Bruselas.— Ni siquiera dan crédito a lo que están presenciando un año después de haber sido el primer país fuera de China en sufrir los estragos de una enfermedad desconocida, invisible y letal como el Covid-19.

Primero lograron una victoria en el rubro musical con una apuesta arriesgada. El grupo de rock Maneskin ganó en el Rotterdam Ahoy el Eurovisión 2021, dando así la tercera victoria a su país en el popular certamen.

Después se llevaron la orejona del Campeonato Europeo de Futbol. Los azzurri se impusieron en tanda de penaltis a Inglaterra en calidad de visitantes, ganando la Eurocopa tras 53 años de espera.

Más tarde, el 1 de agosto, en los Juegos Olímpicos de Tokio, Lamont Marcell Jacobs entraba en la lista de leyendas al ser el primer italiano en vencer los 100 metros. Minutos antes de presenciar al hombre más rápido en la pista, el italiano Gianmarco Tamberi hacía historia como el hombre más fuerte en el aire, llevándose la de oro en salto de altura. La racha de fábula parece no terminar: la Agencia de Estadísticas de la Comunidad Europea (Eurostat) reporta que la riqueza italiana está creciendo más de lo previsto, por encima de Francia y Alemania.

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Algunos analistas se preguntan si Italia está viviendo un “milagro”. El ministro para la Administración Pública, Renato Brunetta, dice que sí, al menos en el ámbito macroeconómico. “Italia está viviendo una auténtica fase de boom económico”, asegura.

“La primera estimación de Eurostat para el segundo trimestre da un crecimiento superior al previsto a Italia y España”, confirma el comisario europeo de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni. De acuerdo con Eurostat, el PIB italiano está aumentando por encima de los cálculos iniciales, creció 2.7% durante el segundo trimestre respecto al precedente y 17.3% con relación al mismo periodo de 2020.

Italia supera a Francia y Alemania, que registraron un crecimiento del PIB de 0.9% y 1.5%, respectivamente; así como se encuentra sobre la media comunitaria, la UE en su conjunto creció 2% en el segundo trimestre. El crecimiento del PIB de España fue ligeramente superior, 2.8%. La Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional estiman un crecimiento anual en torno a 5%, aunque Brunetta ve posible que cierren en 6%.

El marco macroeconómico es resultado de los cambios vistos en primavera: asentamiento del gobierno del premier Mario Draghi, aceleramiento de la campaña de vacunación contra Covid-19, drástica reducción de los contagios y el progresivo levantamiento de las restricciones implementadas durante el invierno.

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Pero, sobre todo, el crecimiento es resultado del clima de confianza generado por la campaña de vacunación y su impacto en el consumo y los servicios. Los italianos están más dispuestos a gastar y a moverse gracias a la dosis. En Palacio Chigi, tanto el premier Draghi como el ministro de Economía, Daniele Franco, describen los datos como “una señal muy positiva”, pero al mismo tiempo llaman a la prudencia, pues “el escenario es aún incierto por la evolución de la pandemia”.

Oxford Economics advierte que la variante Delta supone un riesgo para la recuperación económica de los países miembros de la zona euro. El virus sigue avanzando en Italia, el 2 de agosto se registraron 3 mil 200 casos nuevos diarios y aproximadamente 3.8% de las pruebas dieron positivo. La vacunación ha perdido ritmo. Las autoridades sanitarias han suministrado 69 mil dosis y unas 32 mil personas han concluido el ciclo de vacunación, alrededor de 60% de la población mayor de 12 años.

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El gobierno de Draghi también es consciente de que aún falta para que la ventana de optimismo se traduzca en una auténtica recuperación económica sin desempleo. Los datos son, por el momento, menos positivos en el ámbito del mercado laboral, ya de por sí precario antes de la aparición del Covid-19.

De los 750 mil empleos aniquilados durante el último año y medio, se han recuperado 450 mil. Preocupa particularmente la desocupación juvenil, si bien ha descendido en comparación con el año pasado, 29.4% respecto a 30.6%, se encuentra aún por encima de 27.6% de 2019, uno de los niveles más altos en la eurozona, sólo España y Grecia sacan peores notas.