Miami.— ha jugado un papel muy importante en la cada vez más creciente adicción hacia los opioides y el fentanilo en particular, entre los estadounidenses. Esto se traduce en una crisis de salud pública sin precedentes y de proporciones alarmantes e históricas.

Por un lado está la agresiva comercialización de opioides legales a través de la industria farmacéutica, la cual ha sido un motor importante en este lastre social.

“Son años y años, décadas, que esta industria ha promovido con miles de millones de dólares el consumo de opioides a través de recetas médicas”, señala a EL UNIVERSAL, desde California, el médico Enrique Martínez, especialista en el tema. “Los han promovido [los opioides] como la mejor solución contra el dolor crónico de casi cualquier padecimiento”, declara.

El fiscal general de Virginia Occidental, Patrick Morrisey, al anunciar un acuerdo de 68 millones de dólares con Kroger por su rol en la crisis de opioides. Foto: Jeff Dean | AP
El fiscal general de Virginia Occidental, Patrick Morrisey, al anunciar un acuerdo de 68 millones de dólares con Kroger por su rol en la crisis de opioides. Foto: Jeff Dean | AP

Todos esos años estuvieron minimizando los riesgos de adicción y sobreestimando sus beneficios, asegura el médico. “Hubo prescripciones excesivas y muchas veces innecesarias para el consumo de estos medicamentos”.

A esto hay que sumar la falta de regulación que existía en años anteriores a la crisis en el consumo de fentanilo. “Tenemos que aceptar que hubo una respuesta tardía por parte de las autoridades para controlar su distribución y prescripción”, dice el experto.

Pero esto no deslinda a la industria farmacéutica de su responsabilidad por el abuso en la promoción de este tipo de medicamentos ni en la intención de sus mensajes, a través de sus campañas publicitarias y el marketing aplicado para incrementar sus ventas, sin importar los peligros de estas sustancias.

De acuerdo con registros de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), más de 150 millones de pastillas, la mayoría de marca genérica, de oxicodona y de hidrocodona fueron distribuidas a través de las redes farmacéuticas estadounidenses entre 2006 y 2022.

A lo anterior se suman las más de 600 mil muertes en la Unión Americana registradas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), debido a medicamentos bajo receta de opioides ilegales, entre los que se cuentan principalmente la heroína y el fentanilo.

Algunos de estos medicamentos, aunque sólo se venden bajo receta médica, han sido objeto de abuso y corrupción. Entre los más populares se cuenta el parche de fentanilo, utilizado para el manejo de algún tipo de dolor crónico.

Tabletas de fentanilo sublinguales, prescritas para algún tipo de dolor intenso intempestivo, de la misma manera pastillas de fentanilo que se disuelven en la boca. Aerosoles nasales e inyecciones de fentanilo, igual para diversos tipos de dolor, son otros ejemplos.

“Hay que reconocerlo, estos medicamentos y el abuso a ellos, ha sido un factor que ha contribuido a la crisis de opioides y, en especial, al consumo de fentanilo, que se vive en el país [en Estados Unidos]”, dice el médico especialista Enrique Martínez.

Toda esta crisis obligó a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) a reordenar el etiquetado de los medicamentos que contienen opioides.

Estas nuevas etiquetas, entre otros detalles, deben advertir los peligros del medicamento si no lo usan exclusivamente para los fines médicos y la adicción que se crea si los usan de manera prolongada.

Este etiquetado, que acaba de salir al público, es un avance en lo que la FDA denomina Marco de Prevención de Sobredosis. Un programa que intenta abarcar cada etapa del problema, como el uso, el abuso, la sobredosis y la eventual muerte debido al medicamento con opioides.

Grandes corporaciones farmacéuticas estadounidenses han sido vinculadas con la crisis de opioides que en 2022 mató alrededor de 100 mil habitantes en EU. “Estas empresas se dedicaron desde hace años a promover el consumo de analgésicos altamente adictivos”, subraya el doctor Martínez.

“Pero lo más grave es que los promovían como medicamentos seguros y no adictivos, ¡imagínate la cantidad de prescripciones que hicieron!, ¡millones! Y ahí están parte de los resultados, todos adictos a los opioides”, explica.

En los últimos años se llevaron a cabo importantes sanciones y multas contra empresas farmacéuticas que aceptaron haber abusado y malinformado a la población estadounidense sobre medicamentos, especialmente analgésicos, altamente adictivos, relacionados con el fentanilo.

La empresa Purdue Pharma LP acordó un arreglo de 6 mil millones de dólares a nivel nacional en Estados Unidos, al declararse culpable en 2020 por violar una ley federal contra sobornos, defraudar a Estados Unidos y violar la Ley de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos del país.

Johnson & Johnson firmó un acuerdo similar en 2021, por 5 mil millones de dólares.

Teva Pharmaceutical Industries Ltd fue declarada responsable, por un jurado, de fomentar la adicción de opioides en Nueva York y lo obligó a acordar un pago de 4 mil 250 millones de dólares.

AbbVie Inc. finalizó recientemente un acuerdo por 2 mil 370 millones de dólares por razones similares. Endo International PLC acordó un pago de 450 millones de dólares para 30 estados de EU.

Además, Mallinckrodt PLC pagará mil 700 millones de dólares por las mismas razones.

Pero el asunto no acaba en el cobro de multas o el pago de indemnizaciones millonarias.

Conforme las autoridades de salud pública estadounidenses han ido poniendo mayores controles en la distribución y venta de los opioides y medicamentos con fentanilo, de igual manera ha ido creciendo la búsqueda y consumo de estas drogas en el mercado ilícito. Ante la creciente crisis de adicción y las consecuentes medidas regulatorias, cada vez más estrictas, millones de adictos a los opioides y fentanilo recetados que ya no pueden acceder a ellos, encontraron la alternativa ideal en el narcomenudeo; donde los cárteles mexicanos desempeñan el rol de proveedores y de empresarios con enormes ganancias.

“Estos grupos criminales han aprovechado la oportunidad de producir, introducir y distribuir narcodrogas como la heroína y el fentanilo [ilegal] que, incluso, son mas baratos que los opioides recetados”, declara a este diario un ex- agente de la DEA que pidió el anonimato. La transición de los opioides y fentanilo recetados respecto a las narcodrogas no deja de ser un fenómeno de salud pública alarmante que ha incrementado la crisis y las muertes debió al consumo masivo sin control.

“Las drogas proporcionadas por el narco son muchas veces, pero muchas, significativamente más peligrosas y el riesgo de sobredosis y muerte es mayor”, subraya el ex- agente. La relación entre las adicciones inducidas por la industria farmacéutica en EU y el consumo de drogas provenientes del narcotráfico mexicano hace que el problema sea aún más complejo.

“Es verdad, lo que hace un mercado muy solicitado para las drogas aquí [la Unión Americana] es la demanda que existe para el consumo de drogas”, reconoce el exagente; “debemos [las autoridades estadounidenses] poner atención en esa parte y trabajarla de alguna manera para prevenir y que al menos deje de ser tan alta [la demanda]”.

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