Ciudad de Guatemala.— “Prefiero morir como rebelde que vivir como esclavo”; “Fuera Giammattei”; con ese clamor, cientos de guatemaltecos volvieron a manifestarse para exigir la renuncia del presidente conservador Alejandro Giammattei, a quien le reprochan no destinar suficientes recursos para combatir la pobreza y la desigualdad en su presupuesto.

Las protestas de ayer transcurrieron, hasta el cierre de la edición, de forma pacífica, un día después de que un grupo de guatemaltecos quemara la sede del Congreso en rechazo por la aprobación de un presupuesto que no contempla aumentos en las partidas sociales y prevé un fuerte endeudamiento público.

La Universidad de San Carlos, la única estatal del país, hizo un llamado para convocar un paro nacional el lunes, una petición que no ha tenido respuesta de otros sectores. “Guatemala llora sangre, el pueblo ya está harto, hemos vivido pisoteados por más de 200 años”, dijo un manifestante que no se identificó.

El vicepresidente Guillermo Castillo, quien anteriormente se desmarcó de su presidente y le pidió la renuncia, exigió al Ministerio Público (MP) que indague la quema de oficinas del Congreso, pero también una “investigación seria” por el “uso excesivo de fuerza policial” en contra de los manifestantes.

“Genera dudas la quema del Congreso guatemalteco y lo sucedido a su alrededor”, puntualizó el abogado y empresario de 54 años.

El diputado guatemalteco de oposición Orlando Blanco dijo sospechar de infiltrados, probablemente pandilleros, en las manifestaciones del sábado en contra del gobierno y que podrían estar involucrados en la quema del Congreso. Dijo además que es posible la participación en el incendio de personal interno del Parlamento, ubicado en el centro de la capital del país.

“Nosotros conocemos el Congreso. Este hecho no se habría perpetrado sin la participación de personal interno del Congreso”, argumentó Blanco, miembro de la agrupación política Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).

Por otra parte, el presidente Giammattei se reunió en privado con sus funcionarios y miembros de la sociedad civil, aunque los motivos no fueron divulgados aun con la insistencia de periodistas.

“En los últimos días, el mandatario ha sostenido reuniones de esa naturaleza”, indicó en un breve mensaje la vocera de la presidencia, Francis Masek.

Giammattei compareció públicamente por última vez el viernes por la tarde y desde entonces sólo se ha referido a los incidentes del sábado en un mensaje en redes sociales, en el que dijo que “se tiene el derecho de manifestar conforme la ley”, pero “tampoco podremos permitir que se vandalice con la pública o privada”.

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