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El gobierno colombiano y la antigua guerrilla de las FARC, ya transformada en partido político, ratificaron su compromiso de cumplir el acuerdo de paz, cuyo primer aniversario, celebrado ayer, mostró que la esperanza ha empezado a decaer.
El acto principal de conmemoración, organizado por sectores de la sociedad civil, se vivió sobre las tablas del Teatro Colón, el mismo escenario en que hace justo un año el presidente Juan Manuel Santos y el entonces jefe guerrillero Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko, firmaron el acuerdo que ponía fin a 52 años de conflicto armado.
A diferencia de la solemnidad de hace un año, cuando hubo abrazos y apretones de manos, la celebración del primer aniversario de la paz fue fría. Santos y Londoño ni siquiera coincidieron en tiempo en el escenario; sin embargo, ambos aseguraron que no se claudicará en la meta de paz.
Santos afirmó que su gobierno está comprometido con el cumplimiento del acuerdo pese a los “reclamos y preocupaciones” de los dirigentes de la antigua guerrilla.
“Sé que las FARC tienen reclamos y preocupaciones. Me reuniré hoy mismo con sus jefes y con el mejor de los ánimos para resolver en la medida de lo posible sus inquietudes. Pero que no quede la menor duda: seguiremos cumpliendo con los acuerdos”, destacó el mandatario.
Londoño desgranó los beneficios del acuerdo de paz y mostró su decepción por el hecho de que “lo que se está implementando no es el acuerdo que se firmó hace un año”.
“Las FARC hablamos de perdón, lo pedimos al país y el mundo”, dijo el jefe y candidato a la Presidencia por el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común en que se transformó la antigua guerrilla.
Por ello, llamó a una “gigantesca movilización” para que se cumpla “sin burlas” lo pactado, a que se llene “de vida el acuerdo” y se limpie “de cizaña el futuro”.
Destacó que “un año después... transformados en partido político legal, habiendo cumplido completamente con la dejación de las armas y con la satisfacción plena de haber honrado la palabra en cada uno de los compromisos adquiridos, nos presentamos ante la sociedad civil para reiterar nuestro compromiso con la paz y la justicia social”.
Para la ONU, que verifica el proceso de implementación del pacto, la seguridad es lo que se debe solucionar con mayor urgencia. Entre las principales quejas de las FARC están los retrasos en las políticas para la reincorporación de los guerrilleros, que han sido contestados por el gobierno con cifras.