Estados Unidos

removió una peligrosa herencia que dejó en Panamá desde la Segunda Guerra Mundial . En una operación conjunta, fuerzas militares estadounidenses y efectivos policiales panameños destruyeron un basurero de ocho armas químicas que las tropas de EU dejaron en San José , una isla de Panamá sobre el Océano Pacífico .

Un comunicado conjunto de ambos gobiernos precisó que la destrucción del armamento químico se ejecutó del 14 de septiembre al 6 de octubre y bajo la supervisión de expertos de la Organización de Naciones Unidas ( ONU ) y de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas ( OPAQ ).

Peligrosos basureros con bombas y municiones de armas químicas, como gas mostaza y agentes nerviosos, asfixiantes y venenosos, usadas por el ejército de EU en experimentos bélicos en el siglo XX, fueron abandonados por tropas estadounidenses en San José, pequeña isla panameña del Océano Pacífico ubicada a poco más de 80 kilómetros al sur de tierra continental.

Los botaderos eran parte de la herencia que dejó EU al finalizar en 1999 su presencia militar en suelo panameño, que se inició en 1903 de previo a que Washington iniciara en 1904 la construcción del Canal de Panamá .

La vía canalera y sus territorios aledaños—que sirvieron como estratégico enclave castrense de Washington para sus operaciones en América Latina y el Caribe y en otras partes del mundo—fueron pasados a dominio total panameño a partir del mediodía del 31 de diciembre de 1999. La entrega fue en cumplimiento de los tratados que las dos naciones suscribieron en 1977 sobre el Canal y que progresivamente pusieron fin al control a perpetuidad de EU de la ruta acuática y de los terrenos ocupados por las bases militares.

San José, de 44 kilómetros cuadrados y la segunda isla más grande del archipiélago de Las Perlas, sirvió de plataforma de experimentos bélicos de EU con armas químicas de 1942 a 1947, con apoyo de los ejércitos de Canadá y de Reino Unido .

Cuando el caso fue destapado en 2013, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá informó a EL UNIVERSAL que en la isla había al menos cinco bombas de hasta dos mil libras cada una y una de 500 y que aunque los químicos se habrían debilitado, contenían explosivos convencionales que podrían estar activos.

Los artefactos contenían gas mostaza y fosgeno , componente industrial para producir plásticos y pesticidas y usado como arma química en la Primera Guerra Mundial por su capacidad de agente asfixiante y venenoso, por lo que causó gran número de muertos en ese conflicto bélico.

Los dos gobiernos comunicaron que en la reciente operación conjunta, con una duración de seis semanas, participaron 150 especialistas del Comando Sur del ejército de EU , acantonado en Florida, y de la Unidad Técnica de Explosivos de la Policía Nacional de Panamá .

El proceso ejecutado “permitió la destrucción” de las ocho antiguas municiones químicas, identificadas en una inspección técnica previa de la Secretaría Técnica de OPAQ realizada en 2002. En la destrucción se “utilizó la lluvia y la humedad para asegurar la hidrólisis y dilución de las municiones”, explicaron.

En el desarrollo de las tareas de demolición de las municiones químicas “se cumplieron las normas nacionales y los más altos estándares de seguridad aplicables” y se verificó “que no se ha registrado ningún daño a la salud ni a la seguridad humana” y “ni ningún impacto significativo y/o permanente al medio ambiente”, aclararon.

Por parte de EU, la operación involucró a los departamentos de Defensa y de Estado y a la embajada en Panamá. Por la parte panameña, participaron los ministerios de Presidencia, Relaciones Exteriores, Seguridad Pública, Salud y Medio Ambiente .

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