Este reportaje es parte de la entrega llamada Nurses for sale (Enfermeras a la venta), una investigación coordinada por la organización periodística alemana sin ánimo de lucro CORRECTIV. Medios de cinco países en Europa e Hispanoamérica han investigado el reclutamiento de enfermeras extranjeras para hospitales y clínicas alemanas.
El personal mexicano de enfermería que emigra a ese país forma parte del programa supervisado por el Servicio Nacional de Empleo en México. Alemania se encuentra en una situación de urgencia, al no tener suficiente personal para cubrir la demanda laboral. Entre 2012 y 2019 han solicitado la homologación de sus títulos 58 mil 270 enfermeros extranjeros en el país, según el Ministerio Federal de Educación e Investigación. Además, para 2035 se espera que haya 270 mil vacantes de enfermería, según datos del Instituto Federal de Educación Formación Profesional de Alemania (BIBB, por sus siglas en alemán). Sin embargo, al tratarse de un “acto de buena fe” entre ambas naciones, es decir sin acuerdos oficiales, según informes de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) obtenidos vía transparencia, comienzan a surgir agencias de contratación de personal mexicano sin regulación de ningún gobierno y los enfermeros que ya emigraron padecen los efectos de las largas jornadas laborales.
Según la STPS, a la fecha hay 340 mexicanos trabajando en Alemania como enfermeros; 80% son mujeres.
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Tras intentar una carrera en la enfermería en la Ciudad de México, Alicia, cuyo nombre real fue modificado para proteger su situación laboral, egresada de la Escuela de Enfermería del Centro Médico Siglo XXI del IMSS, aplicó a la vacante para trabajar en Alemania como enfermera profesional, y parte del programa avalado por la STPS desde marzo de 2018 en México.
La enfermera mexiquense de 27 años inició el proceso de migración en 2018 y viajó un año después. Primero se entrevistó con autoridades de la STPS y después con el Servicio Federal de Empleo de Alemania, tomó un curso intensivo de alemán durante un mes en México y firmó un contrato laboral con la empresa en la que trabaja, un asilo de ancianos. En Alemania fue enviada al estado de Baden-Württemberg, donde tuvo cuatro días para adaptarse. A la fecha, espera que las autoridades germanas le otorguen la homologación de sus estudios para ejercer en un hospital con más funciones y mejor salario.
“Las empresas no te dicen, te ponen en el contrato 40 horas a la semana, se les olvida el pequeño detalle de que si se necesita más personal ¡tienes que trabajar! o que cuando tienes día libre te van a marcar y te van a preguntar si puedes trabajar. No estás obligada a decir que sí, eso es claro, pero no sé, es un problema bien grande la falta de personal, ellos ya lo saben, pero no te dicen la problemática que esto trae en asilos y hospitales. El poco personal que hay está tan fastidiado del trabajo, cansado, que se enferma, los nuevos que van llegando ¡tómala! les toca su bienvenida, yo no trabajo en un hospital, sino en un asilo”, contó.
Alicia cuida a 33 adultos mayores en una estación junto a una o dos enfermeras auxiliares más según las incapacidades laborales del día. Cobra 2 mil 300 euros al mes, de los cuales destina 800 a pagar renta, comida, transporte y servicios. El salario promedio de un enfermero alemán en hospitales públicos y con título homologado es de hasta de 4 mil 166 euros brutos al mes.
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“Es bastante complicado trabajar 10 días, así es en Alemania en todos lados, no hay personal, de verdad están en números rojos, no hay; hoy platiqué con la jefa de personal y me dijo: ‘¿Qué quieres que haga si no tengo personal?’ Le reclamé que cómo es posible que nos dejen a dos auxiliares correr por toda la estación y a nadie le importa; me dijo: ‘No tengo trabajadores, están enfermos’”. Sin embargo, las pocas horas de vida que tiene fuera del trabajo las disfruta por el silencio y la seguridad de las calles.
“Puedo olvidar mi despensa en la banca del bus y nadie se la va a robar, es lo que más me gusta de Alemania, aquí me siento libre. En México hace muchos años que no me sentía libre”, expresó. Alicia llegó a Europa con un grupo de 38 enfermeros mexicanos, de los cuales, aseguró, la mitad ya regresó porque algunos no pudieron adaptarse al idioma, no encontraron un departamento cerca de su trabajo y la soledad de vivir en zonas alejadas los deprimió o se desesperaron de no haber recibido el salario y las funciones prometidas. Mientras tanto, ella convive con enfermeros de Albania, Turquía, Macedonia, Bosnia y Serbia.
“En México son cinco años [de carrera] contando el servicio social y aprendes anatomía, fisiología, farmacología, una infinidad de cosas que aquí en un oficio de tres años no lo vas a ver”, contó.
En México, además, también existe escasez de personal de enfermería. En 2019 había 2.9 enfermeros por cada mil habitantes, cuando el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 8.8. Alemania, por su parte, reportó 12.9. Hasta noviembre de 2020, a través del programa oficial alemán llamado Triple Win (TW) se había reclutado a 4 mil 82 enfermeros extranjeros, de los cuales 2 mil 589 sí completaron el viaje, de acuerdo con datos remitidos para esta investigación por la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ, por sus siglas en alemán), dependiente del gobierno alemán. Debido a que no son suficientes enfermeros para la demanda de cuidados, la mayoría del personal llega a través de agencias intermediarias que abarcan una zona gris, pues no son ilegales pero tampoco están debidamente reglamentados, lo que ha derivado en críticas por parte de sindicatos y abogados laborales. Se ha encontrado que entre estas agencias existe una empresa de nombre QI Consult, con sede en la ciudad de Dortmund, que reclutó enfermeros en México durante abril y marzo de 2019. En ese caso, el personal tuvo que firmar dos contratos; uno con la agencia por el curso de alemán, material, visa, alojamiento temporal, vuelos, y otro con el hospital como enfermeros auxiliares. A diferencia del programa TW donde los cursos de alemán deben llevarse a cabo en el país de origen de los enfermeros, para esos fines QI Consult trasladó a mexicanos a Bosnia y Herzegovina y los comprometió a firmar un contrato laboral de cinco años forzosos con las Clínicas Nordoberpfalz, o una multa de cerca de 362 mil pesos (15 mil euros). En otro tipo de contrato laboral, del que este medio tiene copia, se detalla una multa por 240 mil pesos por incumplirlo.
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Para Dietmar Erdmeier, secretario sindical para Sanidad de la Comisión Ejecutiva Federal del Sindicato Verdi, el segundo más grande de Alemania, esta situción se asemeja a la trata de personas. “No se sabe muy bien lo que ocurre fuera del radar. Lo que tiene que ver con el beneficio económico me recuerda en parte a la trata de seres humanos, me apropio de una persona, gano dinero con ello, en la medida en la que envío a algún lugar a trabajar”.
Donaciano Domínguez, subcoordinador General del Servicio Nacional de Empleo, aseguró a EL UNIVERSAL que la STPS está trabajando en una reforma que ya está en revisión jurídica para que los mexicanos emigren con estudios homologados y sin las penalizaciones económicas que están vigentes.
“No podemos permitir que a un mexicano se le esté cobrando un monto porque decidió que no le convenía el trabajo. Es algo que la gente de Alemania tendrá que actualizar si quierer seguir promoviendo en México la contratación de enfermeros para la próxima temporada, en 2021”, dijo.
Los días son largos
Marta tiene 25 años, es de Ciudad Nezahualcóyotl y lleva 10 meses como enfermera auxiliar en un asilo de Riesa, Alemania. Llegó a Europa con 500 euros (11 mil pesos) que su mamá le prestó y con los que sobrevivió los primeros 14 días de su estancia, pues al no entender el alemán ni ella ni los demás mexicanos de esa generación sabían si les pagarían.
Su trámite también fue a travésdel Servicio Nacional del Empleo en México y la empresa germana que la contrató. Antes de viajar tomó un curso de alemán en Guadalajara. Al igual que Alicia, supo de la falta de personal hasta que llegó a Alemania y tuvo que cubrir jornadas dobles.
Desde febrero a la fecha ha trabajado en la misma casa de retiro, aunque también busca la homologación para ejercer en un hospital. Inicialmente ganaba mil 800 euros, con lo que pudo devolverle a su madre el dinero prestado. “Se me hacía muchísimo, me sentía feliz, que la tristeza de no entender muy bien [el alemán] se sustituía”, dijo.
Una vez que se aligeraron las medidas de sanidad derivadas del Covid-19, la enviaron a hacer prácticas a un hospital, luego a una escuela y presentó el examen de homologación; al aprobarlo a finales de julio comenzó a ganar 2 mil euros. Sin embargo, el salario prometido y la razón que la motivó a viajar fue un sueldo de 2 mil 400 euros al mes, que aún no recibe.
“No considero que nos paguen lo justo por lo que hacemos, es un trabajo agotador debido a que hay gran deficiencia de personal, se escucha fácil pero los días son largos. Lo que no me gusta es que quieran agarrar de mi tiempo para cubrir guardias. Dicen: ‘Dile a la mexicana’. Un amigo me comentaba que para estas fechas navideñas preguntaron a quién van a dejar [trabajando]. A los mexicanos, dicen, porque no tienen familia; es triste porque sí, a fin de cuentas venimos a trabajar, pero lo complicado es el comentario. Sí tenemos familia, pero abusan de nuestro tiempo”, dijo.
En algunos anuncios de redes sociales que promueven este proyecto no se detalla que el trabajo es para cuidar adultos mayores en asilos. Cuando la STPS anunció el inicio del programa Proyecto Piloto de Vinculación Laboral México-Alemania en 2018 tampoco lo especificó. A través de transparencia, la STPS aclaró que no brinda empleo sino que revisa los contratos ofrecidos por los empleadores alemanes a los mexicanos, “quienes aceptan con pleno conocimiento de las condiciones laborales”.