Bruselas.— En los días previos a que el mandatario se retirara de las presidenciales de noviembre, un halo de nerviosismo y preocupación se sentía en Europa, debido a que el candidato republicano Donald Trump era considerado el favorito para ganar el boleto a la Casa Blanca.

Pero la entrada de la vicepresidenta en la carrera presidencial ha devuelto a Bruselas cierta tranquilidad, pese a ser una figura política de bajo perfil y relativamente “invisible” en el ámbito exterior.

Los daños inducidos por Trump en las relaciones, que hasta ese momento eran consideradas como incondicionales, comenzaron a remendarse paulatinamente con la administración Biden, cuyas políticas han coincidido con las de la Unión Europea (UE) en áreas clave, como la salud, la lucha contra el cambio climático y la guerra de Rusia contra Ucrania. Harris es vista como la aspirante a la presidencia de EU que en teoría ofrece continuidad.

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“Las respectivas políticas del presidente Biden y del exmandatario Donald Trump hacia Europa son bien conocidas y veneradas o temidas, por el contrario, la incorporación de Harris, relativamente desconocida para estándares europeos, añade una (...) dimensión de incertidumbre a las elecciones estadounidenses”, dice Cordelia Buchanan Ponczek, investigadora del Finnish Institute of International Affairs (FIIA).

Aunque, puntualiza, sus antecedentes dan algunas indicaciones sobre cómo podría abordar la política exterior y qué podrían esperar los líderes europeos en caso de que gane la presidencia. “Los europeos aún no conocen a Harris adecuadamente (…) pero en última instancia, debido a que tiene menos experiencia en política exterior, podemos esperar que se ciña principalmente al camino que ha marcado Biden y que confíe en la experiencia de sus asesores, que son bien conocidos por las administraciones anteriores de Barack Obama y Bill Clinton”, precisa. Roberta Haar, profesora de Política Exterior y Relaciones Transatlánticas en la Universidad de Maastricht, reconoce que en Europa a Harris se le acusa de no estar presente en la política exterior.

“Aunque, no es del todo justo: creo que, en general, como todos los vicepresidentes, ha estado un poco infravalorada y no ha aparecido tanto en los medios. No ha sido la compañera que, digamos, Al Gore fue de [Bill] Clinton o [Dick] Cheney de George W. Bush, pero creo que, sin embargo, fue más activa de lo que la mayoría de la gente le atribuye”.

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En un texto divulgado por Studio Europa Maastricht, centro de investigación especializado en temas europeos, Haar afirma que la “imagen de invisible” está cambiando. “Me parece que después de que Biden respaldara con fuerza a Harris, se puso a trabajar de inmediato. En muy poco tiempo, consiguió los delegados para la nominación y, en el primer día, recaudó más de 80 millones de dólares para su campaña. Eso puede reflejar el hecho de que muchas personas estaban esperando ver quién se postularía en lugar de Biden, pero significa que lo está haciendo bastante bien y es capaz de reunir apoyo”.

Coincide en que probablemente adoptará una postura muy similar a la de Biden, lo que es bueno para Europa en términos de seguridad, pero no necesariamente en el rubro económico. “Harris seguirá brindando un fuerte apoyo a la relación trans- atlántica en el aspecto político, de seguridad y defensa. Sin duda contribuirá ofreciendo un fuerte apoyo a Ucrania para que se defienda de la guerra lanzada por [el presidente ruso Vladimir] Putin, lo que sería muy positivo en general para Europa”.

No obstante, podría generar escepticismo e inconformidad entre los aliados europeos si continúa el enfoque económico de Biden. “La administración de Biden impulsó mucho algo que defino en mis investigaciones como enfoque flexilateral, es decir, un apoyo muy fuerte en materia de seguridad y defensa, pero muy escéptico respecto a la globalización y las instituciones económicas como la OMC [Organización Mundial del Comercio] (...) Esto incluye una política proteccionista, de apoyo a la energía verde o el sector tecnológico, especialmente la fabricación de chips. Por supuesto, la UE no está tan contenta”.

Recuerda que tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como el mandatario francés, Emmanuel Macron, han sido críticos del multilateralismo económico de Biden. “En este caso, las cosas son un poco contradictorias. En algunos aspectos, como el multilateralismo económico, la UE no estará tan contenta y tendrá que encontrar una respuesta a un EU que piensa en China. No espero que la administración Harris sea menos crítica o menos preocupada por la rivalidad con China, especialmente en el sector de la tecnología emergente”.

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Sudha David-Wilp, experta de la oficina en Berlín del German Marshall Fund, sostiene que la candidata demócrata supone un alivio para Europa, al ser la opción que no interrumpirá la relación transatlántica.

El mandato de Harris, dice, debe ser usado por Europa para fortalecer capacidades de defensa y adaptarse a una realidad innegable, el Indo-Pacífico y no el Atlántico, es prioridad para Washington. “Europa debería aprovechar el tiempo, de una posible administración Harris, para acelerar la coordinación en materia de defensa (...) Además de la disuasión, mantener la competitividad de la UE es crucial. El consenso bipartidista en EU para proteger y mejorar la industria y la tecnología estadounidenses no aminorará en el corto plazo”.

Entre los ciudadanos de a pie, hay la idea de que una victoria de Harris sería lo más beneficioso para el Viejo Continente.

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