteras estadounidenses.

La Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), que junto a su división de Investigaciones de Seguridad Interior (HSI) combaten el tráfico ilegal de armas de fuego; ICE trabaja en coordinación con ATF y CBP en operaciones específicas para interceptar armas traficadas.

Además, cada estado tiene sus propias leyes y regulaciones sobre venta y posesión de armas. Las agencias estatales de policía y seguridad pública son responsables de hacer cumplir las leyes en sus jurisdicciones.

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También están quienes ofertan las armas, comenzando por los grandes fabricantes como Smith & Wesson, Ruger (Sturm, Ruger & Co.), Glock, Remington y Sig Sauer. Luego están los distribuidores y minoristas de armas, entre los que destacan la cadena de tiendas Cabela's, Bass Pro Shops y Academy Sports + Outdoors.

A ellos se suman los vendedores privados, pequeñas empresas, coleccionistas y vendedores independientes. No pueden faltar quienes defienden el derecho a portar armas y promueven la adquisición. Tanto la National Rifle Association (NRA) y el Gun Owners of America (GOA) juegan roles vitales en las ferias de armas.

“Las acciones de todas estas oficinas, asociaciones, grupos y demás que participan de alguna manera en las ferias de armas también repercute en México de manera negativa”, dice Ortiz; “armas vendidas en estas ferias han estado vinculadas en varias ocasiones con grupos criminales y cárteles de narcotráfico en México”. Entre 70% y 90% de las armas recuperadas en escenas de crimen mexicano son rastreadas hasta EU.

La regulación de la venta y compra de armas de fuego en EU es una responsabilidad compartida entre varias agencias federales, como la ATF, FBI, CBP e ICE, así como agencias estatales. Cada una desempeña un papel específico en la supervisión e implementación de leyes y políticas relacionadas con las armas para asegurar su venta y uso legal.

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