Tras el asalto al Capitolio de la semana pasada, se informó que casi una docena de los detenidos son exmilitares . Medios locales, como ABC News, han confirmado que al menos nueve de los arrestados por participar en los disturbios son exmiembros del ejército estadounidense.
Es probable que el número real sea mayor. El jueves, el director del FBI, Chris Wray, dijo que la oficina ha realizado más de 100 arrestos en relación con los disturbios, y se esperan muchos más.
"La gran cantidad de personas con vínculos con las fuerzas del orden o con el ejército ya arrestadas o aparentemente ahora bajo investigación sugiere un nivel más profundo de simpatizantes de la extrema derecha en estos campos", dijo Javed Ali, exdirector senior de contraterrorismo en el Consejo de Seguridad Nacional, menciona ABC.
Entre los detenidos se menciona a Larry Rendell Brock, quien invadió el Capitolio junto a Eric Gavelek Munchel, ambos con uniformes y equipo militar, incluidas bridas, según el Departamento de Justicia. Munchel, de Tennessee, y Brock, de Texas, estuvieron entre los primeros arrestos cuando los agentes del FBI buscaban determinar si podrían haber estado involucrados en un complot para tomar como rehenes a legisladores.
Auditores federales en Estados Unidos iniciaron una amplia revisión de la forma en la que el FBI, el Pentágono y otras agencias de la ley y el orden respondieron al asalto al Capitolio por una turba de partidarios del presidente Donald Trump, incluso si hubo problemas en el flujo de información y otros preparativos que dejaron el edificio, un símbolo histórico de la democracia, vulnerable a la violencia, que dejó cinco muertos, incluido un policía.
Las pesquisas abarcarán desde si el FBI compartió adecuadamente información con otras agencias del orden sobre el potencial de violencia hasta cómo el Pentágono se movilizó para la crisis del 6 de enero.
El lanzamiento de múltiples investigaciones simultáneas se produce en momentos en que la atención se centra en los fallos en la preparación, coordinación y respuesta del gobierno, más de una semana después del disturbio.
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