Buenos Aires.— El expresidente boliviano Evo Morales participó ayer en Buenos Aires en la tradicional marcha de la organización las Madres de Plaza de Mayo y realizó declaraciones políticas alusivas a su país, lo que va en contra de un compromiso con el gobierno argentino de Alberto Fernández.
El exmandatario dijo: “Aprovecho esta oportunidad para agradecer a las Madres de la Plaza de Mayo y a tantas instituciones de derechos humanos, al pueblo argentino y a su gobierno por acompañar la lucha contra la dictadura en Bolivia”,
La referente de esa asociación de derechos humanos, Hebe de Bonafini, recordó que en esa nación hay “personas que desaparecen y otras asesinadas”.
La ronda de las Madres de Plaza de Mayo de cada jueves, que suele celebrarse de manera pacífica y con varias vueltas a la Pirámide de Mayo, fue caótica en esta ocasión.
El invitado fue recibido con seguridad privada, y miembros de un sindicato argentino formaban un cerco de protección que lo separaba de las decenas de seguidores que se juntaban para llegar hasta él.
Con dificultad, el exgobernante llegó a donde estaban De Bonafini y el resto de sus compañeras para empezar con la ronda habitual; sin embargo, cuando todavía no habían dado la primera vuelta completa a la plaza, y ante el agobio de la multitud, regresaron al punto de partida y dieron por finalizada la marcha.
Entonces Morales se dirigió a los presentes y realizó una breve declaración: “Saben ustedes, sabe el mundo entero cómo algunos grupos fascistas, racistas terminan nuestro proceso de cambio, con violencia, momentáneamente”.
De Bonafini llamó a impedir que Estados Unidos imponga sus intereses en Bolivia y aseguró que el régimen de Áñez está haciendo sufrir al pueblo de esa nación.
El exmandatario llegó a Argentina a mediados de diciembre y pidió ser acogido como refugiado.
El pasado jueves 12 de diciembre, el canciller argentino, Felipe Solá, dijo que su gobierno le pidió a Morales “el compromiso de no hacer declaraciones políticas” durante su estadía en el país.
No obstante, una semana despúes, Morales publicó en Twitter que “legalmente sigo siendo presidente, [ya que] mi renuncia no fue considerada por la Asamblea Legislativa”. Morales renunció forzosamente a la Presidencia de Bolivia en noviembre, al hacerse público un informe de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el cual afirmaba que hubo fraude en las elecciones de octubre, que lo dieron como ganador para un cuarto mandato de forma consecutiva. Primero viajó a México, después a Cuba y llegó el 12 de diciembre a Argentina.
La líder de las defensoras, Hebe de Bonafini, enojada, dijo que sentía “un poco de vergüenza” y pidió que los asistentes aprendan a ser un poco más respetuosos.
“Evo ha hecho un esfuerzo para venir y ustedes no lo han dejado marchar (...) Él necesita cabeza, manos, piernas y cuerpos que lo ayuden, no que se vengan a sacar fotos, así que, compañeros, estamos trabajando codo a codo (...) Bolivia está sufriendo, hay personas que no aparecen, personas asesinadas y compañeros que no son atendidos en los hospitales”, sostuvo la activista.
De Bonafini subrayó que el actual gobierno boliviano de la proclamada presidenta Jeanine Áñez no tiene ningún derecho a llamar a efectuar comicios, al ser una dictadura.
“Hay que ayudar a que Bolivia pueda tener las elecciones que se merece con el candidato que ellos elijan, pero no lo que imponga Estados Unidos.
“No olvidemos cómo [Nicolás] Maduro defiende Venezuela a capa y espada, ese pueblo se puso de pie y dijo: ‘No pasarán’. Con Bolivia tenemos que decir lo mismo”, concluyó la activista.