Bruselas.— La Comisión Europea anunció ayer que adoptó una serie de medidas —en particular en el sector de los servicios financieros, el transporte aéreo y las aduanas—, para atenuar las consecuencias de un Brexit sin acuerdo.
El plan de urgencia incluye 14 medidas sobre “un número restringido de sectores en los cuales la falta de acuerdo sería una fuente de importantes de perturbaciones para los ciudadanos y las empresas de la UE de 27” países, indica la Comisión.
El acuerdo del Brexit, aprobado por los 27 miembros y la primera ministra Theresa May en noviembre pasado, suscita mucha oposición en Londres, tanto por parte de los partidarios del Brexit como de los opositores, y genera dudas sobre si será ratificado.
A 100 días del 29 de marzo de 2019, fecha establecida para que Reino Unido deje de pertenecer a la Unión Europea, la Comisión considera “esencial adoptar estas medidas hoy” para limitar las “graves alteraciones” causadas por una eventual ausencia de acuerdo, se precisó en un comunicado.
“Lo mejor, desde un punto de vista económico y para evitar perturbaciones, sería permanecer en la Unión Europea”, destacó uno de los vicepresidentes del ejecutivo europeo, Valdis Dombrovskis, ante la prensa, al tiempo que subrayó la importancia de los preparativos para “minimizar los daños” en caso de la falta de un acuerdo.
Las medidas aprobadas ayer en principio serán “temporales”, “de aplicación limitada”, y adoptadas unilateralmente por los 27, señaló en un comunicado la Comisión.
Según una de estas medidas, los operadores de mercados financieros europeos con base en Londres, incluidas las cámaras de compensación, podrán seguir operando “durante un periodo limitado a 12 meses”.
Con el objetivo de evitar la interrupción total del tráfico aéreo entre la UE y Reino Unido, se garantizó “una conectividad básica”. Estas medidas entrarán en vigor sólo si Londres otorga derechos equivalentes a las compañías aéreas de la UE y promete una competencia leal.
En tanto, el debate sobre el Brexit en Londres quedó ayer en segundo plano tras el escándalo político desatado cuando se acusó al principal dirigente opositor británico de llamar “mujer estúpida” a la primera ministra Theresa May durante una sesión en la Cámara de los Comunes, en la que llovieron gritos y fue más acalorada que de costumbre, y se le exigió una disculpa.
Una cámara captó al líder laborista Jeremy Corbyn cuando aparentemente murmuraba el insulto durante la sesión semanal de preguntas a la jefa del gobierno.Corbyn lo negó y dijo que había dicho “gente estúpida”, en alusión a los legisladores del bloque conservador oficialista.