Miami.— “Mi hija ya no pudo seguir haciendo ‘home school’ —tomando clases desde casa— porque se enfermó de Covid. Gracias a Dios no fue muy fuerte, pero perdió el ritmo y los temas, y era muy difícil, así que ahora hay que esperar —al próximo año escolar—” dice agobiada a EL UNIVERSAL Caro Rodríguez , mexicana en Miami, Florida, mamá de una pequeña de años que cursaba el equivalente al segundo año de primaria. “Prefiero que repita y aprenda bien a que se quede con sólo partes de un año —escolar— que no está aprendiendo bien con tanta vuelta por su enfermedad”.
Este es uno de miles de casos de menores de edad que por la pandemia y el sistema de tomar clases desde casa han perdido el año escolar. Las minorías han sido de las más afectadas. Y en las zonas rurales, la situación es peor.
Especialmente si los niños, o sus padres o hermanos, han padecido la enfermedad. “No importa si ha sido el niño quien se ha enfermado, o los padres”. A las complicaciones de estudiar desde casa se suma la afectación por “saber que papá o mamá están aislados en casa” explica un vocero del ‘Miami Dade County Public School’ (MDCPS) y quien pidió no revelar su nombre.
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“Muchas veces la persona que le está ayudando a entender la clase o los está acompañando para que no se sientan solos, es la que se enferma y emocionalmente les afecta mucho”.
Especialistas en el tema han comenzado a identificar a estos menores como “niños fantasmas”: están inscritos en los diversos sistemas educativos de cientos de ciudades estadounidenses, pero no están tomando las clases correspondientes debido a los desafíos del Covid-19.
Pero la preocupación va más allá porque algunos padres han comenzado a notar actitudes de rechazo, de angustia, de ansiedad y estrés en los menores, que se muestran malhumorados y renuentes a determinadas circunstancias. Situaciones que antes no existían o no llamaban la atención como sucede ahora.
Todo esto viene a ser consecuencia desde que la pandemia confinó tanto tiempo en sus hogares a los niños con sus familias. La escuela y sus compañeros, la convivencia social , casi desapareció y al estar encerrados tanto tiempo, termina por afectar sus defensas, sus emociones y varios de sus intereses. Así lo consideran especialistas que han publicado sus observaciones, como Jane Gilmour y Bettina Hohnen.
“En este momento muchos distritos escolares —en condados de Estados Unidos— están esforzándose para que los menores regresen a clases presenciales”, dice el vocero del MDCPS. “No podemos dejar que sigan tanto tiempo aislados”.
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2022 se ha convertido en un auténtico reto, ya que la tarea es recuperar las matrículas perdidas en las primarias y secundarias durante 2021. Para muestra, baste señalar que sólo en Florida se dejaron de inscribir alrededor de 90 mil alumnos de esos niveles escolares. Tener cifras precisas de deserción escolar no es sencillo.
“Sabemos que algunos se cambiaron de estado o se matricularon en alguna escuela privada”, comenta el vocero, “pero aun así hay mucho para hacer para que podamos tener otra vez las aulas públicas con todos los niños de nuestro estado”.
El otro impacto está relacionado con el cálculo presupuestal que cada año se hace para entregar a los distritos escolares, los cuales se basan en gran parte en el número de alumnos activos y los crecimientos o decrecimientos de cada región.
“Pero con el Covid de por medio, esto ha sido un gran reto. Por un lado, están las administraciones —estatales y municipales— que no quieren dar lo mismo o algo similar alegando que ya no es el mismo número de alumnado; pero por otro lado esta la realidad de que, en algún momento, por la misma naturaleza de lo que se está viviendo, miles de alumnos van a volver a sus salones y debemos garantizar que se cuenta con el respaldo económico”.
Caro cuenta que amigas y compañeras del trabajo están en una situación similar a la que ella vive con Carito. “Ellas tienen en mente que sus hijos regresen —a clases presenciales—, aunque de momento no saben cuándo va a suceder eso”.
Desde principios de 2022, el Covid comenzó a afectar en mayor medida a los menores de 18 años, en gran parte porque muchos no están vacunados y terminaron en el hospital, incluyendo menores de cinco años.
Aunque las cifras han bajado, las autoridades están alertas y mantienen sus esfuerzos para vacunar a todos los mayores de cinco años. Esperan, con ello, lograr que los niños puedan regresar a las aulas a salvo, y que no sean más alumnos… fantasma.