Roger Stone
, por largo tiempo amigo de confianza y colaborador del presidente Donald Trump , se declaró inocente el martes de cargos derivados de la injerencia rusa tras un fin de semana en que denunció públicamente lo que llamó la motivación política de la investigación.
El operador político y autotitulado embustero compareció para la instrucción de cargos en la corte en Washington. Deberá responder a cargos de mentirle al Congreso, manipular testigos y obstruir una investigación legislativa sobre la presunta coordinación entre Rusia y la campaña de Trump.
Stone no hizo declaraciones públicas a su arribo a la audiencia en una SUV negra. A gitó el brazo en dirección hacia algunos partidarios suyos que coreaban que no cometió delito alguno y alzaban fotos que lo mostraban sonriente . Y no hizo caso a otro grupo que gritaba “que lo encierren” y “sucio traidor”.
Stone fue arrestado el viernes por la madrugada en su casa en Florida. Compareció en la corte en Washington en medio de nuevas señales del final de partida del fiscal Robert Mueller.
El secretario de Justicia interino Matthew Whitaker dijo el lunes que la investigación está “a punto de ser completada”, aunque los plazos no estaban claro.
El interés de Mueller en tomarle declaración a Andrew Miller, un colaborador de Stone que ha apelado una orden de comparecencia ante un jurado investigador, indica que el fiscal podría formular cargos adicionales contra Stone u otros implicados en la difusión por WikiLeaks de material pirateado durante la elección de 2016.
Stone es el sexto colaborador de Trump acusado por Mueller. No se le acusa de coordinar con Rusia o WikiLeaks sobre la filtración sobre la difusión de emails demócratas pirateados. Pero sí se alega que mintió a los legisladores acerca de su búsqueda de esos mensajes y su interés en ellos.
WikiLeaks difundió los correos en las semanas anteriores a la elección presidencial de 2016. El gobierno estadounidense dice que fueron robados a los demócratas por agentes rusos.
Stone, quien acusa al FBI de arrestarlo usando “tácticas de la Gestapo”, dijo que solo ejerció su derecho bajo la Primera Enmienda constitucional, que garantiza la libertad de expresión, para generar interés entre los votantes sobre las revelaciones de WikiLeaks. Dijo que nunca habló del asunto con Trump.
lsm