Teherán.— El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, pidió el lunes “penas severas” para las personas presuntamente responsables de la serie de envenenamientos de niñas escolarizadas que sacuden el país en los últimos tres meses.
“Los responsables de estos actos deben ser condenados a penas severas y no habrá amnistía para ellos”, advirtió la más alta autoridad de Irán, que hizo mención del caso por primera vez.
“Este asunto debe tomarse con seriedad (...) Si se prueban los envenenamientos, se trata de un crimen imperdonable”, precisó el ayatolá Jamenei, al hablar en Teherán ante los medios de comunicación.
En total, desde finales de noviembre pasado se registraron varios centenares de casos de intoxicación por gas en más de 52 establecimientos, según el recuento oficial.
El jefe de la autoridad judicial, Gholamhossein Mohseni Ejei, precisó el lunes que si fueran detenidos, los autores de estos envenenamientos serían juzgados por “corrupción en la tierra”, uno de los principales cargos que se castiga con la pena de muerte.
Hasta la fecha no se anunció ninguna detención, mientras las autoridades siguen investigando las sustancias que causan dificultades respiratorias y malestar, que condujeron a muchas estudiantes al hospital.
En varias ciudades, los padres de las alumnas se movilizaron para instar a las autoridades a actuar sin demora.
El presidente iraní Ebrahim Raisi denunció este caso como “un nuevo complot de los enemigos” de Irán para “infundir miedo en el corazón de las alumnas, de los niñas y de sus padres”.
Reabren escuelas
En Afganistán, los universitarios varones retomaron sus estudios este lunes tras las largas vacaciones de invierno, pero las estudiantes siguen vetadas por el gobierno.
La prohibición de estudios universitarios es una de las tantas restricciones impuestas a las mujeres por los talibanes desde su regreso al poder en 2021.
La discriminación de las mujeres en Afganistán ha sido condenada en todo el mundo, incluso en países musulmanes.
“Tengo el corazón destrozado de ver cómo los hombres van a la universidad y nosotras nos quedamos en casa”, lamentó Rahela, de 22 años, en la provincia central de Gaur.
“Esto es discriminación contra las mujeres, porque el islam nos permite tener educación superior. Nadie debería impedirnos aprender”, reclamó.
El gobierno talibán impuso la prohibición de asistir a la universidad, tras acusar a las alumnas de ignorar el estricto código de vestimenta para las mujeres y la exigencia de ir acompañadas por un familiar masculino al campus.
Previamente, la mayoría de las universidades tenían entradas y aulas segregadas por género, y sólo permitían que las mujeres recibieran clases con profesoras u hombres viejos.
“Es doloroso ver cómo miles de chicas se ven privadas de acceder a una educación”, afirmó Mohamad Haseeb Habibzadah, estudiante de informática de la Universidad de Herat.
En Kabul, Ejatullah Nejati, un estudiante de ingeniería expresó que el derecho a estudiar es algo fundamental.
“Aunque asistan a clases en días alternos, esto no es un problema. Tienen el derecho a la educación”, dijo Nejati a su llegada al campus.
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