Bruselas.— Amparados en la vacuna y un clima generoso, durante el verano los países europeos fueron desmantelando progresivamente las medidas introducidas para frenar al .

El servicio en cafeterías y restaurantes regresó a la normalidad, los oficinistas dejaron el formato virtual para reanudar el trabajo presencial, el tapabocas desapareció de muchos espacios públicos y la norma de la sana distancia dejó de ser requisito, al menos en Holanda.

Hoy, en cambio, las alertas están de nuevo encendidas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que el ritmo de transmisión es “muy preocupante” y podría provocar medio millón de muertos adicionales de aquí a febrero en el continente. “Estamos, de nuevo, en el epicentro”, lamentó el director de OMS Europa, Hans Kluge, en una rueda de prensa en línea.

Alemania registró un récord de contagios diarios, con un total de 33 mil 949 casos. Croacia alcanzó 6 mil 310 enfermos en un día siguiendo los pasos de Rusia.

Para la OMS, el alza se explica por la combinación de una vacunación insuficiente con una flexibilización de las medidas anti-Covid. Según los datos de la OMS Europa, las hospitalizaciones vinculadas al coronavirus “se han duplicado en una semana”.

El pasado 21 de octubre, Letonia impuso un nuevo confinamiento que incluye toque de queda a partir de las 20:00 horas. Tiene un plazo de duración de al menos un mes. La administración del premier Arturs Krisjanis Karins respondió así a la tasa de infección más alta del mundo por habitante, mil 406 casos por cada 100 mil personas en los últimos días. Si bien Riga, de acuerdo con datos del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades, se encuentra a media tabla en la vacunación, con 56% de la población, su mayor problema está en su minoría rusa que es más escéptica al biológico. En el Báltico, en Lituania y Estonia la gráfica epidemiológica de nuevos casos también repunta.

La administración búlgara amenaza con introducir medidas más severas si la situación empeora. La última intervención consistió en hacer obligatorio el pase sanitario para entrar en espacios cerrados, como librerías y cafeterías. En Bulgaria 25% ha completado el ciclo de vacunación. Una alerta similar lanzó el canciller austriaco Alexander Schallenberg, tras una reunión urgente con el comité sanitario. Viena habla de un posible confinamiento para los no vacunados si continúan al alza los casos. El 62% de los austriacos ha completado el ciclo de vacunación, y proliferan los movimientos opositores al biológico y las medidas de contención.

Bélgica metió reversa en la semana ante lo que el ministro de Salud, Frank Vandenbroucke, describió como un “drástico repunte de los casos”. En la región de Flandes las mascarillas han vuelto en los espacios públicos cerrados.

En el Reino Unido, el premier Boris Johnson anticipa un “invierno negro”. En Alemania, el titular de la sanidad, el ministro Jens Spahn prevé que este mes comiencen a tomarse algunas medidas para evitar la eventual saturación en los hospitales. En Italia se plantea la posibilidad de vacunar a niños de cinco a 11 años para finales de año.

Los reportes de las capitales son muy similares a los escuchados durante el mismo periodo del año pasado, cuando los índices comenzaron a dispararse resultado del levantamiento de las restricciones del verano. Sólo que ahora se cuenta con la vacuna.

El investigador Frits Rosendaal, profesor de epidemiología clínica en el Centro Médico de la Universidad de Leiden, asocia la situación actual a la suspensión de prácticamente todas las medidas de contención y la alta circulación del virus en un número importante de no vacunados.

En Holanda, uno de cada cinco adultos no ha recibido el piquete en el brazo, mientras que en Croacia, Letonia y Eslovaquia uno de dos. En Holanda, los no vacunados representan una cuarta parte de las personas que llegan a los hospitales y 80% de los pacientes en cuidados intensivos.

Respecto a la rápida saturación de hospitales por casos de Covid-19, los expertos holandeses señalan que hay un aumento en los casos, pero también es consecuencia de que se están poniendo al corriente con las citas aplazadas debido a la epidemia, así como del abandono del personal médico resultado del cansancio provocado por sobrecarga de trabajo.

Por el momento, públicamente los gobiernos europeos no hacen referencia a la posibilidad de volver a los drásticos confinamientos. Están examinando la posibilidad de aplicar medidas selectivas y focalizadas.

En Holanda, el gabinete del dimisionario premier Mark Rutte toma como punto de partida en el análisis de la próxima intervención el hecho de que el país enfrenta una “ola de no vacunados” y no es justo castigar a la mayoría por la resistencia de unos.

Entre los escenarios que examina el equipo del Ministro de Salud, Hugo de Jonge, está el modelo italiano de hacer obligatorio el pasaporte Covid para entrar al trabajo, o la introducción del toque de queda para los no vacunados como en Rumania. Se examina la opción de confinamientos selectivos, como podría ser en entidades donde la infección es elevada y la vacunación es baja.

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