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Europa pone sus esperanzas en Joe Biden

Desde que Trump asumió la presidencia de EU, las relaciones se han deteriorado. Pero aun con el demócrata en el poder, las cosas no serán iguales, advierten expertos

La canciller alemana Angela Merkel visitó en 2017 la Casa Blanca y se reunió con Trump, quien evitó darle la mano. Archivo. AP
05/10/2020 |01:37Inder Bugarin / Corresponsal |
Inder Bugarin
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Bruselas.— Los estadounidenses enfrentan este 3 de noviembre una decisión fundamental con el nombramiento del próximo inquilino de la Casa Blanca.

Expertos consultados por EL UNIVERSAL sostienen que en las urnas tendrán que elegir entre seguir amplificando el distanciamiento con Europa o emprender el proceso de reparación de los daños infligidos por el presidente Donald Trump en las relaciones con quienes un día fueron sus aliados más cercanos.

“Estas elecciones definirán si tenemos más de lo mismo, con el riesgo de llegar a punto de no retorno en el deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE), o iniciamos algún tipo de restauración de los daños”, dice Karel Lannoo, Jefe Ejecutivo del Centre for European Policy Studies (CEPS).

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“Si gana Trump, seguirán las amenazas y los insultos. De triunfar [el candidato demócrata Joe] Biden, esperaríamos una relación respetuosa y cortés”, asegura Pascale Joannin, directora general de la Fundación Robert Schuman. Insultos, desplantes y provocaciones han distinguido la agenda europea de la presidencia Trump. Desde poner en duda el principio de la defensa colectiva en la OTAN, por incumplimiento del criterio de invertir el 2% del PIB en defensa por parte de la mayoría de los socios europeos, hasta llamar “enemigo” a la UE.

Igualmente sigue estando presente cuándo Trump ignoró la mano extendida de la política más poderosa de Europa, Angela Merkel, ni el empujón al primer ministro de Montenegro, Dusko Markovic, para ponerse en primera fila de un evento de la OTAN. Tampoco se olvida aquella cumbre, de marzo de 2018, en la que los líderes europeos acusaron a Washington de querer negociar comercio poniéndoles “la pistola en la cabeza”, en referencia a los plazos fijados por Trump para imponer aranceles al acero y aluminio.

Los trastornos causados por el comportamiento de Trump, han impactado en el comercio, la defensa y la paz internacional.

Por ejemplo, Estados Unidos es el único socio cercano de la UE con el que no cuenta con acuerdo comercial; las negociaciones iniciaron en 2013 y fueron enviadas a la congeladora en 2016.

En el rubro militar, Trump aprobó en junio el proyecto para retirar de Alemania a 9.5 mil soldados; y en el ámbito de la paz, EU abandonó en mayo de 2018 el Plan Integral Conjunto, la hoja de ruta diseñada con Europa para evitar que Irán siguiera con un programa que podría darle la bomba atómica.

“Pero quizás el mayor impacto ha sido el de confianza. Las relaciones entre EU y EU se han venido edificando por mucho tiempo con base en la confianza mutua, pero ahora ésta se ha erosionado por las contradicciones y la falta de seriedad de Trump”, explica Joannin. “El nivel de confianza se encuentra en niveles mínimos”, precisa.

Trump II

Lo peor podría estar por venir si Trump renueva su mandato, teme Lannoo. Alerta que su comportamiento impredecible puede desembocar en daños irreversibles, como sería una eventual confrontación con China o la retirada completa del territorio europeo de los soldados estadounidenses.

De acuerdo con el Defense Manpower Data Center del Departamento de Defensa Estadounidense, hasta el 30 de junio pasado, había en la Unión Europea, Reino Unido y Turquía, 81 mil 202 elementos en servicio; la mayoría en Alemania con 46 mil 315, Italia con 14 mil 745, Reino Unido con 10 mil 716, España con 3 mil 686 y Bélgica con mil 849.

“La situación puede ser aún peor. No lo sabemos, espero que no, pero con Trump podríamos tener una guerra con los chinos”, señala el experto del think tank especializado en temas comunitarios. “Si pierde, su presidencia será recordada como una de las peores páginas en las relaciones entre EU y Europa desde la Segunda Guerra Mundial”.

Joannin lo ve distinto: “No ha sido fácil la relación y no mejorará con cuatro años más con Trump, pero es claro que una cosa es lo que dice y otra lo que hace”. Además, sostiene que Trump no es un caso aislado: su arribo a la presidencia sólo fue un acelerador de un movimiento que ya se veía en sus predecesores: “el que EU vea sólo por sus propios intereses”.

“Tenemos que ser extremadamente sensatos y reconocer que las relaciones del pasado no volverán, no serán como antes”.

Cambio de mando

Si bien las expectativas son limitadas en Bruselas, sus fichas están en quien fuera vicepresidente entre 2009 y 2017. Joannin considera que al menos Biden ofrecerá claridad y certidumbre a la relación. Dice que volverá la calma, la diplomacia, la cortesía. “Será confortable trabajar con Biden, aunque no frenará la tendencia aislacionista de EU”, insiste.

“Independientemente de quién elijan los estadounidenses, ha llegado el momento de que Europa asuma su destino y defina las líneas rojas de su relación con EU. Necesitamos renegociar las relaciones trasatlánticas porque los intereses de EU no son más los mismos de la UE”.

Lannoo ve en Biden la oportunidad para comenzar a remendar el expediente bilateral.

“En el terreno político e internacional, con Biden veríamos la restauración, una vuelta al mundo de [Barack] Obama”. Aunque matiza: “no será como antes”. Señala que Washington no retirará el reclamo a los europeos de que gasten más en defensa, una demanda que no es exclusiva de Trump.

Además está la situación al interior de EU. “La polarización en la sociedad estadounidense sólo va a seguir creciendo, por lo que de ganar Biden tendrá que hacer un esfuerzo extraordinario para tratar de frenar este inquietante fenómeno. No importa quién gane, la atención del próximo presidente seguirá siendo al interior”, indica.

El eventual triunfo demócrata tampoco revertirá el acercamiento entre Bruselas y Beijing, que parte del reconocimiento de que son rivales pero hay margen para la cooperación. “Trump hizo que Europa volteará a ver hacia el oriente, y esto no va a cambiar con Biden”, menos tras la pandemia, afirma. La economía de Alemania, el mayor motor económico de Europa, resurgió tras la crisis de 2009, en gran medida por acercarse a China. La Oficina Federal de Estadística de Alemania reporta que los chinos fueron nuevamente los socios comerciales más importantes con un volumen de comercio equivalente a 205 mil millones de euros.

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