Praga.— Una gran manifestación congregó ayer en Praga a unas 250 mil personas, según los organizadores y medios de comunicación locales, para pedir la dimisión del primer ministro checo, Andrej Babis, sospechoso de fraude, en la mayor protesta en el país desde la caída del comunismo en 1989.

“Juzgando las fotos aéreas, parece que somos unos 250 mil. Veremos cuánta gente va a llegar todavía”, anunció al inicio de la manifestación Mikulas Minar, el responsable de la asociación no gubernamental Un Millón de Momentos para la Democracia, que organizó la enorme movilización.

Los participantes confluyeron simbólicamente hacia la explanada de Letna, lugar memorable de gigantescas protestas contra el antiguo régimen totalitario en 1989, en la que el dramaturgo y disidente Vaclav Havel, futuro presidente, se dirigía a la muchedumbre.

Babis, de 64 años, segunda fortuna del país y fundador del gigante agroalimentario Agrofert, fue investigado el año pasado en un caso de presunto desvío de dos millones de euros de fondos europeos.

Al parecer también se encontraría en una situación de conflicto de intereses entre sus actividades políticas y sus negocios, según borradores de informes de la Comisión Europea, cuyos extractos fueron publicados por la prensa local.

El premier niega hallarse en esta situación de conflicto de intereses y señala “errores” en estos documentos que, según él, son “ataques” contra su país.

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