Un supuesto ataque químico con gas cloro registrado el pasado lunes en Siria desencadenó ayer un cruce de acusaciones entre Rusia y Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El episodio tuvo lugar en la ciudad de Duma, un bastión opositor bajo asedio del ejército sirio, afectó a al menos 21 personas, según fuentes rebeldes y del Observatorio sirio de Derechos Humanos.
Estados Unidos y sus aliados señalaron rápidamente al régimen de Bachar al-Assad como el culpable y apuntaron a Rusia, su principal aliado, como responsable indirecto.
“Si estas informaciones son ciertas, este ataque en Siria debe pesar seriamente sobre su conciencia”, dijo a las autoridades rusas la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley.
Rusia respondió convocando una sesión de urgencia del Consejo de Seguridad, en la que criticó a Wa-shington y sus aliados y planteó la creación de una nueva comisión internacional para investigar los ataques químicos en Siria.
La embajadora estadounidense dijo que Rusia es “cómplice” de las “barbaridades” del régimen sirio por “mirar para otro lado” y haber puesto fin a la investigación internacional sobre el uso de sustancias químicas.
Haley rechazó de entrada la propuesta rusa sobre un nuevo mecanismo de verificación de armas químicas, algo que criticó el representante de Moscú, Vasili Nebenzia.
Para Nebenzia, ello demuestra que EU no quiere una investigación independiente y que pretende ser “juez y parte”, acusando al ejército sirio del último supuesto ataque antes de tener pruebas.
Turquía amenaza con extender ofensiva. El gobierno turco amenazó ayer con extender la ofensiva lanzada en la ciudad siria de Afrin, contra fuerzas kurdas, a una segunda ciudad, lo que podría provocar un enfrentamiento con Estados Unidos.
El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, alertó a EU —que apoya a las milicias kurdas Unidades de Protección Popular (YPG) en la lucha contra el Estado Islámico (EI)— que ampliará la ofensiva a la ciudad de Manbij, situada al suroeste de Afrin.
“Los terroristas de Manbij disparan continuamente. Si Estados Unidos no puede pararlo, nosotros lo haremos”, dijo Cavusoglu en una conversación telefónica a su homólogo estadounidense, Rex Tillerson, de acuerdo con información publicada por el diario local Habertur.
Estados Unidos ha proporcionado armas a las milicias kurdas en la lucha contra el EI pero además en Manbij tiene tropas que las entrenan, lo que podría provocar una escalada de la tensión entre los dos socios de la OTAN.
Cavusoglu exigió a Tillerson que no se convierta en portavoz de las YPG ni haga alianzas “con los terroristas”. Turquía considera al YPG terroristas por estar vinculadas con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Con ese argumento Ankara justifica su ofensiva militar en Siria.