Miami.— Cada día en Estados Unidos hay al menos una muerte por fentanilo. Entre 2014 y hasta 2019, la mayoría de los decesos se produjeron en personas entre 35 y 44 años, seguidos de cerca por adultos de 25 a 35 años.
Sin embargo, de acuerdo con una vocera de la fundación Family Against Fentanyl (Familias contra el Fentanilo; FAF, por sus siglas en inglés), que hace el recuento anual de las cifras, la situación cambió en los últimos dos años: “Quienes más han muerto por sobredosis están entre los 18 y los 45 años”. Las mujeres representan aproximadamente la mitad del total.
En el caso de los menores de 18, es más difícil saber la realidad. “No hay una estadística muy precisa en cuanto a los menores, debido a su condición legal”, señala el Centro para el Control de Enfermedades (CDC), “pero sin duda miles de jóvenes entre 12 y 17 años también están siendo muy afectados, junto con sus familias, por este opioide”. Los reportes policiacos en ciudades de EU señalan a una gran cantidad de menores muertos y las cifras van al alza.
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El gran problema, asegura Amador Martínez, agente especial de la Administración para el Control de Drogas, (DEA), es que “conseguir fentanilo es relativamente sencillo desde hace algunos años. Desafortunadamente, en internet, a través de aplicaciones como Facebook, Snapchat, Instagram, YouTube y TikTok, por mencionar algunos, ofrecen las pastillas [de fentanilo] sin ningún problema”. A ese factor se une que “por lo menos 25% de la oferta contiene fentanilo con niveles muy altos de riesgo de muerte”.
China fue el primer país en comenzar a ofrecer esta droga y varias más a través de internet, desde Hong Kong principalmente, indica la DEA. China y concretamente Hong Kong fueron presionados digitalmente y las empresas virtuales aplicaron candados de seguridad para evitar la venta clandestina de drogas, especialmente fentanilo, pero no fue suficiente: la Oficina de Correos de EU no se da abasto para detectar sobres con droga y menos aún, pastillas falsas y, en todo caso, el crimen organizado mexicano entró al quite al hacer el mismo tipo de envíos.
Ese fue el caso de Daniel, de 18 años, hijo de Perla Mendoza, quien fue recetado con Xanax para tratar su depresión y la buscó por internet. “Mi hijo, sin comentarme nada (...) buscó en internet las pastillas; parece que le preguntó a unos amigos y encontró a alguien y le compró (...) Me hubiera gustado poder hablar con él sobre estos peligros, él no estaba buscando fentanilo, pero se tomó la pastilla [que supuestamente era su medicamento] y se murió”.
“Los jóvenes deben escuchar la información sobre esta droga y evitarla como sea, está en juego su vida”, señala el agente Martínez. “Y los adultos deben entender que todos estamos en riesgo y podemos ser los siguientes en morir. Esto no es un juego, una de cada cuatro pastillas está matando a quien la consume”.
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“Sé que mi hijo no sabía lo que iba a pasar y menos que tenía ese tipo de droga [la pastilla que compró]”, dice Perla: “Esto no debería volver a pasar, por eso tenemos leyes; espero que ninguna madre tenga que pasar por esto”.
En el fentanilo, la inversión es muy baja, no se requiere la siembra y procesamiento de ninguna planta, basta con conseguir los precursores de la droga y la distribución y venta es mucho más sencilla y menos riesgosa, con un altísimo margen de ganancia. De acuerdo con la DEA, procesar un kilogramo de fentanilo cuesta un promedio de 32 mil dólares. Con el kilo pueden producirse alrededor de un millón de pastillas falsas con fentanilo y obtener una ganancia de 20 millones de dólares.
La DEA lanzó la campaña Comprométete, que intenta hacer conciencia entre los más jóvenes. “La DEA está atacando la crisis de los opiáceos en dos niveles: arrestando a las personas responsables del tráfico de estas sustancias mortales y educando al público sobre los peligros del abuso de opiáceos”, dice William R. Sherman, agente especial. “La DEA ha hablado en un centenar de primarias, secundarias, preparatorias y universidades en diversos condados, llegando a miles de estudiantes, junto con grupos comunitarios, padres de familia e innumerables medios de comunicación nacionales y locales para discutir los peligros del abuso de opiáceos. La DEA continuará con su diligencia para concientizar a nuestros residentes sobre el peligro mortal que representan estas drogas”.
La Oficina del Fiscal de EU creó un grupo de trabajo multidisciplinario. Una de las estrategias es que la Oficina del Fiscal Federal y otras de Distrito trabajarán en estrecha colaboración con las Oficinas del Médico Forense de cada localidad, en casos de sobredosis de fentanilo o carfentanilo para rastrear su origen y construir posibles casos de asesinato contra los proveedores. El Grupo de Trabajo está aconsejando a los agentes que responden a casos de sobredosis que porten Naloxona.
“El fentanilo es una sustancia peligrosa y no sólo nos preocupa mantenerlo fuera de nuestras comunidades, sino también la seguridad de nuestros oficiales cuando entran en contacto con él”, dice el agente de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Pete Flores. “Estamos agradecidos por los esfuerzos de colaboración de nuestros socios encargados de hacer cumplir la ley para generar consecuencias para los que contrabandean fentanilo y por trabajar para sacar esto de nuestras calles”.
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