Bruselas.— Los servicios especializados en la problemática de las drogas coinciden en que el futuro del temible fentanilo en Europa parece estar determinado por las políticas antidrogas de los talibanes de Afganistán.
Temen que a menor disponibilidad de heroína afgana entre consumidores problemáticos de drogas en Europa, por la eliminación de los plantíos de amapola, es mayor la probabilidad de que la caída en el suministro de la reina de las sustancias tóxicas sea reemplazada por opioides sintéticos como el fentanilo.
Esa ecuación la maneja tanto el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) en Lisboa, como el Comité de Asuntos del Interior de la Cámara de los Comunes en Reino Unido, encabezado por la laborista Dame Diana Johnson.
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En la actualidad, el OEDT considera el fentanilo como una rareza en los circuitos de consumo de drogas europeos. Lo clasifica como un “agente distante” que ha contribuido a la epidemia de opiáceos en Norteamérica. De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en Estados Unidos (CDC), más de 150 personas mueren cada día por sobredosis relacionadas con los opioides sintéticos.
En Canadá, el Centro sobre Uso de Sustancias y Adicciones (CCSA, por sus siglas en inglés) sostiene que más de 34 mil 400 personas han fallecido por muertes relacionadas con opioides entre enero de 2016 y septiembre de 2022.
Una evaluación similar hace el Consejo Consultivo sobre el Uso Indebido de Drogas del Reino Unido (ACMD, por sus siglas en inglés). Indica que los episodios de toxicidad y las muertes por fentanilo en el Reino Unido han sido esporádicas. Tanto el ACMD como el OEDT señalan que el riesgo del fentanilo para la salud pública ha sido menor en Europa, porque la población habituada al uso de potentes opiáceos es menor que en Norteamérica.
Además, el control de los genéricos de fentanilo aplicados desde hace tiempo por las autoridades sanitarias han demostrado ser eficientes; prácticamente todas las variantes de fentanilo “de diseño” son controladas automáticamente como drogas clase A. En el Reino Unido hay un reducido grupo de sustancias no controladas, aunque en su mayoría son de menor potencia y conllevan un menor riesgo de sobredosis.
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Sin embargo, el ACMD alerta que “sigue existiendo el riesgo de que los fentanilos y otros nuevos opiáceos sintéticos se infiltren en el mercado británico de la heroína y aumenten las tasas de muertes relacionadas con las drogas”. La agencia comunitaria en Lisboa tampoco baja la guardia. En su último informe reporta que hay información que sugiere un aumento en 2022 de la disponibilidad y daños, incluyendo muertes, asociados a opioides sintéticos en algunos países del norte y del Báltico.
“Hasta ahora, la mayor preocupación en este ámbito se ha centrado en la disponibilidad y el consumo de derivados del fentanilo, como el carfentanilo. Sin embargo, más recientemente, se ha observado la aparición de opioides de benzimidazol [nitazeno] muy potentes, como el protonitazeno, el metonitazeno y el isotonitazeno, así como de mezclas de opioides que contienen nuevas benzodiacepinas y tranquilizantes, aunque a pequeña escala”.
En 2021, 12 países de la UE reportaron decomisos de fentanilo, sumando 5 mil 444 pastillas, con un peso de 5.49 kilogramos; fueron cantidades limitadas si se toma en consideración que los decomisos de los opioides distintos a la heroína durante ese año sumaron en colectivo 2 millones 544 mil 445 pastillas, equivalente a mil 326 kilogramos.
Interrogante
Si bien agencias especializadas informan que la amenaza del fentanilo sigue siendo baja, es un dossier ante el cual las fuerzas del orden están en alerta. “Hemos escuchado sobre el temor de que la reducción de la producción de adormidera [o amapola,usada para producir heroína] en Afganistán repercuta en disponibilidad de heroína y, a su vez, aumente el consumo de opiáceos sintéticos”, señala el Comité de Asuntos del Interior de la Cámara de los Comunes británica en su último reporte sobre gestiones en materia de drogas.
“Esto se debe a que el opio producido en Afganistán constituye hasta 80% del suministro mundial de opio y contribuye en 95% del mercado europeo de heroína”.
En abril de 2022, el líder supremo talibán, Haibatullah Akhundzada, prohibió la producción de opio. La instrucción no se aplicó en ese año; la producción por el contrario creció 32% en comparación al año previo. Sin embargo, el talibán ya ejecuta la medida y los informes procedentes de provincias conocidas por ser importantes centros de producción, como Helmand, reportan una caída de los cultivos de 99%. Es muy probable que la cosecha del año en curso se reduzca 20% con relación a 2022.
El documento menciona que el profesor Dame Carol Blak, consultor independiente del gobierno británico, ha recomendado al Parlamento seguir de cerca la situación.
David Nutt, catedrático de Neurosicofarmacología del Imperial College de Londres, alerta que el fentanilo se convertirá en una gran amenaza si a nivel local se produce una sequía de heroína como resultado de la reducción de la producción de opio en Afganistán. “Puede que no seamos capaces de detenerla, de todos modos, porque los beneficios económicos de la fabricación de los fentanilos son mucho mayores que fabricar heroína”, aseguró Nutt en una audiencia con legisladores británicos. Niamh Eastwood, directora de la organización británica especializada en drogas Release, ha dicho a parlamentarios que “si tenemos opiáceos sintéticos en este país, será catastrófico. Necesitamos una estrategia para estar preparados para ello”.
Para la Agencia de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC), la moneda está en el aire. Son tres principales escenarios que maneja ante la reducción sostenible de producción de opio en Afganistán a largo plazo. Sostiene que puede llevar a un desplazamiento de la producción de opio a otros países, a una disminución general del consumo de opiáceos o a la sustitución de la heroína por otras sustancias; algunas pueden ser más nocivas para la salud, como el fentanilo y análogos.
El fentanilo es entre 50 y 80 veces más potente que la heroína y hasta 100 veces más poderoso que la morfina; una dosis es suficiente para tumbar a un elefante. Su uso implica alto riesgo para la salud, tan sólo 0.002 gramos son mortales.
En la Unión Europea (UE) la prevalencia del consumo de opiáceos se ha mantenido estable en los últimos años. En 2021 se estimó que 0.33% de la población, alrededor de un millón de personas, consumió sustancias asociadas. Se calcula que en 74% de las sobredosis mortales notificadas en la UE hay presencia de opiáceos, siendo la heroína la principal sustancia implicada. Aunque las muertes relacionadas con opiáceos han ido a la baja en los últimos años, otros alcaloides presentes en el opio y sus imitaciones químicas han ido cobrando protagonismo.
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